El ¨ªdolo blanco de la afici¨®n negra
Casado con una modelo nacida princesa, Mathew Booth es ejemplo del fin de los prejuicios raciales en Sur¨¢frica
Una enorme y espectacular fotograf¨ªa de m¨¢s de diez metros de altura recibe al visitante en la terminal del aeropuerto Internacional de Johannesburgo. En ella, un futbolista blanco vestido con la zamarra amarilla y verde que identifica a la selecci¨®n nacional surafricana remata de chilena; el logo de la Copa Confederaciones completa la futbol¨ªstica bienvenida al pa¨ªs. No es casual que los seguidores de los bafana-bafana, nombre que recibe la selecci¨®n de Sur¨¢frica, una afici¨®n mayoritariamente negra, idolatre a Matthew Booth, (Fish Hoek, Ciudad del Cabo, 1977).
Resulta que Booth no es el primer futbolista blanco que defiende la camiseta de los bafana-bafana, pero sin duda es el m¨¢s querido. Un repaso al reciente f¨²tbol surafricano recuerda jugadores blancos entre mayor¨ªas negras, como el portero Hans Vonk, 43 veces internacional entre 1998 y 2005; su sustituto bajo los palos. Andr¨¦ Arendse, portero que lleg¨® a jugar en el Oxford United y en el Fulham y tambi¨¦n Eric Tinkler, un medio centro poderoso. Pero Booth es algo m¨¢s. Booth es un blanco en el coraz¨®n de la grada negra. Booth es uno de ellos.
La afici¨®n suele tener sus favoritos, a quienes les acompa?a en sus acciones con referencias fon¨¦ticas, justo como la afici¨®n del Chelsea hacia con el alem¨¢n Hull al grito de "hull, hull" cuando tocaba el bal¨®n en Stanford Bridge. As¨ª, las acciones de Lucas Rabede ten¨ªan el acompa?amiento de un prolongado "rooooooooo", a Mark Fish le animaban coreando "feeeesh" y a John Moshoeu le acompa?aban al grito de "shoes, shoes". A Booth le a¨²llan "boooooooooootttttt", -le¨¢se buuuuutzzz- lo que gener¨® una mala interpretaci¨®n de muchos periodistas durante el primer encuentro de los bafana-bafana contra Irak, cuando se interpret¨® que era abucheado: "Lo tengo que explicar muchas veces, porque llama a equ¨ªvocos", aclara. "Me animan, no me critican. Me quieren mucho y para mi es maravilloso escucharlos", dijo el central calvo y blanco que durante siete temporadas ha defendido los colores del Krilya, que lleg¨® a probar suerte en la Premier, concretamente en el Wimbledon y que actualmente juega en Mamelodi Sundowns. No es el ¨²nico blanco de esta selecci¨®n -tambi¨¦n est¨¢ Fernandes, portero suplente- pero sin duda es el m¨¢s querido porque para la inmensa afici¨®n negra al soccer, Booth, es uno de los suyos.
La devoci¨®n nace durante el partido contra Brasil en los Juegos Ol¨ªmpicos de Sidney, fecha hist¨®rica para el f¨²tbol surafricano, que jam¨¢s hab¨ªa ganado a los brasile?os. Ganaron y dicen que el principal culpable fue el tipo blanco y espigado que rechaz¨® todos los balones que se acercaron al ¨¢rea. Adem¨¢s, Booth est¨¢ casado con una princesa de raza negra, la modelo Sonia Bonnaventa, y tiene dos hijos: Nathan Katlejo y Noha Neo.
Ma?ana, cuando un tipo alto y calvo, blanco entre negros, toque la pelota, las "vuvuzelas", las insoportables trompetas que suenan incesantemente durante los partidos en este rinc¨®n del mundo, dejar¨¢n de sonar. Un clamor tronar¨¢ desde la grada: "booooooooot". No crean que es desprecio, es cari?o desde corazones negros para el ¨ªdolo blanco. "Solo espero que si perdemos, no nos den con las 'vuvuzelas' en la cabeza", bromea Matthew Booth.
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