Guerra y paz

"Francesca es una luchadora. Estar en las semifinales del Abierto de Australia significa much¨ªsimo para m¨ª", dice la danesa Caroline Wozniacki tras ganar 3-6, 6-3 y 6-3 a la italiana Schiavone en cuartos de final del primer grande del a?o. Las palabras de la n¨²mero uno nada tienen de gratuito. Son el mejor resumen de cu¨¢nto le cuesta, de cu¨¢nto le importa a la mejor tenista del momento llegar a la pen¨²ltima ronda del torneo. De esa fase noble le separa durante 2h24m una tenista hipertrofiada, dura de cuerpo y mente, 'Schiavo', desde el lunes la n¨²mero cuatro.

Antes del encuentro, la italiana tiene razones para dimitir: viene de jugar 4h44m en octavos contra la rusa Kuznetsova, el partido m¨¢s largo entre mujeres de la historia de los grandes. A esa cita ya lleg¨® con una pierna vendada. No vivi¨® antes ning¨²n partido sin sentir el aliento del contrario, sin ver m¨¢s cerca que nunca el precipicio de la derrota. Y Schiavone, sin embargo, no quiere firmar ninguna tregua, escuchar ni hablar de entregar la cuchara, antes del partido de cuartos: se pone set y break arriba, juega con el tenis monocorde de la danesa, la despacha una mezcla de golpes liftados y cortados que la dejan con la lengua fuera. Cuando el reloj empieza a acumular minutos, aproxim¨¢ndose a las dos horas, hay una cosa que se apaga en la n¨²mero cuatro y otra que se enciende. Sus fuerzas ya no son m¨¢s que las brasas del fuego. Sus ganas, llamaradas: abajo en el marcador tras el trabajo de zapa de Wozniacki, llegar¨¢ a levantar tres puntos de partido, a romper el saque de la n¨²mero uno cuando esta saca por el encuentro, y se marchar¨¢ ovacionada, aplaudida, amada y querida por el p¨²blico.

?Cu¨¢nto hubiera dado el suizo Wawrinka por la misma despedida! Cuando Roger Federer, el n¨²mero dos, se planta en semifinales, donde se enfrentar¨¢ a Novak Djokovic, en el estadio se ha instalado la sensaci¨®n de haber esperado un partido que no fue, el lamento por la guerra que acab¨® en pacto, en batallita aguada: Federer, piropeado como su rival por el p¨²blico ("Roger y Stan, sois el az¨²car de nuestra luna de miel", se le¨ªa en un cartel), se deshizo 6-1, 6-3 y 6-3 de su amigo.