Atasco de ideas en el Reyno

Osasuna y Getafe midieron sus sensaciones negativas y dejaron la codicia para mejor momento. Los de Camacho han convertido la median¨ªa en su modus vivendi. Con un argumentario escaso y un esp¨ªritu anodino, transitan al borde del precipicio m¨¢s confiados en la incapacidad ajena que en los m¨¦ritos propios mientras pierden arraigo y tradici¨®n a cada paso. M¨¢s desdibujados que nunca, les queda el asidero del Reyno como territorio inexpugnable. Solo el Barcelona ha sido capaz de asaltar el campo rojillo y ah¨ª sustentan sus esperanzas de permanencia y solo suman un triunfo en las ¨²ltimas ocho jornadas.

Enfrente, un Getafe que vive instalado en una monta?a rusa. Tan capaz de languidecer hasta encadenar m¨¢s de un mes sin ganar, all¨¢ por noviembre, como de reivindicarse con cuatro victorias consecutivas, su mejor marca en Primera, antes de cerrar el a?o. Una irregularidad que qued¨® condensada la pasada semana cuando en apenas tres d¨ªas los de M¨ªchel fueron capaces de discutirle el bal¨®n al Madrid con una propuesta sugerente y meritoria y, tambi¨¦n, de mostrar su cara m¨¢s ab¨²lica ante el Betis hasta acabar goleados y eliminados de la Copa por el l¨ªder de Segunda.

Enfrente un Osasuna que ha convertido la median¨ªa en su modus vivendi. Con un argumentario escaso y un esp¨ªritu anodino, los de Camacho transitan al borde del precipicio m¨¢s confiados en la incapacidad ajena que en los m¨¦ritos propios mientras pierden arraigo y tradici¨®n a cada paso. M¨¢s desdibujados que nunca, les queda el asidero del Reyno como territorio inexpugnable. Solo el Barcelona ha sido capaz de asaltar el campo rojillo y ah¨ª sustentan sus esperanzas de permanencia.

V¨ªctimas de la inseguridad, los dos equipos arrancaron el duelo como quien afronta la disecci¨®n de un insecto. Met¨®dicos y poco ambiciosos, se turnaban la posesi¨®n del esf¨¦rico en una secuencia protocolaria incapaz de transmitir nada m¨¢s all¨¢ del sopor. De cuando en cuando la concentraci¨®n declinaba ante el letargo y solo as¨ª se contabilizaba alg¨²n susto en las ¨¢reas. Primero un bal¨®n que se pase¨® hu¨¦rfano sobre la l¨ªnea de gol getafense sin que Aranda encontrara la flexibilidad suficiente como para embocarlo; despu¨¦s un par de intentos de Arizmendi, ofuscado ante el gol en su regreso a la punta del ataque tras muchos domingos exiliado en la banda; m¨¢s tarde dos zurdazos de Juanfran, con m¨¢s voluntad que tino. El extremo, cerca de hacer las maletas camino del Calder¨®n para cubrir el hueco dejado por Sim?o, busc¨® poner colof¨®n a cuatro a?os y medio de galopadas en Pamplona. Pero ni la determinaci¨®n del alicantino, ni el comp¨¢s de Parejo, ni los postreros zapatazos de Manu fueron capaces de desatascar la mara?a de botas torcidas, pases sin alma y posesiones triviales de un choque que naci¨® miedoso y muri¨® conformista. Manu se postul¨® a protagonista y emprendi¨® la aventura de resolver el atasco en cada bal¨®n que ca¨ªa a sus pies. Pero ya era tarde para cambiar la din¨¢mica de un choque que naci¨® miedoso y termin¨®

Con el pitido final en el horizonte, ambos conjuntos comenzaron a sopesar la dimensi¨®n del empate. Y en esa tesitura, el Getafe desat¨® la codicia y la ambici¨®n que hasta entonces hab¨ªa dosificado y Osasuna tir¨® hacia atr¨¢s de la manta. Manu del Moral se postul¨® a protagonista y emprendi¨® la aventura de resolver el duelo en cada bal¨®n que ca¨ªa a sus pies. Pero ya era demasiado tarde para cambiar la din¨¢mica de un choque que naci¨® miedoso y termin¨® atascado.

Osasuna 0 - Getafe 0