Nueva Zelanda da para media sonrisa

Espa?a acab¨® reduciendo a la caricatura a Nueva Zelanda a pesar de que tard¨® en despegar de manera definitiva. Le cuesta a la selecci¨®n alcanzar la altura que se espera de su potencial en un Campeonato del Mundo que ya ha consumado dos jornadas, pero al menos varios jugadores empezaron a acercarse algo m¨¢s al punto de finura imprescindible para que el motor ruja con su potencia acostumbrada en los ¨²ltimos cuatro a?os. A la derrota ante Francia, le sigui¨® un triunfo tranquilizador desde el punto de vista clasificatorio y alcanzado a trav¨¦s de un juego que repara algunas de las deficiencias observadas, aunque no todas ni mucho menos.

El partido dio para que se abriera media sonrisa en la cara cariacontecida que dej¨® en todos los espa?oles la derrota y el pobre juego desplegado ante los franceses. El despliegue de la selecci¨®n brill¨® por momentos, aunque al mismo tiempo se apag¨® demasiado r¨¢pido. El ¨¢nimo con el que el equipo espa?ol encar¨® el partido pareci¨® radicalmente distinto al estado de nervios y precipitaci¨®n que acab¨® traicion¨¢ndole ante Francia. Los mismos jugadores que un d¨ªa antes fallaban los tiros libres con una reiteraci¨®n desesperante (17 de 32), los anotaron con una rutina funcionarial (21-25). M¨¢s a¨²n, con los triples sucedi¨® dos cuartos de lo mismo: 10 de 20.

Los nervios, las prisas, la adopci¨®n de decisiones equivocadas desaparecieron casi por completo. Y eso permiti¨® que empezaran a observarse las virtudes t¨¦cnicas, individuales y colectivas de sus jugadores. Navarro se solt¨® el pelo con los triples (4 de 7), Garbajosa dos cuartos de lo mismo (4 sin fallo alguno), Ricky Rubio reparti¨® nada menos que 11 asistencias y rob¨® alg¨²n bal¨®n de forma asombrosa y se asoci¨® con Marc Gasol para que este impusiera su ley bajo los aros. El p¨ªvot de los Grizzlies exhibi¨® algunos retazos de la intimidaci¨®n y contundencia que se le demanda para no echar de menos a su hermano.

Lo peor para el equipo espa?ol fue la discontinuidad que evidenci¨® en su juego. Lo mismo se pon¨ªa 13 puntos arriba (18-5) que bajaba su producci¨®n y su defensa y permit¨ªa que los neozelandeses se acercaran peligrosamente (48-44).

El aceler¨®n en el tercer cuarto pareci¨® ya definitivo (77-63), pero de manera inexplicable volvi¨® a bajar la diferencia (77-68). Las rotaciones de Scariolo, que esta vez cont¨® con San Emeterio con la clara misi¨®n de que frenara a Kirk Penney, el ca?onero y sost¨¦n de su equipo, no parecen todav¨ªa todo lo engrasadas que ser¨ªa de desear. En especial algunos de los suplentes denotan en exceso lo mucho que les cuesta adquirir el ritmo de juego de los titulares, caso de Llull o Mumbr¨².

Tuvo m¨¢s problemas en las alas Espa?a cuando compareci¨® Abercrombie, pero Rudy Fern¨¢ndez acab¨® siendo el claro dominador de la situaci¨®n con 12 puntos y otros tantos rebotes en su haber y una forma de proceder mucho m¨¢s galvanizada e inteligente que el d¨ªa anterior.

De cualquier forma, Espa?a, pese a ser superada en el rebote, fue imponiendo su superioridad en todas las facetas a medida que iba reduciendo los da?os que le hab¨ªa causado su rival en ataque. Cinco minutos antes del final lo dej¨® todo resuelto (87-68) en un partido que alivia su situaci¨®n an¨ªmica despu¨¦s del rev¨¦s sufrido ante Francia y le har¨¢ m¨¢s agradable la jornada de descanso en la competici¨®n de la que disfrutar¨¢ hoy, antes de medirse ma?ana a Lituania.