Besos para Messi

La barra bostera de Lomas, los chicos de Burzaco, la gente de Plaza Italia, la representaci¨®n de San Rafael, los muchachos que aguantan a la Academia, todos ellos, y muchos m¨¢s, barras bravas pagados por Kirchner y aficionados que vinieron por su cuenta, cubrieron el estadio de Ellis Park de pancartas y banderas pintadas con consignas, top¨®nimos, caras de Mandela, de Maradona, y, sobre todo, del Che Guevara. Eran 10.000 y compusieron una peque?a representaci¨®n de la hinchada que esper¨® a Lionel Messi.

La hinchada argentina hab¨ªa esperado a Messi durante a?os, revisando con suspicacia cada una de sus actuaciones, haciendo escrutinio de gestos, miradas, palabras y jugadas. El peque?o jugador de Rosario tard¨® en ofrecer lo mejor de su repertorio ante sus esc¨¦pticos compatriotas. Hasta que ayer, por fin, se revel¨® en donde se manifiestan los grandes. En un escenario legendario y en la Copa del Mundo. Fue el mejor de Argentina. El ¨²nico que ilumin¨® las jugadas. El que m¨¢s desbord¨®. El que m¨¢s remat¨® a puerta. El que m¨¢s pases de gol dio y el que mejor interpret¨® las necesidades de un equipo que es un misterio hasta para Maradona. Cuando acab¨® el partido fue el propio seleccionador argentino el que, puntual a sus exhibiciones para la tribuna, sabedor de que deb¨ªa un reconocimiento particular, se abalanz¨® sobre Messi, lo alz¨® en sus brazos, y apret¨¢ndolo contra su abultado pecho lo bes¨® con m¨¢s vehemencia que a los otros. Porque Maradona es el ¨²nico t¨¦cnico en la historia de los Mundiales que besa a todos sus jugadores despu¨¦s de los partidos y en cada sustituci¨®n.

Messi se llev¨® dos besos de Maradona y no pudo evitar cierta mueca de aprehensi¨®n cuando se sinti¨® soliviantado y luego pinchado por la barba hirsuta de su entrenador. Acababa de darle a su equipo mucho m¨¢s que cualquiera de sus compa?eros. Para empezar, tres pases que debieron subir al marcador de no haber sido desperdiciados por T¨¦vez e Higua¨ªn. Tres asistencias perfectas, una de ella con la derecha, doblemente dif¨ªcil para un zurdo, filtrada entre los centrales nigerianos. Messi lanz¨® a los atacantes y finaliz¨® ¨¦l mismo las jugadas. En cuatro ocasiones tir¨® entre los tres palos. Tres fueron disparos de media distancia. El ¨²ltimo fue un mano a mano que intent¨® resolver metiendo la pelota entre las piernas del meta. Las cuatro tentativas fueron desbaratadas. El portero nigeriano, Vincent Enyeama, fue elegido el mejor jugador del partido por su haza?a: "Tengo que agradecerle a Dios, y a Messi, este trofeo porque las paradas que hice son obra de Dios. Creo en Dios y por m¨¢s que he estudiado los goles de Messi en la Liga espa?ola, sin la ayuda de Dios no habr¨ªa hecho nada. En segundo lugar, debo decir que de no haberme enfrentado al mejor jugador del mundo no habr¨ªa recibido este reconocimiento".

Maradona, que ve el f¨²tbol como un jugador m¨¢s que como un t¨¦cnico, no sabe muy bien lo que tiene que hacer su equipo para acompa?ar a Messi, pero sabe perfectamente lo que quiere Messi. "A Lio lo quiero cerca de la pelota y hoy estuvo cerca de la pelota", dijo el t¨¦cnico. "Messi se divierte con la pelota y mientras ¨¦l se divierta nos divertimos todos. Sacarle la pelota a Messi es como sacarme a m¨ª esta manzana. Tengo un hambre b¨¢rbaro... Sin Messi el f¨²tbol no ser¨ªa lindo. Hoy Lio hizo cosas b¨¢rbaras".