Pereza en Riazor

Sin alardes, pero con el m¨¦rito de una plantilla confeccionada para salvar la categor¨ªa, el Deportivo sigue en la carrera por Europa. D¨ªa laborable y escasa afluencia de espectadores en el grader¨ªo cuando Iturralde dio el pitido inicial. Dio la impresi¨®n inicial de que el Almer¨ªa hab¨ªa interiorizado mejor la importancia de la cita, sabedor de que tres puntos valdr¨ªan para casi certificar su continuidad en Primera.

En pleno sopor llegaron noticias de Pamplona, gol del M¨¢laga. El Depor tom¨® conciencia de que lo que queda de Liga pod¨ªa convertirse en un tr¨¢mite. Trat¨® de hacer f¨²tbol y se enganch¨® al entusiasmo, al ir y venir de Pablo ?lvarez, Bodipo o Guardado. No hab¨ªa m¨¢s argumentos porque Valer¨®n y Lassad estaban en el banquillo y Lafita, que ya se sabe que no seguir¨¢, en el palco. Lotina fi¨® la manija a Verd¨², desafortunado en el pase y sin el favor de la afici¨®n, y a Sergio, romo, pesado, con tics de ex futbolista. Ocurri¨® que el Depor no se impuso y el Almer¨ªa se dispuso a hacer eso que se define como "su partido", a dar por bueno el empate.

El partido deriv¨® en un tost¨®n, sin llegadas, sin chispa, con esas galopadas tan inocuas de Bodipo. Guardado le da r¨¦plica, pero de cuando en vez encuentra la pelota. Es pillo el mexicano y al filo del descanso le rob¨® el bal¨®n a Carlos Garc¨ªa ante la frontal. Remat¨® mal, pero la acci¨®n comenz¨® a desnudar al Almer¨ªa. Lo desvisti¨® tras el descanso con un centro de Filipe a la frontal, una dejada de Bodipo y un remate flojo y colocado de Verd¨². Para entonces el M¨¢laga ca¨ªa en Pamplona y el cielo se abri¨® para el Depor, que hab¨ªa subido l¨ªneas.y empezaba a esbozar mayor inter¨¦s por encimar al rival. Y sali¨® al campo Lassad. Ayer actu¨® de segundo punta y sentenci¨® con un gol a la contra, justo cuando Hugo trataba de recomponer a los suyos para buscar en media hora lo que hab¨ªan dejado pasar hasta entonces. Result¨® que el M¨¢laga al final gan¨® antes del duelo directo del s¨¢bado, pero el deportivismo tuvo tiempo de aplaudir a Valer¨®n, renov¨® ilusiones y se march¨® satisfecho, que no es poco.