Almagro remonta entre insultos
El murciano vence al argentino M¨®naco por 6-7 (3), 6-7 (7), 7-6(5), 6-4 y 8-6 en un partido acalorado y tenso
Cuando Nicol¨¢s Almagro se dirige a la red para despedirse de Juan M¨®naco, el rival al que ha derrotado (6-7 (3), 6-7 (7), 7-6(5), 6-4 y 8-6) en primera ronda, una cosa es segura y la otra se debate entre insultos. Lo seguro es que el murciano ha hecho algo incre¨ªble: remontar un partido que perd¨ªa por dos sets y 5-3 de desventaja, sin sensibilidad en los dedos de la mano derecha, molestado de nuevo por los tendones de su 'maldita' mu?eca. Lo que se debate es si esos dolores han existido. Si como M¨®naco sospecha, todo ha sido una artima?a, malas artes para sacarle del partido, la justificaci¨®n de que llegue a la red, en la hora de la despedida, y piense en no darle al espa?ol la mano. El partido ha transcurrido entre exabruptos. Almagro protesta al juez de silla, pide que le atienda el fisioterapeuta, detiene el juego asustado porque se le inflama la mu?eca y no siente la mano. M¨®naco, que salv¨® 11 puntos de break para ganar la primera manga, no se puede creer lo que le viene encima.
-Me cago en la concha de mi madre, dice en un descanso.
-?De tu madre o de la m¨ªa?, le pregunta Almagro con los ojos desorbitados.
-De la m¨ªa.
-Entonces, lo siento, cierra el murciano.
M¨®naco no se detiene ah¨ª. "Es muy importante ganar, pero ¨¦ste es un deporte en el que es importante ser buena gente y tener un respeto", dice tras el partido. "A este chico le ense?aron a jugar bien, pero buenos modales parece que no. Yo le ve¨ªa que se quejaba de la mu?eca y justo despu¨¦s consegu¨ªa 13 aces seguidos", continu¨®. "Durante todo el partido estuvimos conversando, yo de buena onda, pero ¨¦l se lo tom¨® por el otro lado y llev¨® el partido hacia una situaci¨®n que yo no me esperaba y que, adem¨¢s, no es normal en el tenis. Es la primera vez que me pasa algo as¨ª".
"Estoy teniendo problemas en la mano, tengo l¨ªquido en la mano", explica luego Almagro. "El m¨¦dico me ha dicho que mientras no me duela, que juegue. Y que si me duele, que me retire. Durante el partido, pierdo sensibilidad en los dedos y me preocupo. Gano un punto, y me lo recrimina, como si no se creyera lo de la mu?eca..."
La historia se divide ah¨ª en dos versiones. "Si quieres te doy clases de tenis", dice M¨®naco que le dijo Almagro. "Si quieres, te ense?o la mano en el vestuario", dice Almagro que le dijo a M¨®naco. "Aqu¨ª est¨¢ la mano, aqu¨ª la inflamaci¨®n", insiste el espa?ol; "yo no me escondo. Quiz¨¢s no se esperara que le fuera a remontar en hierba...?c¨®mo le voy a haber dicho eso! ?Si me estaba pegando una soberana paliza! ?No ve¨ªa agujeros! Si lo he pasado francamente mal..."
Francamente mal lo estaba pasando Karol Beck ante Feliciano L¨®pez, de nuevo imponente sobre hierba, un misil tras otro sobre la pista 18. Lo est¨¢ viendo Fernando Verdasco desde una valla; lo est¨¢n aplaudiendo los suyos desde la grada; porque el toledano anda imparable (6-1 y break de ventaja). Entonces, Beck que comprende algo que hasta ahora casi nadie entiende: c¨®mo restar el saque de L¨®pez sobre hierba. Y Beck que deja de fallar reveses paralelos, que mete el partido en la trinchera y se lleva consigo a Feliciano a la guerra. El espa?ol no se deja ir. Rompe al eslovaco cuando ¨¦ste sacaba por el partido. Se procura una bola que le asegura el triunfo al resto. La pierde y con ella se va el encuentro (1-6, 7-5, 6-3, 4-6 y 10-8). Almagro, que ahora mismo se est¨¢ tratando la mu?eca con el doctor Cotorro, jugar¨¢ contra Beck.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.