El don de lo rutinario

Ning¨²n aficionado del Sevilla estall¨® de j¨²bilo. Tampoco ninguno de Osasuna lament¨® esta derrota. Victoria de manual para este Sevilla espartano, sin brillo, con los ¨²nicos destellos de Luis Fabiano y Jes¨²s Navas como excepciones en un desierto de f¨²tbol, alimentado por el estilo gris de este equipo forjado por Manolo Jim¨¦nez, que, sin embargo, presenta como indiscutible aval un triunfo que lo devuelve a la zona de la Liga de Campeones y recorta dos puntos la distancia con el Valencia. A falta de un estilo que lo eleve a los altares, el sevillista se entretiene con el eterno debate sobre las formas y el fondo de este Sevilla que no juega a nada, pero que cumple con la cuarta plaza, el pase para la final de Copa y los octavos de la Champions.

Exist¨ªa una enorme expectaci¨®n en el S¨¢nchez Pizju¨¢n por comprobar de una vez por todas la identidad del juego del Sevilla. En la previa, y tras una semana en la que la clasificaci¨®n para la final de Copa hab¨ªa estado empa?ada por la forma infame de su consecuci¨®n, Jim¨¦nez hab¨ªa realizado una declaraci¨®n p¨²blica en la que negaba ser un t¨¦cnico defensivo y amante del 'pelotazo' como argumento principal. Para demostrarlo, aline¨® a Luis Fabiano y Kanout¨¦ y, si bien no fue un conjunto defensivo, el Sevilla s¨ª abus¨® del juego directo en busca de sus dos delanteros. Algo que facilit¨® la puesta en escena del equipo navarro, que lleg¨® a la capital andaluza con una clasificaci¨®n m¨¢s que tranquila y cuatro victorias seguidas en la Liga en sus alforjas. Entre el abuso de ese juego directo de los locales, sin un atisbo de elaboraci¨®n por parte de Renato o Zokora, y la calma de Osasuna, el partido se desarrollaba de forma pl¨¢cida, sin sobresaltos.

La igualdad era tal que Luis Fabiano y Calleja se repartieron las primeras ocasiones. La tregua se rompi¨® en una jugada que muestra lo mejor del Sevilla. Una p¨¦rdida del bal¨®n en un contragolpe de Osasuna permiti¨® una monumental carrera de Capel. Su centro al ¨¢rea fue rematado de forma impecable por Luis Fabiano. Ante tal exhibici¨®n de pegada, los debates sobre el juego quedan aparcados sin remisi¨®n. Al final, casi todo se resume en dar el bal¨®n a Navas, un jugador maravilloso, o Capel para que corran en busca del campo rival en la transici¨®n m¨¢s simple que el f¨²tbol conoce.

Otra cuesti¨®n es analizar por qu¨¦ el bal¨®n le dura tan poco al Sevilla salvo cuando lo tiene Navas. El misterio sobrepasa el cansancio acumulado por jugar siempre mi¨¦rcoles y domingo, algo que se debe tener en cuenta, pero provoca situaciones repetidas en el estadio sevillista: segundas partes que se hacen demasiado largas, carencia de autoridad para llevar la iniciativa y dominio del rival de turno, en este caso Osasuna. ?Tiene necesidad el Sevilla de pasar por este trago a pesar de sus excelentes resultados? Para la mayor¨ªa de los mortales, no.

Sevilla 1 - Osasuna 0