El peso de la tradici¨®n

En el 60 aniversario de su ¨²ltimo Mundial conquistado, el del Maracanazo, Uruguay le hizo un gui?o a su historia clasific¨¢ndose para cuartos de final por primera vez en 40 a?os. Gracias a contar con dos delanteros de primera fila: Forl¨¢n y Su¨¢rez. Y gracias a la inocencia sin fin de una Corea del Sur tan entusiasta como falta de oficio en las dos ¨¢reas. En su vuelta a la selecci¨®n 20 a?os despu¨¦s, el Maestro Tab¨¢rez vivi¨® una tarde inolvidable.

Los uruguayos lo celebraron como lo que era, una gesta para un pueblo de tres millones de habitantes. Y se comieron a besos y abrazos en el centro del campo antes de ir a saludar a los valientes que los hab¨ªan acompa?ado. Los coreanos mezclaron las l¨¢grimas con las gotas de lluvia y caminaron cabizbajos tambi¨¦n al encuentro con sus seguidores. Fue emocionante la humildad con la que se disculparon ante sus aficionados. Aunque no ten¨ªan nada de qu¨¦ avergonzarse: su progresi¨®n ha sido constante desde que Hiddink sentara las bases en 2002. Ayer cayeron con toda la dignidad posible. A falta de dos minutos, el tibio remate de Dong, solo ante Muslera, simboliz¨® la falta de malicia que les dej¨® fuera del Mundial.

La jugada de Forl¨¢n fue excelente. Entre tres adversarios, se abri¨® un espacio por el centro a base de requiebros y cedi¨® a Cavani. El delantero del Palermo le devolvi¨® un mel¨®n ca¨ªdo en el extremo izquierdo. All¨ª se present¨® Forl¨¢n, que volvi¨® a recortar al lateral Du-ri antes de centrar al segundo palo. Un centro a voleo que el portero Jung se comi¨® sin sospechar que Luis Su¨¢rez llegaba por el otro lado. Su¨¢rez solo hubo de colocar el interior del pie derecho para marcar. El contenido Tab¨¢rez cerr¨® los pu?os y grit¨® el gol con una furia muy antigua. Su¨¢rez presenta unos n¨²meros estratosf¨¦ricos: 55 goles en 61 partidos entre el Ajax y la selecci¨®n.

El juego de Corea fue veloz, fresco y estimulante. Las carreras de Park Ji-sung, el volante del Manchester, ten¨ªan algo de esp¨ªritu libertario. Tambi¨¦n los disparos de Park Cho-young, uno de ellos al poste izquierdo de Muslera.

Uruguay hubo de recurrir a su oficio ancestral para parar las embestidas asi¨¢ticas. Tras el gol, el combinado celeste se retir¨® a sus aposentos y, desde all¨ª, quiso sentenciar a la contra. El lateral derecho Maxi Per¨¦z le dio muy buena salida por ese carril. En una de sus incursiones, tras un globo a un defensa, su disparo golpe¨® en el codo de Kim, que lo hab¨ªa sacado para eso: para frenar el disparo. El ¨¢rbitro pens¨® que no hab¨ªa intenci¨®n.

El Maestro Tab¨¢rez hab¨ªa dispuesto una alineaci¨®n atrevida, siguiendo la moda del 4-3-3, con Forl¨¢n, Su¨¢rez y Cavani alternando arriba sus posiciones. Ante la ausencia de centrocampistas h¨¢biles con la pelota, Tab¨¢rez decidi¨® partir el equipo en dos, sin tr¨¢nsito en la medular. "Ustedes defi¨¦ndanse bien", les dijo a sus zagueros, "que aquellos, los tres delanteros, ya se encargar¨¢n de convertir".

El goleador es un ser ego¨ªsta por excelencia, seg¨²n el lugar com¨²n, y seg¨²n demostr¨® una vez m¨¢s Luis Su¨¢rez, que ten¨ªa a la derecha a Cavani y a la izquierda a Forl¨¢n, pero prefiri¨® tirar a puerta. Pate¨® m¨¢s al c¨¦sped que al bal¨®n y, tras la pifia, pidi¨® disculpas a sus compa?eros.

La segunda parte arranc¨® con una lluvia pertinaz y un ataque tambi¨¦n muy persistente de Corea del Sur. Chung -yong se hart¨® de bal¨®n en un remate m¨¢s f¨¢cil posible: reci¨¦n botado y a 10 metros de la l¨ªnea de meta. La sustituci¨®n de God¨ªn por Victorino agriet¨® el centro de la defensa uruguaya. Y lo peor es que el conjunto de Tab¨¢rez ya no pod¨ªa enlazar con sus delanteros. Abus¨® del pelotazo.

Un mal despeje de cabeza de Victorino y una falta de decisi¨®n en la salida de Muslera propiciaron el gol de cabeza de Cheng-yong, delantero del Bolton de 21 a?os. Bajo un manto fin¨ªsimo de lluvia sacudida por el viento, el partido se puso precioso. Uruguay se vio obligado a salir de su madriguera. Y Corea esperaba alg¨²n contragolpe.

Uruguay advirti¨® entonces que la defensa surcoreana era muy vulnerable y Luis Su¨¢rez recibi¨® un regalo en el pico izquierdo del ¨¢rea que despu¨¦s convirti¨® en un golazo. Por el disparo enroscado que busc¨® y encontr¨® la parte interior del poste m¨¢s alejado. Ese bal¨®n pesaba mucho para el meta Jung. Lo mismo que la tradici¨®n del centenario f¨²tbol uruguayo.

Uruguay 2 - Corea del Sur 1