El mec¨¢nico que rompi¨® en futbolista
Raul Meireles, f¨¢cilmente reconocible por sus m¨¢s de 30 tatuajes, es el l¨ªder del centro del campo de Portugal
Raul Meireles (Oporto; 1983) lleva su historia escrita en los brazos. Tatuados casi por completo, est¨¢n cubiertos por los rostros de su mujer Ivone y de su hija Lara, por las fechas en que el matrimonio se conoci¨®, por el d¨ªa en que naci¨® la peque?a y por la palabra "mae" (madre en portugu¨¦s), entre otros motivos. Sin embargo, tras su inusual aspecto se esconde un centrocampista tan sobrio como eficiente, acostumbrado a pisar las dos ¨¢reas y que cada 90 minutos recorre los metros suficientes como para que Portugal sea la ¨²nica selecci¨®n del Mundial que a¨²n no ha recibido un gol.
Lo que no parec¨ªa estar escrito en el destino de Meireles era, precisamente, el f¨²tbol. Lejos de nacer con un bal¨®n bajo el brazo, el portugu¨¦s no prest¨® ning¨²n inter¨¦s al deporte rey hasta los seis a?os. Ni siquiera fue por iniciativa propia, sino de su padre, masajista del Boavista, club de la Segunda Divisi¨®n portuguesa. Desde un principio demostr¨® un talento natural, pero sigui¨® sin tener clara su vocaci¨®n durante un tiempo, ya que hasta los 17 sigui¨® estudiando para ser mec¨¢nico, pese a que un a?o antes se hab¨ªa proclamado campe¨®n de Europa sub 16.
Pronto pas¨® del Boavista de su padre al vecino famoso de la ciudad, el Oporto, al que lleg¨® en el a?o 2004. Sin tomarse un respiro aprovech¨® el verano del traspaso para lograr un nuevo ¨¦xito, el tercer puesto en el Europeo sub 21. Se afianz¨® r¨¢pidamente en centro del campo de su nuevo equipo y comenz¨® a acudir a las convocatorias de la selecci¨®n absoluta tras el Mundial de 2006. Mientras tanto, su palmar¨¦s segu¨ªa creciendo, y tras ganar cuatro Ligas consecutivas con el Oporto se hab¨ªa hecho indiscutible en el combinado luso.
El d¨ªa que Portugal se jugaba su presencia en Sud¨¢frica demostr¨® su ascendente sobre el equipo. Portugal lleg¨® con un exiguo 1-0 a la vuelta de la repesca contra Bosnia y sin Cristiano Ronaldo, lesionado. Con Bosnia volcada, Portugal lanz¨® una contra. En la segunda oleada, como a ¨¦l le gusta, apareci¨® Meireles para sellar el billete de la selecci¨®n para el Mundial. De esta importancia es consciente su entrenador, Carlos Queiroz, ya que ha sido el ¨²nico futbolista del plantel que ha disputado todos los partidos de la clasificaci¨®n y del Mundial, partiendo siempre como titular.
La participaci¨®n de Meireles es el esquema de Portugal es indispensable, partiendo desde el interior zurdo. Es capaz de colaborar en la destrucci¨®n del f¨²tbol rival, gracias a su despliegue f¨ªsico y su rigor t¨¢ctico, de dar salida a las contras, ya sea mediante apoyos en corto o a trav¨¦s de desplazamientos largos, y de aportar gol llegando desde atr¨¢s. En la goleada de Portugal en el Mundial, el 7-0 ante Corea del Norte, fue el autor del gol que abri¨® el marcador para su equipo.
M¨¢s all¨¢ de sus excentricidades (en su casa tiene una cama colgada del techo que desciende al pulsar un bot¨®n y una pared cubierta con un grafiti), Meireles es el hombre encargado de comandar la medular lusa, cuya resistencia tratar¨¢ de derribar hoy Espa?a.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.