C¨¦sar hace justicia al Valencia

El Valencia se march¨® de Gij¨®n sin saber muy bien si maldecir su suerte o celebrar el punto . Borde¨® el desastre en un comienzo de partido fren¨¦tico, domin¨® despu¨¦s el partido con pu?o de hierro y estuvo a punto de quedarse sin nada en el ¨²ltimo suspiro, cuando Bilic corri¨® en solitario al encuentro de C¨¦sar. El portero gan¨® la partida y salv¨® a su equipo de una derrota dif¨ªcilmente explicable.

Quiz¨¢ falt¨® el gol de Villa. En los tres partidos anteriores, El Guaje hab¨ªa acribillado al Sporting, su equipo del alma, por mucho que no lo celebrase exteriormente. Y no fue porque no lo intentara. Fue el delantero valencianista quien m¨¢s trabajo dio a Juan Pablo, pero no hubo manera. En la m¨¢s clara, un remate en solitario en el ¨¢rea peque?a, Villa dispar¨® al mu?eco. Y bastante despu¨¦s, cuando el Valencia empezaba a desesperar, mand¨® el bal¨®n a la parte exterior del poste. Tuvo que ser otro asturiano el que reflejara m¨ªnimamente el asedio valencianista. Mata, burgal¨¦s de nacimiento, pero ovetense por antecedentes y convicci¨®n, tiene una motivaci¨®n extra cada vez que pisa El Molin¨®n. Es el blanco preferido de los ultras sportinguistas por su formaci¨®n en el Oviedo. En los insultos a Mata hay tanto de rivalidad como de temor porque suele hacer grandes partidos contra el Sporting. El curso pasado, un gol suyo dio la victoria al Valencia muy al final. Ayer sirvi¨® para restar dos puntos al Sporting.

El partido fue un vaiv¨¦n emocional y futbol¨ªstico. Del primer minuto al 94 se jug¨® con una intensidad tremenda. El Sporting desat¨® las hostilidades con un arranque a todo trapo, como si sus jugdadores se quisieran hacer perdonar el resbal¨®n de la semana anterior en Almer¨ªa, donde al equipo de Preciado perdi¨® hasta el esp¨ªritu de lucha. Ayer lo tuvo a raudales. Gracias a eso y a la intervenci¨®n de sus mejores peloteros (Carmelo, De las Cuevas y Diego Castro) en los primeros instantes el Valencia fue incapaz de salir de su campo. En siete minutos, Carmelo roz¨® el gol, Diego Castro consigui¨® uno magn¨ªfico y el ¨¢rbitro anul¨® otro a De las Cuevas, que previamente hab¨ªa cargado a C¨¦sar en el ¨¢rea peque?a. La respuesta del Valencia fue inmediata, tambi¨¦n a partir de la asociaci¨®n de sus peque?os. Con Banega como origen de todo, Pablo, Silva, Mata y Villa empezaron a mover el bal¨®n con tanta velocidad y precisi¨®n que al Sporting no le qued¨® otro remedio que recular para proteger a Juan Pablo. El Valencia lo hac¨ªa todo bien salvo el remate final. Marchena cabece¨® al poste con todo a favor y Juan Pablo se multiplic¨® para salvar los disparos de Villa, Mathieu, Pablo Hern¨¢ndez y, cerca del descanso, tapar una llegada en solitario de Mata. Todo sigui¨® igual tras el descanso y, cuando parec¨ªa que hab¨ªa pasado lo peor para el Sporting, Banega volvi¨® a encontrar el pasillo imposible para que Mata, esta vez s¨ª, pusiera el empate.

Quedaba tiempo para todo, pero el partido acab¨® como hab¨ªa empezado, con el Sporting amenazando a C¨¦sar. Rivera rob¨® el bal¨®n y, con la defensa valencianista desubicada, lo meti¨® para la carrera de Bilic. El croata tuvo tiempo de pensar en la mejor forma de librar al portero. Quiz¨¢ demasiado cuando un delantero lleva tanto tiempo sin marcar. C¨¦sar, imperturbable, se acost¨® a su izquierda. Se qued¨® con la pelota y el Valencia con el punto que hab¨ªa merecido sobradamente.

Sporting 1 - Valencia 1