'El Maestro', ante su rev¨¢lida
?scar Tab¨¢rez, t¨¦cnico de Uruguay, busca clasificar a los 'charr¨²as' en unos cuartos de final 40 a?os despu¨¦s
De cabello canoso, incontables arrugas y dicharachera lengua, ?scar Tab¨¢rez (Montevideo, 1947), seleccionador de Uruguay, sorpresiva l¨ªder del grupo A tras superar a M¨¦xico, Sud¨¢frica y la incendiaria Francia, ha ense?ado a sus pupilos el camino hacia los octavos de final, donde se miden hoy a la correosa Corea del Sur. Los charr¨²as no alcanzaban un pelda?o similar desde hace veinte a?os, los mismos que hac¨ªa que el t¨¦cnico no dirig¨ªa a su pa¨ªs en un Mundial. Ni 40 a?os unos cuartos. Demasiados para una doble campeona del Mundo.
La principal virtud de Tab¨¢rez es su cercan¨ªa y paternalismo con sus plantillas que le da un punto casi instructivo. No le viene nuevo eso de ense?ar. Su relaci¨®n con la docencia, adquirida durante su transici¨®n de jugador a entrenador, le llev¨® a portar a perpetuidad el apodo de El Maestro. Pero como todo cabeza de familia con su v¨¢stago, el t¨¦cnico implanta unos valores estrictos a cumplir a rajatabla. Durante su etapa dentro de los terrenos de juego, desempe?¨® las funciones de lateral derecho. Todo sobriedad y disciplina, nada de alardes. Dicha filosof¨ªa la ha adaptado en un modelo, su modelo, con el que ha conseguido que un equipo con mucha dinamita arriba, con Forl¨¢n y Luis Su¨¢rez a la cabeza, plantee una f¨¦rrea defensa inabordable para los atacantes rivales, como muestran las telara?as de la porter¨ªa custodiada por Muslera, a¨²n por estrenar.
Su fama con la pizarra procede de sus quehaceres con los equipos uruguayos y argentinos, especialmente con el Pe?arol (Copa Libertadores en 1987) y Boca Juniors (Apertura y Copa de Oro en 1992). El puente que establece sobre el r¨ªo de la Plata le sirvi¨® de atajo para aterrizar en el Viejo Continente, m¨¢s all¨¢ de sus devaneos con la selecci¨®n charr¨²a, a la que dirige en el Mundial de Italia' 90 (cae en octavos frente al anfitri¨®n 0-2). Los italianos Cagliari -en dos etapas- y el Milan durante medio curso (cesado en el ecuador de la 1996/97), y el Oviedo en Espa?a (1997/98, salvado del descenso en la promoci¨®n contra Las Palmas), su bagaje por Europa, de la que regresa para entrenar nuevamente a los charr¨²as desde 2006, tras previo paso por Argentina.
Algunos analistas achacan su fiasco europeo a sus frecuentes cambios t¨¢cticos, dotados de cierta inconsistencia, y en su supuesta incapacidad para gestionar grupos talentosos en favor de la disciplina castrense sobre el c¨¦sped. Con un grupo talentoso que hered¨® de Capello en el Milan fracas¨® rotundamente tras posicionar a los rossoneri en novena posici¨®n a mitad del a?o, lo que le cost¨® su cese y la vuelta de Sacchi. Tampoco dud¨® en culpar a las controvertidas vuvuzelas por su escaso ¨¦xito en el planteamiento inicial del encuentro ante Francia (0-0) en la primera jornada del Mundial. Sea como fuere, El Maestro busca hacer historia con Uruguay y ubicarla en cuartos cuatro d¨¦cadas despu¨¦s. En su s¨®lida defensa se encomienda para cumplir con su librillo. En eso... y en Forl¨¢n.
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