Un gol para la esperanza

No pod¨ªa tener otro protagonista. Con el Tenerife derrotado, pensando en que hab¨ªa dejado pasar el tren definitivo para seguir en Primera, apareci¨® Nino, incombustible, insaciable, para cazar un bal¨®n suelto en el ¨¢rea y conseguir un gol que quiz¨¢ no sea suficiente pero alimenta las esperanzas de no perder la categor¨ªa que se jugar¨¢ la ¨²ltima jornada en Mestalla.

Con menos exigencia y en un ejercicio pr¨¢ctico, el Almer¨ªa hizo sus deberes para evitar echar el o¨ªdo a otros estadios. Lo consigui¨® con dos goles de Piatti y Crusat, cuya rapidez desmont¨® al Tenerife, que se dio por aliviado con el empate final.

Ofensivo y din¨¢mico, con sus virtudes y defectos impl¨ªcitos, el conjunto de Oltra aplic¨® de inicio su habitual y valiente estilo de juego que le produce tantas luces como sombras. En el primer minuto de juego tuvo el Tenerife una ocasi¨®n inmejorable, tras un cabezazo de Rom¨¢n a dos metros de la porter¨ªa que Diego Alves, con unos reflejos el¨¦ctricos, desv¨ªo fuera. Por dos veces se gestion¨® Nino la ocasi¨®n de adelantar a los chicharreros. Y lleg¨® Marc Bertr¨¢n, lateral diestro ¨¦l, se asom¨® al balc¨®n del ¨¢rea del Almer¨ªa y tras amagar un disparo de derecha, solt¨® un zurdazo que se col¨® en el ¨¢ngulo derecho de la porter¨ªa de Alves, esta vez desubicado.

Apenas hab¨ªa transcurrido un cuarto de hora, y como ha venido sucediendo a lo largo de toda la temporada, el prol¨ªfico y elaborado ataque tinerfe?o ten¨ªa m¨ªnima recompensa. Por el contrario, con poco le basta a cualquier equipo que se enfrente al conjunto isle?o para sacar r¨¦dito de la nada. 71 goles en contra hasta ayer explican demasiadas cosas.

Destensado por tener pr¨¢cticamente la salvaci¨®n asegurada, el Almer¨ªa, de manera m¨¢s b¨¢sica, igual¨® pronto el encuentro sin calentarse mucho la cabeza. Un pase largo al espacio, un desmarque perfecto de Piatti, y gol. Jugada repetida una y otra vez, como sucedi¨® cuatro d¨ªas atr¨¢s ante el Villarreal, en el conjunto de Lillo que explota perfectamente la velocidad de Crusat y Piatti. Dos balas.

El golpe recibido llen¨® de dudas al Tenerife, encogido por sus propios miedos, con el descenso en juego, frente a una oportunidad ¨²nica para salir del pozo a falta de la ¨²ltima jornada. Sus ataques se tornaron toscos y confusos. Mientras, el Almer¨ªa marchaba tranquilo y prudente, ganando espacios poco a poco, disfrutando de las sensaciones que proporciona el tener el esf¨¦rico en su poder m¨¢s de la cuenta, m¨¢s de lo que ten¨ªa previsto.

A la vuelta del descanso, conscientes de la delicada situaci¨®n, recuper¨®, en parte, su esencia el Tenerife, en un todo o nada ante un Almer¨ªa desinhibido fiado a la velocidad de Crusat y, sobretodo de Piatti, un incordio el argentino, veneno puro. Deriv¨® un encuentro abierto, apasionado, con la sensibilidad a flor de piel en el Tenerife que no desfallec¨ªa en el intento.

En el intercambio de golpes apareci¨® Crusat y dej¨® al Tenerife al borde de la rendici¨®n. Hasta que apareci¨® Nino.

Un gol para la esperanza