Escasos argumentos

Escaso Madrid para ganar en Siena. Como tambi¨¦n se demostr¨® en Tel Aviv la semana pasada, se necesitan mejores argumentos para lograr el ansiado y necesario triunfo lejos de casa. El Madrid no los tuvo por segunda semana consecutiva, pues salvo en los ¨²ltimos del tercer cuarto en los que Kaukenas entr¨® en ignici¨®n con ocho puntos consecutivos que dejaron totalmente abierto el debate (58-57) el resto fue un constante ir a remolque del equipo italiano. Liderados por el base norteamericano McIntire, que dio toda una lecci¨®n tanto de precisi¨®n en el tiro como de llevar las riendas de un equipo, el Montepaschi mantuvo casi siempre la iniciativa y respondi¨® sin entrar en p¨¢nico al par de ocasiones en las que los blancos se pusieron demasiado cerca. La racha de Kaukenas la cortaron con dos triples antes de terminar el tercer cuarto. De la de Lavrinovic (68-67 a falta de seis minutos) se encargaron McIntire y Marconato. S¨ª, s¨ª, Marconato. El veterano internacional italiano, que parec¨ªa que ya no est¨¢ para estos trotes y no hab¨ªa disputado ni un solo minuto en los dos primeros partidos del Top 16, tuvo una noche estelar y su brega, astucia y veteran¨ªa caus¨® da?os irreparables.

El partido tuvo mala pinta desde la mitad del primer cuarto. Despu¨¦s de una buena salida, McIntire comenz¨® su exhibici¨®n y el Madrid encaj¨® un parcial de 13-0 que le dej¨® bien tocado (21-10, final del primer cuarto). Messina se puso a buscar la f¨®rmula m¨¢gica. Que si monto una zona, que si pongo a Jaric a jugar de base, que si juego con tres bajitos.... Muchos intentos la mayor¨ªa sin ¨¦xito. Era complicado lograrlo, pues al final las t¨¢cticas tienen que ponerlas en pr¨¢ctica los jugadores, y el Madrid ten¨ªa a demasiados desenfocados. Empezando por Jaric, siguiendo por Garbajosa, pasando por Llull y terminando por un semilesionado Bullock. No era cuesti¨®n de estrategia, sino de material humano. Al Madrid le faltaba una referencia que el Montepaschi la tuvo toda la noche en McIntire. Kaukenas lo deb¨ªo entender as¨ª y durante unos minutos pareci¨® dispuesto a llevar a su equipo en la espalda.

El Madrid se puso a tiro, pero el arre¨®n de Kaukenas vino demasiado lejos de la meta. Al lituano terminaron faltando las energ¨ªas y sobr¨¢ndole perseguidores, por lo que el partido recuper¨® su din¨¢mica habitual. McIntire meti¨® otro triple, Marconato aprovech¨® todo lo aprovechable y Sato acab¨® rompi¨¦ndolo todo con una nueva canasta de tres puntos (80-66 a falta de 4 minutos). La victoria estaba ya decantada, pero en este grupo tan igualado no s¨®lo cuentan los signos, sino tambi¨¦n las diferencias. Al final el Madrid la dej¨® en siete puntos, lo que no est¨¢ nada mal. El partido se apag¨® dejando la sensaci¨®n que al Madrid le falta todav¨ªa un buen trecho para poder ser fiable en estas alturas de competici¨®n. Debajo del aro sufre en demas¨ªa su falta de kilos, no puede presumir de f¨ªsico si lo comparamos por ejemplo con los atletas del Montepaschi y si bien en su n¨®mina abunda el talento, a buena parte de este tesoro le falta un hervor. Pero sigue en competici¨®n.