Brasil irrumpe en Sud¨¢frica
Los de Dunga golean a Chile y reclaman su eterna condici¨®n de primer candidato a base de toque como medio de distracci¨®n, cambio de ritmo, sorpresa y definici¨®n
Dice Bielsa que el Brasil de Dunga no rompi¨® con el pasado y es cierto. Quedan vestigios y son significativos. Como memoria subyacente, sus jugadores saben manejar ciertas herramientas tradicionales. Gilberto fue el transmisor de este conocimiento cuando exhibi¨® su categor¨ªa para anticiparse y jugar a dos toques, casi siempre en corto, para reunir a sus compa?eros y amortiguar los continuos embates del rival. Comenz¨® el partido y Chile atac¨® sin pausa pero con orden. Brasil se agrup¨® en su campo y administr¨® las posesiones sin lograr profundidad.
Los pases de Chile asociaban a todo el equipo en un movimiento agresivo. Los pases de Brasil parec¨ªan m¨¢s inocuos, pero siempre ha sido as¨ª. Brasil esper¨® su momento. Esper¨® a que Kak¨¢ encontrase un pasillo abierto entre las apretadas l¨ªneas que lo vigilaban. Esper¨® a que un detalle, un error de marcaje, le ofreciera la oportunidad de lucir su capacidad desequilibrante. Gilberto fue el primero en agitar la coctelera con un disparo desde fuera del ¨¢rea, bien ajustado al palo izquierdo del meta Bravo. El portero desvi¨® el tiro a c¨®rner y Brasil abri¨® la sesi¨®n de jugadas a bal¨®n parado, un recurso que le ha rendido importantes beneficios. Maicon, Kak¨¢ y Alves lanzan. Juan, Lucio y Gilberto son expertos en el juego a¨¦reo. La especialidad resultar¨ªa decisiva para derrotar a Chile.
BRASIL 3 - CHILE 0
Brasil: Julio C¨¦sar; Maicon, L¨²cio, Juan, Michel Bastos; Gilberto Silva, Ramires, Daniel Alves; Kak¨¢ (m.81, Kleberson); Robinho y Luis Fabiano (m.76, Nilmar).
Chile: Claudio Bravo; Mauricio Isla (m.62, Rodrigo Millar), Pablo Contreras (m.46, Rodrigo Tello), Gonzalo Jara, Ismael Fuentes; Arturo Vidal, Carlos Carmona, Jean Beausejour; Alexis S¨¢nchez, Humberto Suazo y Mark Gonz¨¢lez (m.46: Jorge Valdivia).
Goles: 1-0, m.35: Juan. 2-0, m.38: Luis Fabiano. 3-0, m.59: Robinho.
?rbitro: Howard Webb, de Inglaterra. Amonest¨® a Kak¨¢, Vidal, Fuentes, Ramires y Millar.
Ellis Park, de Johannesburgo, ante 54.049 espectadores.
Durante media hora Bielsa tom¨® caf¨¦ sentado en el banquillo observando c¨®mo los chilenos se sincronizaron para presionar, robar y desmarcarse. Lo hacen con una eficacia que les ha valido el reconocimiento de los seguidores. Este equipo no ser¨¢ f¨¢cilmente olvidado a pesar de no contar con ning¨²n talento extraordinario. Demostr¨® tener todo lo que se puede adquirir mediante el esfuerzo y el entrenamiento. Solo le falt¨® lo que es imposible de adiestrar. Si exhibi¨® sus notables carencias fue al llegar a los ¨²ltimos 30 metros. All¨ª, en el territorio incierto del ¨¢rea de penalti, donde el instinto gobierna, sus futbolistas se estancaron. A su frustraci¨®n contribuyeron Lucio y Juan, firmes y siempre bien situados por detr¨¢s de tres interiores que barrieron con ganas para filtrar las incursiones combinativas de Suazo, Beausejour y Alexis. Los rematadores chilenos triangularon abnegados pero nunca llegaron c¨®modos a las posiciones de tiro.
El gran problema del f¨²tbol, la generaci¨®n de situaciones de gol, es el problema que Chile no logr¨® desentra?ar. Si Brasil se mueve con soltura por la Copa del Mundo es porque despacha con naturalidad los asuntos relacionados con el gol. Sea en jugada continuada o a bal¨®n parado, como ayer. Maicon sac¨® un c¨®rner d¨¢ndole a la pelota un toque violento y preciso. Juan solo tuvo que elevarse y poner la frente para enviar por encima del portero y a la caja. Dejar solo a Juan, reputado cabeceador, fue el primer error grave de la defensa chilena. La propuesta de Chile es arriesgada y requiere de mucho oficio para funcionar. Las bajas por sanci¨®n de Waldo Ponce y Gary Medel, los mejores marcadores del equipo, provocaron una debilidad imposible de subsanar.
El segundo gol fue producto del desasosiego. Tres minutos despu¨¦s Robinho aprovech¨® una distracci¨®n de Isla y Jara en la banda izquierda para correr al espacio. Centr¨® y Kak¨¢ habilit¨® a Luis Fabiano con un toque sutil. El punta sevillista regate¨® a Bravo y defini¨® solo. La maniobra tuvo un efecto devastador en Chile. Quedaba una hora de juego. Pero los jugadores chilenos fueron inmediatamente conscientes de que les restaba todav¨ªa todo un suplicio por delante.
Bielsa dio entrada a Valdivia, un enganche cl¨¢sico, y a Tello, un volante diestro, y quit¨® a Mark Gonz¨¢lez y a Contreras. La reorganizaci¨®n proporcion¨® un poco m¨¢s de claridad a los ataques de Chile, que adelant¨® unos metros sus l¨ªneas y agreg¨® gente a sus maniobras. La respuesta de Brasil la emprendi¨® Ramires, que se descolg¨® por el carril del diez, gan¨® velocidad y toc¨® para Robinho con gran sentido del tiempo. El escurridizo delantero del Santos ley¨® la jugada con su habitual astucia y recibi¨® en el balc¨®n del ¨¢rea para hacer la pausa y embocar su disparo.
Con el de ayer, Robinho sum¨® su s¨¦ptimo gol en seis partidos a Chile. El ¨²ltimo fue una demostraci¨®n de que hay valores que no se han perdido en Brasil. El toque como medio de distracci¨®n, el cambio de ritmo, la sorpresa y la definici¨®n tambi¨¦n caracterizan a este equipo. Brasil aparece en la Copa para reclamar su eterna condici¨®n de primer candidato.
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