El Sevilla cae sin grandeza
Un buen elimina a un conjunto andaluz acomplejado al que conden¨® un error de Palop
R¨¢cano por el planteamiento de su entrenador y acomplejado por el car¨¢cter de unos futbolistas que dejaron escapar una ocasi¨®n hist¨®rica, el Sevilla cay¨® eliminado con justicia ante un CSKA que jug¨® bien sus bazas esta noche y que, adem¨¢s, se encontr¨® con un regalo del hasta ahora infalible Palop que certific¨® su pase al selecto club de los ocho mejores equipos de Europa. Se desgarr¨® Nervi¨®n por la derrota de su equipo, muy s¨®lido hasta ahora en la Liga de Campeones, aunque en el fondo la afici¨®n era consciente de que la historia de 2007, cuando se cay¨® ante otro rival inferior en octavos de la Champions, el Fenerbah?e, pod¨ªa volver a repetirse. Elimin¨® al Sevilla un buen equipo, que afront¨® la eliminatoria casi en pretemporada -jug¨® la ida despu¨¦s de dos meses y medio sin jugar ning¨²n partido- y que desnud¨® las carencias de su entrenador, Manolo Jim¨¦nez. Hoy pudo cavar su tumba como t¨¦cnico del Sevilla de cara a la pr¨®xima temporada. Esta vez no le salvaron Palop ni Luis Fabiano.
SEVILLA 1 - CSKA 2
Sevilla: Palop; Stankevicius, Fazio, Dragutinovic, Fernando Navarro (Adriano, m. 74); Zokora, Renato (Negredo, m. 70); Navas, Perotti, Capel (Kanout¨¦, m. 46); y Luis Fabiano. No utilizados: Varas; Lolo, Escud¨¦ y Duscher.
CSKA: Akinfeev; Aleksei Berezutski, Vasili Berezutski, Ignashevich, Schennikov; Semberas, Aldonin; Krasic (Odiah, m. 72), Honda (Rahimic, m. 82), Mark Gonz¨¢lez (Mamaev, m. 87); y Necid. No utilizados: Chepchugov; Oliseh, Dzagoev y Guilherme.
Goles: 0-1. M. 38. Necid./ 1-1. M. 40. Perotti. 1-2. M. 55. Honda.
?rbitro: Viktor Kassai (Hungr¨ªa). Amonest¨® a Aleksei Berezutski, Luis Fabiano, Schennikov, Mark Gonz¨¢lez y Semberas, Unos 37.000 espectadores en el S¨¢nchez Pizju¨¢n.
En definitiva, se volvi¨® a sufrir algo varias veces visto en el S¨¢nchez Pizju¨¢n. Un conjunto que no juega a nada, que nunca va de verdad a por los partidos y cuya apuesta se limita a las carreras de Navas y el acierto de sus delanteros. En Espa?a, puede valer con tres o cuatro pinceladas de sus estrellas para cumplir el objetivo. En Europa, nadie perdona, aunque enfrente est¨¦ un rival de la Liga rusa. Una pena para la afici¨®n andaluza y un estilete en el coraz¨®n de un presidente, Jos¨¦ Mar¨ªa del Nido, cuyos aires de grandeza sufrieron una andanada directa. Sufre tambi¨¦n, por a?adidura, una Liga espa?ola empobrecida, tambi¨¦n acomplejada ante la Europa futbol¨ªstica. La Liga s¨®lo tendr¨¢, como mucho, un representante en cuartos, si ma?ana se clasifica el Barcelona.
A palabras necias, o¨ªdos sordos, debi¨® de pensar Manolo Jim¨¦nez a la hora de gestar la alineaci¨®n de cara al partido fijado como antesala de la gloria. El preparador andaluz, fue, no obstante, fiel a su ideario a pesar de las continuas descargas de un entorno que pr¨¢cticamente le exig¨ªa jugar con Kanout¨¦ y Luis Fabiano en la delantera.
Por eso Jim¨¦nez priv¨® al propio Kanout¨¦ y a Negredo de un partido de este calibre para poblar su defensa de hombres de envergadura y un centro de campo repleto de jugadores j¨®venes y veloces. Con Zokora de guardaespaldas, Jes¨²s Navas, Perotti y Diego Capel afrontaron el encuentro con la misi¨®n de irrumpir en velocidad para superar a las torres rusas.
Un equipo ideado para el asalto, quiz¨¢s para el contragolpe, ni de perfil tan conservador como en realidad desea el t¨¦cnico, pero con futbolistas muy veloces, capaces de buscar continuamente el uno contra uno e incluso el bal¨®n en largo al espacio. No existi¨®, por lo tanto, la deseada metamorfosis en el ideario del preparador.
En citas como la de hoy, con lo que hay en juego, tanto se premia la valent¨ªa como el sentido com¨²n para manejar bien los tiempos de un partido que se afronta con un resultado favorable en la ida. Sin excusas posibles para encarar un choque de altura, pronto se desplegaron las intenciones del Sevilla. Una gran jugada de Navas dej¨® solo a Luis Fabiano, quien dispar¨® a las manos de Akinfeev a los tres minutos. Fue un espejismo. Tan pronto como el miedo atenaz¨® el cerebro de los jugadores del Sevilla, el CSKA se fue sintiendo cada vez m¨¢s c¨®modo. A pesar de tanto jugador habilidoso, el conjunto andaluz nunca fue de verdad a por el partido, lo que convirti¨® el choque en escenario propicio para la t¨¢ctica de los rusos.
Sin espacios para Navas, Perotti y Capel, el Sevilla no sab¨ªa qu¨¦ hacer con el bal¨®n, que acab¨® siendo patrimonio del CSKA. Tan previsibles como inocuos, con Luis Fabiano peleado con el mundo, los hombres de Jim¨¦nez cedieron terreno, con demasiada espesura en sus ideas. Si bien Zokora se multiplicaba en las ayudas, su despiste a la hora de cerrar a Honda en el ¨¢rea tras un saque de banda habilit¨® a Necid, quien concret¨® el gran objetivo del CSKA, marcar en el S¨¢nchez Pizju¨¢n.
Ante su escasez de recursos frente a un equipo pertrechado en su campo, al Sevilla le bast¨® un pelotazo de Palop y la piller¨ªa de Navas para que Perotti se adelantara al guardameta ruso en la jugada del empate. Ya estaba calentando Kanout¨¦ en la banda. Ya se estaba preguntando Jim¨¦nez por qu¨¦ su planteamiento, tan t¨ªmido como escasamente efectivo, no serv¨ªa. Y sali¨® Kanout¨¦. Y fall¨® Palop. Y se acumularon delanteros sin sentido para que el CSKA dilapidara las esperanzas del Sevilla. Y sin Dzagoev, la estrella rusa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.