Solo Munitis puede con Alves
En un flojo partido, el portero del Almer¨ªa sostiene sin premio a su equipo ante un Racing digno
Abandonado a su suerte por un equipo nulo en ataque y torpe en defensa, Diego Alves oposit¨® a destinos superiores con una actuaci¨®n tan estelar como infructuosa. Inconmensurable toda la tarde, la actuaci¨®n del guardameta del Almer¨ªa fue lo ¨²nico rescatable en un partido de f¨²tbol plano y botas torpes .
El portero brasile?o solo encontr¨® ant¨ªdoto en un jugador de voluntarismo conmovedor, apegado al escudo y a la tierra con lazos umbilicales. Sobre el c¨¦sped del Sardinero, Pedro Munitis fue el ¨²nico jugador con la rebeld¨ªa suficiente como para superar la median¨ªa de una tarde sopor¨ªfera de f¨²tbol narc¨®tico. Con sus virtudes y sus defectos decidi¨® no someterse a la dictadura de la mediocridad y pasada la media hora canaliz¨® su insurrecci¨®n en un zapatazo rabioso al borde de la frontal que super¨® la estirada de Diego Alv¨¦s. Fue la ¨²nica concesi¨®n del cancerbero que agigant¨® su figura con la inercia de la tarde.
RACING 1 - ALMER?A 0
Racing: To?o; Francis, Torrej¨®n, Henrique, Cisma; Kennedy, Diop, Colsa, Munitis (Edu Bedia, m. 91); Ariel (Lacen, m. 63) y Rosenberg (Bolado, m. 79). No utilizados: Coltorti; Pinillos, Ponce y Adri¨¢n.
Almer¨ªa: Diego Alves; Michel, Acasiete, Carlos Garc¨ªa (Ulloa, m. 85), Juanma Ortiz (Valeri, m. 66); Bernardello, M'Bami; Crusat, Corona (Goitom, m. 85), Piatti; y KaluUche. No utilizados: Esteban; Vargas,Jakobsen y Bernal.
Gol: 1-0. M. 33. Munitis de fuerte disparo desde la frontal del ¨¢rea.
?rbitro: Rubinos P¨¦rez. Amonest¨® a Munitis, Enrique, Kennedy, Valeri y Acasiete.
Unos 18.000 espectadores en los Campos de Sport del Sardinero.
El guardameta del Almer¨ªa vivi¨® siempre en el alambre por la desidia de sus compa?eros y protagoniz¨® innumerables estiradas, en ocasiones efectistas, mayoritariamente milagrosas, ante el empuje local. De los hombres de Lillo no hubo noticias. Escondidos en el orden insustancial de una pizarra ret¨®rica, apenas ofrecieron el repertorio m¨ªnimo que se demanda a un equipo de Primera. Cuando el encuentro se desarrolla en tama?os niveles de modorra, es imposible discernir d¨®nde termina la incapacidad y d¨®nde comienza la incompetencia.
Tras el descanso, no vari¨® el escenario. El Racing avanzaba hasta la frontal del ¨¢rea almeriense con la precauci¨®n de no destaparse y desde ah¨ª probaban suerte una vez tras otra convirtiendo. Solo el Racing busc¨® la victoria y convirti¨® a Alves en un pim pam pum. El brasile?o acumul¨® fotogenia y leyenda como especialista en la resoluci¨®n de asedios y acumul¨® hasta doce intervenciones para la estad¨ªstica y su figura se agrand¨® infinitamente para desesperaci¨®n racinguista.
El Almer¨ªa se entreg¨® irresponsablemente al marcador ajustado con la esperanza esot¨¦rica de encontrar el empate en alg¨²n bal¨®n descarriado que premiara su incapacidad. Y al primer acercamiento visitante, Portugal retir¨® la p¨®lvora mojada de Ariel y se arrop¨® con Lacen. Lillo solo movi¨® ficha a falta de cinco minutos. Nada ocurri¨®. Los locales cegados ante Alves, los visitantes sumidos en la nada.
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