El ni?o del Hurac¨¢n
A sus 21 a?os, Javier Pastore, fue la sorpresa de la lista de Maradona y vive con descaro su experiencia mundialista
El 5 de julio de 2009 graniz¨® en Buenos Aires. Ese d¨ªa, en el estadio Jos¨¦ Amalfitani del barrio bonaerense de Liniers, el V¨¦lez Sarsfield y el Hurac¨¢n se disputaban el torneo Clausura. Esa noche, se enfrentaban el equipo menos goleado (V¨¦lez), con el m¨¢s goleador (Hurac¨¢n). El esp¨ªritu canchero y experimentado de los del Fort¨ªn contra la esperanza de un equipo humilde que so?aba con reeditar glorias pasadas. La prosa contra el verso. Y el poema se trunc¨®. Pero no Javier Pastore (C¨®rdoba, Argentina, 1989), derrotado en ese duelo, m¨¢ximo goleador de aquel torneo con 7 tantos y futuro de la selecci¨®n argentina. Por eso est¨¢ en Sud¨¢frica a las ¨®rdenes de Maradona y por eso dej¨® pinceladas de su f¨²tbol ante Grecia. Ahora apunta hacia Alemania, el rival del s¨¢bado en los cuartos de final.
Al modesto club porte?o del barrio de Parque Patricios le bastaba con conseguir un empate en cancha rival para proclamarse campe¨®n. Pero el sue?o del Globo se hizo a?icos y la cosa acab¨® en un tremendo l¨ªo. Aquel Hurac¨¢n, entrenado por ?ngel Cappa, perdi¨® el Clausura de 2009 pero enamor¨® al mundo. Entre los Angelitos destacaba un ni?o flaquito y espigado de esmerado trato de bal¨®n e ineludible parecido est¨¦tico y futbol¨ªstico con el uruguayo Enzo Francescoli. El chico era Javier Pastore. Admirador de Juan Rom¨¢n Riquelme, Pastore inici¨® su carrera en el club Talleres de C¨®rdoba, con el que lleg¨® a debutar en la Segunda Divisi¨®n del f¨²tbol argentino. "Nunca hab¨ªa jugado en una cancha grande. Mi pap¨¢ me dijo que me fuera al medio del campo, que dijera a todos que era '10'. Y ah¨ª qued¨¦", explicaba Pastore al rememorar la prueba que pas¨® con el equipo de su infancia. Cappa se enamor¨® de su talento, que mezclaba con solvencia la riqueza t¨¦cnica y el gol con un carism¨¢tico esp¨ªritu barrial.
El verano de 2009, tras llorar el desencanto por aquel t¨ªtulo que se perdi¨® en la tormenta, Pastore (comunitario con pasaporte italiano) lleg¨® al Palermo por unos 7 millones de euros. Su primer entrenador fue Walter Zenga, relevado precipitadamente por Delio Rossi, despu¨¦s de que el presidente Maurizio Zamparini lo criticara porque no apostaba por el enganche cordob¨¦s.
"Gambete¨¢ al destino, habilit¨¢ al di¨¢logo y met¨¦ un gol en el arco de la depresi¨®n", rezaba la cantinela de la serie infantil 'Cebollitas', que emit¨ªa la televisi¨®n argentina a finales de los a?os '90. Con ese ideario pueril y so?ador creci¨® Pastore. Besando la medallita que lleva colgada con la foto de su pap¨¢ Juan Carlos y su mam¨¢ Patricia, as¨ª celebr¨® la llamada de Maradona. Fue en un amistoso ante la selecci¨®n catalana en diciembre de 2009, donde la albiceleste cay¨® derrotada pero donde Pastore present¨® credenciales con un meritorio gol en el Camp Nou. Esa fue la primera de sus tres internacionalidades. Un amistoso previo al viaje a Sud¨¢frica y su debut mundialista ante Grecia completan su curr¨ªculo como aventajado disc¨ªpulo de Maradona.
Pastore vive la experiencia con la pleites¨ªa del novato pero con la esencia de un colegial en viaje de fin de curso. En las habitaciones de la concentraci¨®n albiceleste son habituales los campeonatos de PlayStation. Messi elige jugar con el Barcelona y su destreza a los mandos funde realidad y ficci¨®n. Uno de sus rivales m¨¢s dif¨ªciles es el Madrid, gobernado por Pastore. En su c¨¢ndida irreverencia no suele elegir entre los titulares al Pipita Higua¨ªn, m¨¢ximo goleador del Mundial junto a Villa (4). Pronto, su nombre ganar¨¢ protagonismo en el reparto virtual y en el tapete maradoniano.
![Pastore, junto a Messi, durante un entrenamiento de Argentina.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/4XMYEHVJR4LFOVRVJNCM5HDEYA.jpg?auth=29211ff3a7083923df9155cc6fa68e2741753f835aaf5cce29c46ee78d352515&width=414)
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