Verd¨² combina con todo

Fue un partido sin mayor historia porque el Levante automutil¨® su vocaci¨®n ofensiva, sin argumentos t¨¢cticos ni t¨¦cnicos m¨¢s all¨¢ del chupinazo para arriba. Fue un duelo de lo m¨¢s pl¨¢cido para el Espanyol -solo inquietado al final porque no remata el resultado ni por asomo-, de actitud gallarda en casa, espoleado por su animosa afici¨®n y la solvente clasificaci¨®n. Fue, en definitiva, el encuentro de Verd¨², que orquest¨® el f¨²tbol con buen criterio y mejor pie y siempre muy bien respaldado por Duscher en el corte.

El Espanyol suele ser un equipo de trinchera, que presiona arriba pero se encierra con presteza en la retaguardia, al tiempo que se remite al contragolpe para dar sus mejores punzadas. Sufridor por naturaleza, adem¨¢s, ha llegado a un punto en el que se encuentra c¨®modo ante las adversidades. No se derrumba si le marcan un tanto o si se queda con uno menos. Pero la mejor noticia es que tiene recursos, que no le hace ascos a la iniciativa ni a la pelota. Y sea cual sea el sistema desplegado, Verd¨² es la palanca que lo mueve en ataque. El p¨¦ndulo que reparte de lado a lado la pelota entre sus compa?eros. El peor dolor de muelas para el Levante. Con una hoja de ruta bien primaria, el Levante trat¨® de focalizar la porter¨ªa rival a trav¨¦s del pelotazo. Un arma est¨¦ril si los centrales fijaban al ariete -el armario Caicedo- y los laterales cerraban las prolongaciones.

Sergio y Xavi Torres, los medios centros, resultaron invisibles en la elaboraci¨®n. Una coyuntura propiciada por otra argucia de Pochettino, que ten¨ªa estudiado al rival y que retoc¨® su propuesta para cloroformizarlo. Como el Levante no jug¨® una sola pelota desde atr¨¢s -el portero Reina nunca sac¨® con la mano y menos dio un pase en corto con el pie-, el Espanyol opt¨® por no ejecutar la presi¨®n en posiciones avanzadas, sino que aguard¨® en la medular para anudar las filas en 15 metros. La receta perfecta para anestesiar las segundas jugadas o rebotes del rival. Desdibujado el Levante, a los blanquiazules solo les quedaba morder. Verd¨², sin desgaste porque Duscher vale por dos en el corte, recogi¨® la batuta. No cont¨® el Espanyol con Osvaldo, remate del equipo, por lo que Callej¨®n, m¨¢s inquieto, ocup¨® la parcela. A sus movimientos se sumaron las diagonales de Sergio Garc¨ªa y las carreras en profundidad de D¨¢tolo. Un sinf¨ªn de posibilidades para que Verd¨² lanzara asistencias a discreci¨®n. Verd¨² como cartero, con el tino de meter la pausa o la agitaci¨®n cuando se reclamaba. En una de esas, lleg¨® a la l¨ªnea de fondo y sac¨® un centro medido al segundo palo, donde D¨¢tolo caz¨® la pelota al vuelo para firmar un gol delicioso. Premio a D¨¢tolo, todo un incordio que tira del requiebro con demasiada frecuencia pero que se sale con la suya con no menos asiduidad. Y corona para Verd¨², que se sabe importante hasta el punto de que ning¨²n compa?ero le discute las pelotas divididas, que complet¨® todo un recital. Regal¨® un gol a Callej¨®n -anulado por fuera de juego-; origin¨® un buen remate de Sergio Garc¨ªa; y prob¨® tres disparos con poca fortuna porque uno toc¨® el palo, el otro roz¨® la cruceta y el ¨²ltimo se top¨® con Reina.

El Levante, alfe?ique en el partido menos en el ¨²ltimo tramo, observ¨® todo con displicencia. Hasta que Xisco, sin intenci¨®n de jugar el cuero, atrap¨® por detr¨¢s a D¨¢tolo y se march¨® al vestuario con la tarjeta roja de aureola. Menos Levante y m¨¢s Verd¨². Jug¨® e hilvan¨® el equipo blanquiazul hasta que Callej¨®n, al fin, acert¨® en el remate. Parec¨ªa el partido perfecto de no ser porque Stuani remat¨® un centro aislado, marc¨® y atemoriz¨® al equipo. M¨¢s a¨²n cuando Juanlu dispar¨® por dos veces desde el balc¨®n del ¨¢rea, con la mirilla torcida. Pero como est¨¢ acostumbrado al sufrimiento, el Espanyol se repuso. Nada nuevo.

Espanyol 2 - Levante 1