El Atl¨¦tico empata, que no es poco

Hablando en plata: el Atl¨¦tico es un co?azo. Como "cosa insoportable" define el diccionario la palabra co?azo. Pues eso. Insoportable es el juego del Atl¨¦tico. Gane, pierda, empate... Lo mismo da. Con Aguirre, con Abel, con Quique... Es igual. Cambian los t¨¦cnicos pero, en todos los casos, quienes se mantienen en la foto son los directivos, los Gil, Cerezo... Y los ide¨®logos (Pitarch...). Y los aficionados, tan aficionados, tan fieles, capaces un centenar de ellos de viajar a Tenerife para ser testigos de un nuevo ejercicio de impotencia del equipo, ?o ser¨¢ del club?, con sus dimes y diretes, por no decir con sus miserias, los mejores porque s¨ª que dice el himno, qu¨¦ grandes somos y qu¨¦ peque?os parecemos. Ha entrado el Atl¨¦tico en estado de p¨¢nico y lo mismo da si viaja a Tenerife, a Londres o a Nicosia. No hay rival peque?o para tan peque?o equipo.

Acostumbrado estaba Asenjo a verse exigido, no en vano jugaba en el Valladolid, y en el Atl¨¦tico desembarc¨® pensando, quiz¨¢, que vivir¨ªa m¨¢s tranquilo siendo como es el rojiblanco un equipo hist¨®rico. Un equipo hist¨¦rico es lo que se ha encontrado. Ah¨ª estaba el chico en el minuto 89 saliendo al borde del ¨¢rea para despejar de cabeza un env¨ªo largo que buscaba a Nino, protegiendo as¨ª el paup¨¦rrimo empate que el Atl¨¦tico cazaba en la isla, un resultado infame a priori pero magn¨ªfico si se tiene en cuenta c¨®mo transcurri¨® el partido, c¨®mo perdon¨® el Tenerife la vida al Atl¨¦tico, a este Atl¨¦tico que es un puro disparate. Y ah¨ª estaba el portero rojiblanco en el minuto 93 para rechazar la chilena del inefable Nino, am¨¦n de sacar su posterior remate. Nunca gan¨® Nino una Bota de Oro, y dos ha ganado Forl¨¢n. Y resulta que est¨¢ aqu¨¦l mejor acompa?ado que ¨¦ste, mucho m¨¢s cuando el uruguayo no ve a su vera al lesionado Ag¨¹ero, un chico que ayer se perdi¨® su cuarto partido de los ¨²ltimos 129 que ha disputado el equipo en la Liga. Y, sin ¨¦l, jam¨¢s gan¨® el Atl¨¦tico.

Tampoco ayer. Y bastante que empat¨®, gran ¨¦xito para un equipo que no est¨¢ muerto aunque presente un aspecto amortajado. Tiene el Atl¨¦tico a Assun??o y Cleber en la zona de creaci¨®n y tiene el Tenerife a Mikel Alonso, que no es su hermano Xabi pero alg¨²n gen conserva. Movi¨® Mikel a su equipo con criterio, por mucho que de cuando en vez se precipitara, y el Tenerife ech¨® a volar. Tanto vol¨® que a los dos minutos logr¨® su gol, firmado por Nino en el segundo palo tras un centro desde la derecha que prolong¨® con habilidad Alfaro. Corri¨® riesgos el Tenerife al adelantar su defensa y de ello se aprovech¨® su rival, que logr¨® el empate en una carrera insustancial de Cleber a la que Forl¨¢n dio coherencia, dejando a Jurado solo ante el portero, al que fusil¨®.

A partir de ah¨ª el partido fue del Tenerife, que apret¨® con todo, incluso con sus carencias, y que se encontr¨® con un penalti a favor por una supuesta mano de Dom¨ªnguez, que Nino lanz¨® para que Asenjo se luciera. Porque se luci¨® Asenjo, en esa jugada, en las anteriores, en las posteriores, en el tramo final, culpable como fue de que el Atl¨¦tico conservara el empate, magn¨ªfico bot¨ªn que le sit¨²a a dos puntos del descenso, de ese infierno del que el equipo lucha por escapar. Aunque no lo parezca