El Madrid mete el turbo
El equipo de Mourinho se despliega con toda la energ¨ªa que le falta al veterano Milan y gana con suficiencia un partido en el que mereci¨® golear
Solo el marcador se le resisti¨® al Madrid, autor de un partido notable en el que siempre estuvo muy por delante del Milan. El equipo de Mourinho se impuso en todas las facetas, por juego, f¨ªsico y ¨¢nimo. Gan¨® con mucha suficiencia ante un rival reputado que ayer no tuvo dictado alguno. El Milan solo fue capaz de discutir con el Madrid cuando el conjunto espa?ol baj¨® el pist¨®n para negociar el resultado. Fue mediado el primer acto, cuando su adversario ya hab¨ªa puesto de su parte en los dos goles encajados en el cuarto de hora inicial. Cuando el Madrid volvi¨® a dar un paso al frente, el Milan evidenci¨® su poca chicha, con ex jugadores como Ronaldinho, divos como Ibrahimovic y unos cuantos futbolistas al borde de la jubilaci¨®n. Curiosamente, el mejor Madrid, el del segundo tramo, se qued¨® seco. Su f¨²tbol mejora cada jornada y su actitud es irreprochable.
REAL MADRID 2 - MILAN 0
Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Pepe, Carvalho, Marcelo; Xabi Alonso, Khedira; Di Mar¨ªa (Granero, m. 87), ?zil (Lass, m. 83), Cristiano Ronaldo; e Higua¨ªn (Benzema, m. 89). No utilizados: Dudek; Albiol, Diarra y Pedro Le¨®n.
Milan: Amelia; Zambrotta, Nesta, Bonera, Antonini; Gattuso (Boateng, m. 59), Pirlo, Seedorf; Ronaldinho (Robinho, m. 71); Pato (Inzaghi, m. 78) e Ibrahimovic. No utilizados: Roma; Papastathopoulos, Abate y Flamini.
Goles: 1-0. M. 13. Cristiano Ronaldo marca tras un libre directo. 2-0. M. 14. Remate de ?zil, el bal¨®n da en Bonera y bate a Amelia.
?rbitro: Pedro Proen?a (Portugal). Amonest¨® a Bonera, Boateng, Antonini y Di Mar¨ªa.
Santiago Bernab¨¦u: 80.000 espectadores.
No es el Madrid, ni probablemente lo sea en el futuro, un equipo que galvanice su juego en torno a la pelota. Sus virtudes, muchas, son otras. No domina el juego grapando el bal¨®n, sino por intensidad y aceleraci¨®n. En su mejor versi¨®n, el Madrid adelanta la defensa, gana la pelota muy cerca de la trinchera adversaria y es capaz de llegar al gol con el turbo, a una velocidad imposible para muchos. Con ese gui¨®n se trag¨® al Milan en un cuarto de hora.
Camuflado delante de Amelia, con la tercera edad de Ronaldinho y la dispersi¨®n de Ibrahimovic, a su bola casi siempre, el equipo de Allegri estuvo a la intemperie. El Madrid puso el voltaje y del resto se encarg¨® su rival, un socio en los dos goles madridistas. A una mayor¨ªa de delanteros le cuesta distinguir las ¨¢reas y mejor que no pisen la propia.
Le pas¨® a Pato, que fue al auxilio de sus defensas de mala manera, con un atropello a Xabi Alonso a un palmo de la media luna. Una invitaci¨®n a Cristiano. Ibrahimovic y Seedorf, que no est¨¢n para recibir balonazos, se espantaron en la barrera y Amelia qued¨® vendido. De inmediato, a la verbena se sum¨® Bonera. CR anud¨® por en¨¦sima vez a Zambrotta y asisti¨® a ?zil, que llegaba liberado por el macizo central. Su remate sali¨® churresco, pero Bonera puso el hombro donde quiso poner la cabeza y el rebote hizo descarrilar a su portero.
Con todo a favor, era cuesti¨®n de medir la respuesta de ambos, de ver si se impon¨ªa el f¨²tbol fren¨¦tico y vigorizante del Madrid o si este se frenaba y daba vuelo a un equipo de ritmo infartado, con solo tres centrocampistas y todos por encima de la treintena: Gattuso (32), Pirlo (31) y Seedorf (34). Ocurri¨® lo peor para el conjunto de Mourinho. El Madrid dio al Milan el ox¨ªgeno que no tiene. Recul¨®, se parti¨® en dos oc¨¦anos y se volvi¨® contemplativo. Se dej¨® gobernar, lo que siempre es un peligro ante futbolistas como Pato, Ibrahimovic y Ronaldinho, que no tiene carrocer¨ªa, pero al que sin presi¨®n los pies a¨²n le obedecen.
El Milan, pese a todo, apenas amenaz¨®, salvo una falta ejecutada por Pirlo al larguero de Casillas. Cuesta creer que, con un contrario a la espera y la n¨®mina de delanteros que tiene, el equipo de Berlusconi solo exhiba fogueo. Lo que retrata tanto al Milan como al buen sistema defensivo del Madrid. Lo que demuestra la falta de hueso de un equipo que ante el absentismo de los primeros violines tiene como ¨²ltimo recurso a Inzaghi, eterno con sus 37 a?os. Aport¨® tan poco como Pato. Y tampoco dej¨® huella Robinho, relevo de Ronaldinho.
En sus confusos minutos, el conjunto de Mourinho se enred¨® con vicios que parec¨ªan superados en las ¨²ltimas semanas. De nuevo, la precipitaci¨®n y el egocentrismo. Nadie qued¨® m¨¢s en evidencia que Di Mar¨ªa, en su peor partido como madridista. A un suspiro del descanso, arranc¨® hacia la porter¨ªa milanista con solo un rival en la defensa y cuatro compa?eros de escolta: Khedira, CR, Higua¨ªn y ?zil. Un pase a cualquiera habr¨ªa sido gol. Di Mar¨ªa se meti¨® en la boca del lobo y se venci¨® ante Amelia.
Por suerte para el Madrid, su p¨¢jara fue pasajera. De vuelta del intermedio, el equipo se despleg¨® con la energ¨ªa de los primeros minutos. Esta vez, de principio a fin del periodo. El Milan fue reducido a un equipo de trapo y solo alg¨²n embrujo evit¨® que se fuera de Chamart¨ªn hecho trizas. Equilibrado en su juego, el Madrid no dio respiro a su ilustre inquilino. El equipo interpret¨® de nuevo que su mejor defensa estaba en la periferia de Amelia. Esa es su forma de domesticar a los rivales. Es un conjunto que inventa cuanto m¨¢s se acerca al gol. Se salta la elaboraci¨®n por delante de la defensa, salvo cuando utiliza la v¨ªa de Xabi Alonso para encender las luces largas. Es un equipo directo, sin miramientos, que necesita ser sostenido cerca del tendal defensivo del contrario.
Ah¨ª irrumpe ?zil con su toque de billar; ah¨ª esprinta CR y barre todo el ¨¢rea Higua¨ªn. En otros d¨ªas, tambi¨¦n Di Mar¨ªa resulta un azote. Gestionada la victoria, el Madrid evit¨® cualquier rasgu?o y se qued¨® a un paso de la goleada. M¨¦ritos hizo. Y muchos.
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