Alemania tritura la fe de Maradona
El conjunto de L?w da un recital ante una Argentina sin centro del campo
Alemania es un equipo de autor. Hace dos a?os, Joachim L?w crey¨® que su selecci¨®n podr¨ªa parecerse alg¨²n d¨ªa a Espa?a, el adversario que le hab¨ªa dado una lecci¨®n en la Eurocopa de Austria y Suiza. El entrenador alem¨¢n se propuso seguir ese camino que trata de llegar al ¨¦xito a trav¨¦s de un f¨²tbol fresco, atrevido y sin complejos. De ah¨ª que reclutara a un grupo de chicos muy dotados t¨¦cnicamente, los M¨¹ller, Ozil, Kedhira, Kroos y Marin, sin calcular siquiera que los tres primeros le iban a dar un rendimiento tan espectacular. Favorecidos por la baja por lesi¨®n a ¨²ltima hora del autoritario Ballack, lo que supuso una liberaci¨®n. Es un triunfo colectivo , liderado por Schweinsteiger, adornado por M¨¹ller y Ozil, y rematado por la maza de Podolski y Klose. En contraste con el culto a la individualidad de Argentina, donde Maradona y Messi asumieron un protagonismo que no les correspond¨ªa.
ARGENTINA 0 -ALEMANIA 4
Argentina: Sergio Romero; Nicol¨¢s Ottamendi (Javier Pastore, m.70), Nicol¨¢s Burdisso, Mart¨ªn Demichelis, Gabriel Heinze; Maxi Rodr¨ªguez, Javier Mascherano, ?ngel di Mar¨ªa (Sergio Ag¨¹ero, m.75); Lionel Messi; Carlos T¨¦vez y Gonzalo Higuain.
Alemania: Manuel Neuer; Philipp Lahm, Per Mertesacker, Arne Friedrich, Jerome Boateng (Jansen m.72); Sami Khedira (Kroos m.77), Bastian Schweinsteiger; Thomas M¨¹ller (Trochowski, m.84), Mesut ?zil, Lukas Podolski; Miroslav Klose Goles: 0-1, m.3: M¨¹ller; 0-2, m.68: Klose; 0-3, m.74: Friedich; 0-4, m.89: Klose.
?rbitro: Ravshan Irmatov (UZB), amonest¨® a los argentinos Mascherano y Otamendi y al germano M¨¹ller.
Incidencias: Encuentro de cuartos de final del Mundial de Sud¨¢frica disputado en el estadio Green Point de Ciudad del Cabo ante 64.100 espectadores, en presencia de la canciller alemana, Angela Merkel, y del presidente de Sud¨¢frica, Jacob Zuma. Antes del encuentro, los capitanes Javier Mascherano y Philipp Lahm leyeron una declaraci¨®n en contra del racismo.
El Pelusa por una simple falta de formaci¨®n para el cargo, fi¨¢ndolo todo a su inspiraci¨®n y a su fe, creyendo que los futbolistas le devolver¨ªan con goles el amor que les dio. Y en cuanto a Messi, porque quiso ser el principio y el final de las jugadas, sin alcanzarle para tanta exigencia, incomprendido en un equipo sin centrocampistas de verdad y con dos laterales de mentira. Se fue del torneo sin marcar y, aunque jug¨® mejor que Rooney y Cristiano, su historia de desamor con la selecci¨®n parece indefinida. Una pancarta en la grada del Green Point anunci¨® lo que iba a suceder. "Tch¨¹ss, Maradona [Adi¨®s Maradona]".
El torneo va poniendo a cada jugador en su sitio. De los dos j¨®venes alemanes que impresionaron en el estreno ante Australia, Ozil y M¨¹ller, el primero ofrece detalles muy sutiles mientras el segundo crece un palmo en cada partido. La timidez del media punta de origen turco juega en su contra. Todo lo contrario que el descaro de M¨¹ller, convertido ya, a los 20 a?os, en una de las figuras del campeonato: cuatro goles y una asistencia. Y un intervencionismo total en Alemania, apareciendo desde cualquier lado, lanzando ataque por todas partes. Acompa?ado por Lahm, el duendecillo, que percuti¨® por la orilla ante la zancada torpe y tard¨ªa de Heinze.
Mientras escuchaba el himno alem¨¢n, M¨¹ller gui?¨® el ojo derecho a la c¨¢mara, encantado con el escenario a pesar de que hace un a?o estaba en Tercera. Otamendi, uno de los laterales postizos de Maradona, entr¨® muy mal en el partido. Atropell¨® a Podolski y a esa falta desde el interior derecho acudi¨® Schweisteiger para golpear a pie cambiado. Al vuelo con efecto del bal¨®n lleg¨® antes que nadie M¨¹ller, sigui¨¦ndole la matr¨ªcula otra vez Otamendi. Presente en todas las salsas, M¨¹ller toc¨® un bal¨®n con la mano e inmediatamente, al ver la tarjeta amarilla, sab¨ªa que se perd¨ªa las semifinales.
Lejos, muy lejos del ¨¢rea, Messi perd¨ªa sus mejores requiebros en una zona inofensiva. Cuando le pasaba el bal¨®n a Heinze, por poner un ejemplo, es como si se lo diera a un marciano, tal es el uso tan extra?o que iba a hacer de ¨¦l. Si el que se lo pasaba a Messi era Otamendi, la pedrada era inevitable. Ese es el tipo de laterales con los que ha contado Maradona para la Copa del Mundo.
Aferrado a sus amuletos, El Pelusa se paseaba por el rect¨¢ngulo de los entrenadores como un le¨®n herido, con ganas de saltar en cualquier momento. Un ob¨²s de Di Mar¨ªa y un pelotazo de T¨¦vez a la cara de Mertesacker metieron en el partido a Argentina, consciente a esas alturas de que el camino estaba muy empinado, sobre todo porque el portero Neuer se empleaba con valent¨ªa y seguridad. Messi ejecut¨® afilados pases de mediocentro, pero los desmarques de Higua¨ªn y T¨¦vez se produjeron medio cent¨ªmetros fuera de la ley.
Ozil tom¨® el testigo de M¨¹ller y Alemania, pese a su ventaja, atac¨® con todo, dej¨¢ndose apenas tres hombres protegiendo a Neuer. El partido se electriz¨® porque las contras argentinas amenazaban tormenta. El poder¨ªo f¨ªsico de Boateng fue el mejor ant¨ªdoto contra la velocidad de Messi y los desmarques de Higua¨ªn. Alemania encontr¨® un fil¨®n por los extremos. Y hasta desde el suelo M¨¹ller, tras una falta de Demichelis, convirti¨® un bal¨®n en un pase muy limpio a Podolski, que esper¨® y cedi¨® para que marcara a Klose. Maradona se dio cuenta demasiado tarde. Cuando retir¨® a Otamendi por Pastore, el desastre estaba consumado. Y cuando Schweinsteiger fue tumbando defensas, el ¨²ltimo era Higua¨ªn, en posici¨®n de central no se sabe por qu¨¦. El pase atr¨¢s lo remat¨® Fiedrich. Hasta ah¨ª, hasta la l¨ªnea de gol, hab¨ªa llegado el central. La actuaci¨®n de Schweinsteiger fue soberbia. L?w hizo debutar a otros de los chicos de la cantera, Kroos, y el Green Point se puso en pie para despedir a M¨¹ller. En el en¨¦simo contragolpe germano, Ozil acarici¨® un centro que empalm¨® Klose a gol. Frente a los regates sin destino de Messi, el juego coral de Alemania ilumin¨® el Green Point.
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