Calienta Cristiano, lo mejor del Madrid
El equipo de Pellegrini tampoco seduce ante un Z¨²rich muy d¨¦bil y despacha otro partido tedioso - S¨®lo una derrota por 3-0 en Marsella y una victoria del Milan en Suiza le eliminar¨ªa
El Madrid est¨¢ en un laberinto, subyugado por un enredo descomunal. Encadena buenos resultados, es l¨ªder en la Liga y est¨¢ muy vivo en la Champions; pero el equipo est¨¢ agobiado, angustiado por verse sumido en un debate sobre la est¨¦tica y el buen gusto. El clima tormentoso generado a su alrededor, atizado desde las entra?as de la instituci¨®n, es una losa para los jugadores. A falta de un estilo colectivo que resulte convincente y seductor, sus futbolistas pretenden sacudirse las cr¨ªticas en cada suspiro. No hay pausa que valga, como si todos, uno a uno, advirtieran un presente apocal¨ªptico. El Z¨²rich, al que el Alcorc¨®n mirar¨ªa por el retrovisor, hubiera sido id¨®neo, terap¨¦utico como pocos, para la conciliaci¨®n. No fue as¨ª. El Madrid se busca pero no se encuentra.
REAL MADRID 1 - Z?RICH 0
Real Madrid: Casillas; Sergio Ramos, Pepe, Albiol, Arbeloa (Van der Vaart, m. 58); Kak¨¢ (Granero, m. 89), Lass, Xabi Alonso; Marcelo; Higua¨ªn y Ra¨²l (Cristiano Ronaldo, m. 69). No utilizados: Dudek; Garay, Drenthe, Diarra y Benzema.
Z¨²rich : Leoni; Stahel, Barmetller, Tihinen, Koch; Gajic (Vonlanthen, m. 76), Aegertner, Rochat, Djuric (Schonbachler, m. 88); Margairaz; y Alphonse (Mehmedi). No utilizados: Guatelli; Lampi, Nikci y Burchel.
Gol: 1-0. M. 21. Kak¨¢ cede a Higua¨ªn, que marca de tiro raso ajustado al palo izquierdo de Leoni.
?rbitro:Alain Hammer (Luxemburgo). Amonest¨® a Barmetller, Lass, Djuric, Stahel y Xabi Alonso.
Unos 68.000 espectadores en el Bernab¨¦u.
De nuevo el Madrid jug¨® un partido abstracto , nada cosm¨¦tico. No tuvo m¨¢s oposici¨®n que sus propios desvelos. En realidad, a la vista del cartel y del cierto desapego que genera el equipo, el partido no amaneci¨® hasta que Cristiano Ronaldo despeg¨® del banquillo para calentar. Al menos para la hinchada, que en estos d¨ªas ya no traga s¨®lo con los marcadores, a?ora a su primer artista porque no encuentra atractivos suficientes. Con el viraje en la presidencia se prometi¨® la capilla sixtina. El equipo ha tenido algunos ratos buenos (en el arranque con el Deportivo, en Z¨²rich, en el Manzanares), pero est¨¢ a un viaje lunar de aquel espect¨¢culo sublime publicitado durante las presentaciones veraniegas.
A la espera de CR, el Madrid fue el Madrid de casi siempre: el grupo por debajo de sus solistas, y ¨¦stos, de espaldas al gremio. Tiene empe?o y es voluntarista, pero le falta un gui¨®n. Rema poco por fuera, se enroca por dentro. Unos -con Kak¨¢ de cabecilla- se desenfrenan siempre en la misma vertical; otros no llegan (Ra¨²l); y algunos proponen una mutaci¨®n imposible (Lass). El caso del franc¨¦s comienza a ser sintom¨¢tico. Pellegrini le inclina hacia la derecha, donde cubre menos campo, se obliga en tareas para las que no fue concebido y encorseta a Xabi Alonso, con nostalgia de Mascherano o Sergio Busquets, sus liberadores en Liverpool y con Espa?a, respectivamente. El mecano no encaja y los papeles se trastocan. Al barullo contribuye Kak¨¢, una soluci¨®n en ocasiones -como en su asistencia a Higua¨ªn en el gol- y un problema otras, cuando dilapida el bal¨®n en b¨²squeda de su propia gloria, situaci¨®n muy frecuente. Lo mismo ocurre unos metros por delante con Higua¨ªn, pese a a sus prestaciones como goleador y ejecutor de un c¨®rner al servicio de Marcelo que el brasile?o estrell¨® en el poste derecho del ex¨®tico portero Leoni. El Pipa tambi¨¦n navega solo. No se siente protagonista a la altura de su productividad. No est¨¢ en la pasarela y las constantes alternancias desde el inicio del curso le inquietan. Y no s¨®lo a ¨¦l. ?Ra¨²l, como anoche, juega para que descanse Benzema o muchas jornadas? Un misterio, salvo para Pellegrini, claro.
Sin adversario a la vista -el Z¨²rich es octavo en la Liga suiza, en la que juegan diez equipos-, el Madrid estuvo plano. Fresco al inicio para asfixiar en su campo al visitante suizo, logr¨® maquillar algo su espesura, con Marcelo y Ramos de extremos punzantes y alg¨²n que otro remate lejano. De vuelta del descanso, el equipo fue la nada, incapaz de engatusar a la grada ante un rival tan escu¨¢lido. Para entonces ya sin presi¨®n, m¨¢s lejos de Leoni. Ante semejante encuentro verbenero, s¨®lo quedaba CR, cuyo relevo a Ra¨²l, a falta de otros argumentos m¨¢s excitantes, ser¨¢ objeto de todo tipo de ex¨¦gesis. Simbolog¨ªas al margen, el tobillo izquierdo del portugu¨¦s fue lo ¨²nico festejado por la afici¨®n. Poco consuelo para un equipo que lidera la Liga y, salvo alcorconazo en Marsella (un 3-0 en contra) y victoria milanista en Suiza, estar¨¢ en octavos de la Champions. Pero el f¨²tbol no puede esperar.
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