El Espanyol tambi¨¦n sabe ganar fuera

El primer gol y la primera victoria del Espanyol a domicilio llegaron en Mallorca, donde hasta hoy solo el Madrid hab¨ªa logrado pescar un empate. Infalible en su campo, donde ha ganado sus tres partidos, el equipo de Pochettino resisti¨® con diez durante m¨¢s de una hora y se acab¨® llevando los tres puntos y un subid¨®n de confianza ante un igual, el Mallorca de Laudrup, que ofreci¨® su cara m¨¢s mediocre de la temporada. A la media hora, un par de decisiones del ¨¢rbitro, Iglesias Villanueva, le cambiaron la cara al partido. Una diablura de Luis Garc¨ªa por la derecha acab¨® con el delantero blanquiazul en el suelo, tras un agarr¨®n de Kevin. El forcejeo comenz¨® fuera del ¨¢rea, pero acab¨® dentro, y el ¨¢rbitro se?al¨® penalti. El propio Luis recogi¨® el bal¨®n, bati¨® por los pelos a Aouate y lo celebr¨® con pirueta incluida, incendiando los ¨¢nimos de su antigua afici¨®n. Con el ambiente ya caldeado, lleg¨® otra acci¨®n determinante. En un salto, a muy pocos metros del colegiado, Osvaldo extendi¨® el brazo en un salto y golpe¨® en la cara a Cresp¨ª. Iglesias lo vio claro: roja directa. El delantero argentino se march¨® provocando a la grada, retando al cuarto ¨¢rbitro y forcejeando con el personal de seguridad. Pochettino acab¨® interviniendo para evitar males mayores. Perdida su referencia en punta, el t¨¦cnico espanyolista avanz¨® la posici¨®n de Callej¨®n y desplaz¨® a la izquierda a Verd¨². El plan era mantener la calma. Aguantar.

Pero la primera jugada de la segunda parte, con Luis Garc¨ªa a punto de marcar el segundo en un contragolpe, prefigur¨® lo que estaba por venir. El Mallorca, exigido por el rumbo que hab¨ªa tomado el partido, fue incapaz de hacer valer su superioridad num¨¦rica ante un rival que mantuvo el orden atr¨¢s y que, en la medida en que pudo, explot¨® la velocidad de sus extremos. Durante 45 minutos, los de Laudrup no chutaron entre los tres palos ni una sola vez, mientras el Espanyol barr¨ªa como un vendaval el ¨¢rea balear, con Callej¨®n convertido en una pesadilla para los defensas.

Con uno menos, el conjunto blanquiazul se vaci¨® por completo, despleg¨¢ndose con fiereza y cerr¨¢ndose con determinaci¨®n. Perdon¨® uno, dos, tres goles. Demasiados. Pero no hubo castigo, porque el Mallorca no apret¨® los dientes ni siquiera en la recta final, cuando los de Pochettino iban ya en reserva.

Mallorca 0 - Espanyol 1