Uche apaga el fuego del Zaragoza
El gran gol del nigeriano premia a un Almer¨ªa calculador frente a un rival m¨¢s ambicioso
Nadie habr¨ªa dicho cuando empez¨® la pelea que el m¨¢s pint¨®n acabar¨ªa en el hospital. Nadie habr¨ªa jurado que el Zaragoza se llevar¨ªa tan poco despu¨¦s de un partido que empez¨® manejando con comodidad. Pero el f¨²tbol es una ciencia poco exacta . Intervienen factores casi accidentales. Interviene el talento. Todo cambi¨® con un fogonazo de Uche.
El Zaragoza irrumpi¨® en Almer¨ªa con aplomo, como si la derrota del domingo ante el Bar?a no le hubiese hecho mella. Como si el descenso no representase una amenaza palpable. Jorge L¨®pez, Abel Aguilar, Ander, Suazo y Colunga comenzaron combinando con prepotencia y soltura en las primeras jugadas de la noche. Los chicos se apropiaron del medio campo y llegaron en oleadas hasta las rayas del ¨¢rea de Alves, tocando y apareciendo. El dominio del arranque fue para el Zaragoza. Pero la defensa del Almer¨ªa resisti¨® y por todo remate el Zaragoza sac¨® un cabezazo de Pablo Amo despu¨¦s de una jugada a bal¨®n parado.
ALMERIA 1 - ZARAGOZA 0
Almer¨ªa: Diego Alves; Macedo (J. Ortiz, m. 75), Acasiete, Pellerano, Cisma; Bernardello (Crusat, m. 63), Soriano; Piatti (Goitom, m. 91), Corona, Vargas; Uche. No utilizados: Esteban; Quillo, Borzani y Ortiz.
Zaragoza: Roberto; Pulido, Jarosik, Amo, Ponzio; L¨®pez, Aguilar (Edmilson, m. 80), Gabi, Ander (Eliseu, m. 64); Suazo (Arizmendi, m. 69) y Colunga. No utilizados: Carrizo; Babic, Paredes y Pennant.
Gol: 1-0. M. 61. Uche.
?rbitro:Iturralde Gonz¨¢lez. Amonest¨® a Piatti, Aguilar, Soriano, Ander, Poncio, Pellerano y Edmilson. Unos 15.000 espectadores en el estadio de los Juegos del Mediterr¨¢neo.
El Almer¨ªa se escondi¨® bajo los escudos y aguant¨® los mandobles con gente como Bernardello y Soriano. Cuanto m¨¢s entraron en juego los dos medios del Almer¨ªa, m¨¢s denso se volvi¨® el duelo, menos fluidez tuvo el Zaragoza, y m¨¢s se aburri¨® el p¨²blico. Seg¨²n avanz¨® la noche, los equipos jugaron a desgastarse, se volvieron cautos, remisos a tomar decisiones que no estuviesen dibujadas de antemano en la pizarra de los entrenadores. Cuando el partido entr¨® en esa din¨¢mica el perdedor fue el Zaragoza.
El Almer¨ªa se parapet¨® en sus volantes y jug¨® a cambiar de orientaci¨®n bajo la direcci¨®n de Corona. Cuando empezaba la maniobra por la derecha el bal¨®n acababa en el carrilero zurdo, Cisma, que sub¨ªa como una moto. Cuando la jugada arrancaba por el otro lado, el que despegaba era el lateral diestro, Michel. Entre los dos abrieron surcos intentando sorprender al Zaragoza. Y ante la duda, volaron los pelotazos frontales a Uche.
Menos aturdido por el rival que exigido por sus propios nervios, el Zaragoza s¨®lo dispuso de una ocasi¨®n clara. Suazo, que adem¨¢s de marcar sabe jugar, filtr¨® un pase entre los centrales rojos y Gabi, con Alves batido, mand¨® la pelota al larguero.
Ante el fracaso de las empresas colectivas triunf¨® la improvisaci¨®n. Piatti recogi¨® un bal¨®n en el medio campo y le dio un pase de 40 metros a Uche. A eso se le llama pelotazo. Pero el nigeriano lo durmi¨® en su pecho como si fuese una magdalena antes de girarse y destrozar a los defensas. Con un toque de derecha se limpi¨® a Amo, con un toque de zurda super¨® a Pulido, y luego golpe¨® al segundo palo, tambi¨¦n con la zurda, sin que Roberto pudiera hacer nada.
El Zaragoza no se recuper¨® del golpe. Pudo encajar otro. Pero Corona fall¨® el penalti.
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