Contradictorio Villarreal

Una vez m¨¢s, y van demasiadas, perdi¨® el Villarreal. Esta vez ante el Lazio y en el ¨²ltimo minuto, para m¨¢s dolor. Y lo hizo de manera extra?a, como viene siendo habitual desde el inicio de temporada. Sensaciones contradictorias trasmiti¨® el equipo de Valverde, que concedi¨® tanto como otorg¨®. Cont¨® con innumerables ocasiones de gol. Las mismas que le crearon. Senna se qued¨® ante Bizarri en el ¨²ltimo suspiro. No marc¨®. S¨ª lo hizo en la acci¨®n siguiente Rocchi para el Lazio, que jug¨® 20 minutos con uno menos por la expulsi¨®n de Matuzalem. A Valverde le quedan pocas coartadas.

Los fantasmas asomaron pronto. Nilmar gan¨® la espalda a su defensor y se plant¨® solo ante Bizarri. Una jugada calcada a la que tuvo cuatro d¨ªas antes ante el Xerez. El desenlace fue el mismo, su suave toque no encontr¨® porter¨ªa. La ansiedad del Villarreal en este comienzo de temporada se ve amplificada en los delanteros, obsesionados con el gol que no llega. Tanto Nilmar como Rossi tendr¨¢n que ajustar las miras, mejorar en la definici¨®n. Salir de la situaci¨®n en que se encuentra el Villarreal depende en gran medida de los goles esperados del italiano y el brasile?o.

La ocasi¨®n fallada por Nilmar fue un mal augurio. El bal¨®n le pertenec¨ªa al Villarreal, el juego discurr¨ªa en campo ajeno, las ocasiones se suced¨ªan una detr¨¢s de otra. Pero el primer gol lleg¨® en la porter¨ªa de Diego L¨®pez, en una transici¨®n con pocos toques del Lazio y facilitado por la mala sincron¨ªa entre el centro del campo y la defensa amarilla que aprovech¨® Julio Cruz para ceder a Z¨¢rate, que no tembl¨® ante L¨®pez.

La posesi¨®n, la cadencia, el control de juego, es algo innatural, accesorio y superficial para cualquier equipo italiano. El Lazio lleva el gen azzurro hasta la m¨¦dula. En su d¨ªa contaba De la Pe?a, que le aconsejaron que retuviera el bal¨®n, que r¨¢pidamente deb¨ªa lanzarlo a los puntas. Lo Pelat no entendi¨® nunca para qu¨¦ le hab¨ªan fichado. El calcio ha quemado as¨ª a grandes jugadores. Y sigue sin darles verg¨¹enza. La afici¨®n italiana no desea ver un espect¨¢culo en un campo de f¨²tbol. Quiere ver ganar a su equipo como sea. El Lazio logr¨® lo que buscaba.

M¨¢s panchos que largos, felices se sintieron los romanos con el devenir del partido. Qu¨¦ ingenuos los del Villarreal. Para qu¨¦ tanto tocar, pensaban los romanos. Esperando la contra matadora, se juntaron tantos celestes ante Bizarri, que el portero argentino no vio el remate de Eguren que equilibr¨® el marcador. Gui?os del destino, el gol del Villarreal no lleg¨® de una sutileza, sino de un rabioso cabezazo del jugador menos dotado t¨¦cnicamente del conjunto castellonense a un buen centro de Capdevila en una jugada masticada, costumbre ancestral en los amarillos.

Apret¨® el Lazio en la segunda mitad, adelantando la presi¨®n. Se abri¨® el partido y dej¨® de ser un mon¨®logo para el Villarreal que vio c¨®mo el poste se ali¨® con ¨¦l en un remate de Z¨¢rate. Cuando a falta de 20 minutos fue expulsado Matuzlem, el Lazio volvi¨® a su plan inicial, cediendo el protagonismo al Villarreal, que no lo supo aprovechar. Al contrario. Se vio superado en el ¨²ltimo suspiro.