Cuesti¨®n de car¨¢cter

La tarde anunciaba buen f¨²tbol y acab¨® por convertirse en una cuesti¨®n de car¨¢cter. No hay nada que refuerce m¨¢s las convicciones que sobreponerse a la adversidad y el Getafe dobleg¨® al Villarreal en el peor de los escenarios. Los de M¨ªchel, en inferioridad num¨¦rica durante 55 minutos, interpretaron mejor el gui¨®n y se comieron a un rival ofuscado.

El seleccionador Vicente del Bosque no quiso perd¨¦rselo, ten¨ªa hasta nueve seleccionables en cada una de las alineaciones. El Getafe ante su espejo. Dos almas gemelas. Dos propuestas que dignifican el bal¨®n como objeto de culto y multitud de paralelismos y dobles parejas sobre el tapete. Sobre todo la de Parejo y Valero en el centro del campo, dos perlas de la maltratada cantera del Real Madrid, dos creativos de la pelota con visi¨®n panor¨¢mica, pasado com¨²n y futuro prometedor.

Dani se march¨® de Erasmus hace un par de a?os al Queens Park Rangers. Borja hizo lo propio ese mismo curso al West Bromwich Albion. Ambos regresaron a su h¨¢bitat natural, a ese apasionante territorio de la media punta donde solo sobreviven los genios, esos genios que se le acumulan a Del Bosque. Para mayor parang¨®n entre ambos equipos, dos bajas notables en cada pizarra. La de Boateng en el Getafe y la de Rossi en los amarillos.

El primer acto, sin embargo, devino en un pulso narcisista de posesiones infinitas y llegadas insustanciales secundado por un ¨¢rbitro de af¨¢n intervencionista y porte inseguro. Apenas alg¨²n apunte de Parejo, apenas alg¨²n revoloteo de Borja Valero y Cazorla entre las filas getafenses. As¨ª fue hasta que, a los 41 minutos, todo se enred¨®. Mientras los parroquianos del Colis¨¦um comenzaban a desenvolver los bocadillos, los amarillos enhebraron un bal¨®n a la espalda del Cata. Por all¨ª se filtr¨® el gr¨¢cil Nilmar y el contundente central argentino no encontr¨® otro ant¨ªdoto que rascar el tobillo del delantero justo antes de que se colara en el ¨¢rea.

La expulsi¨®n trastoc¨® los planes, alter¨® los biorritmos y despert¨® un duelo anestesiado. M¨ªchel cosi¨® el dibujo dando entrada a Rafa por Gavil¨¢n. Garrido cambio el recato por el descaro y retom¨® su habitual esquema con dos puntas dando entrada a Marco Rub¨¦n por Cani. El Villarreal asumi¨® su obligaci¨®n de victoria por pedigr¨ª y circunstancias mientras el Getafe apretaba los dientes y las filas. La posesi¨®n amarilla se convirti¨® en acoso pero los azules, pertrechados de paciencia y confianza, esencializaron su discurso y dosificaron sus llegadas como el que condura un bien perecedero. Los de M¨ªchel llegaban menos pero mejor y eso comenz¨® a ofuscar a los castellonenses.

Garrido, mientras tanto, contribu¨ªa a la ansiedad de los suyos. A cada cambio retiraba creaci¨®n pero no contenci¨®n. Jefferson Montero sali¨® por Cazorla. La teor¨ªa del juego directo se volvi¨® indescifrable en la pr¨¢ctica para un equipo de academia combinativa. Borja Valero qued¨® aislado y Nilmar cortocircuitado. El uniforme azul¨®n se convirti¨® m¨¢s que nunca en mono de trabajo y el encuentro mut¨® su cartel inicial y se convirti¨® en una cuesti¨®n m¨¢s de car¨¢cter que de juego. En ambos territorios gan¨® el Getafe, y en el marcador tambi¨¦n.

A punto estuvo de impedirlo Paradas Romero, que anul¨® un gol legal al incansable Miku a tres minutos del final. Pero acto seguido Alb¨ªn sell¨® la demostraci¨®n de fe de un equipo firme y enrachado con un latigazo desde la frontal inalcanzable para Diego L¨®pez. Su efusiva celebraci¨®n, quit¨¢ndose la camiseta, otorg¨® al ¨¢rbitro la oportunidad de expulsarle y completar su desmesurada cuota de pantalla. Pero nada pudo con la determinaci¨®n de un equipo feliz que suma su tercera victoria consecutiva.

Getafe 1 - Villarreal 0