A partido de locos, fiesta del Sporting

Cuando el partido se vuelve loco, ya se sabe, el Sporting tiene todas las de ganar . Por eso durante casi una hora el Mallorca fue por delante en el marcador, porque todo iba por el libro. Cuando Luis Mor¨¢n encontr¨® un hueco imposible, entre el poste y Aouate, todo cambi¨®. Aquello se convirti¨® en una ida y vuelta que premi¨® al Sporting y acab¨® con la sequ¨ªa de un futbolista, De las Cuevas, que hasta ahora ten¨ªa de todo menos gol.

Desde el comienzo del segundo tiempo puso Preciado a calentarse a Carmelo y Bilic. Su equipo no funcionaba y el Mallorca guardaba con absoluta tranquilidad el gol de penalti que le regal¨® la fogosidad de Gregory. Los de Manzano jugaban tan c¨®modos que ni siquiera sent¨ªan la necesidad de resguardarse en la defensa. El Sporting no daba s¨ªntomas de reacci¨®n y Barral y De las Cuevas, negados, ten¨ªan todas las papeletas para irse a la caseta. Pero, de repente, De las Cuevas invent¨® un cambio de juego milim¨¦trico hacia Mor¨¢n, que no dud¨®: super¨® a su marcador y larg¨® un trallazo que sorprendi¨® a Aouate y a todo El Molin¨®n. A partir de ah¨ª, el ordenado, sensato y mand¨®n Mallorca se desquici¨®. El anodino, amuermado e incapaz Sporting solt¨® amarras.

Con espacios, los jugones del Sporting disfrutaron e hicieron disfrutar a su p¨²blico. Diego Castro sac¨® su versi¨®n m¨¢s malabarista para que De las Cuevas se estrenase en Primera. Y, poco despu¨¦s, con la confianza por las nubes, el ex del Atl¨¦tico marc¨® un golazo al picar el bal¨®n sobre la media salida de Aouate. El Sporting es tan ciclot¨ªmico que, al pasar de la depresi¨®n a la euforia, arrambl¨® con todo. Marc¨® el cuarto y pudo marcar el quinto y el sexto porque, a esas alturas, ya no ten¨ªa rival. El Mallorca hab¨ªa desaparecido del terreno de juego que durante 58 minutos crey¨® suyo.