Copazo a la vista
El Madrid resuelve un partido muy complejo ante el Sevilla y vuelve a la final de un torneo que despreci¨® durante mucho tiempo - Madridistas y azulgrana se disputar¨¢n el torneo 21 a?os despu¨¦s
El 20 de abril es probable que alguien llegue a vaticinar el fin del mundo. El f¨²tbol es hiperb¨®lico de por s¨ª y 21 a?os despu¨¦s el Madrid y el Bar?a disputar¨¢n un t¨ªtulo a un partido. El no va m¨¢s, al menos en la Copa, trofeo ahora bals¨¢mico para el Madrid, que lo desde?¨® durante a?os. Los tiempos han cambiado y no hay tregua que valga cuando el imperio adversario est¨¢ por el medio.
Alcanzar la ¨²ltima cita resulta muy meritorio para el Madrid, que ha tenido que sortear a los dos ¨²ltimos finalistas, Atl¨¦tico y Sevilla. Y hacerlo en un mes tormentoso, de m¨¢xima crispaci¨®n en los despachos y con una plantilla al borde del colapso. Como Osasuna, el Sevilla tambi¨¦n le exprimi¨®. El Madrid aguant¨® con m¨¢s entereza que ma?a y descorch¨® la eliminatoria cuando a su rival se le iba el tiempo.
REAL MADRID 2 - SEVILLA 0
Real Madrid: Iker Casillas, Sergio Ramos, Ra¨²l Albiol, Carvalho, Marcelo, Khedira (Lass, m.90), Xabi Alonso, Di Mar¨ªa (Granero, m.88), ?zil, Cristiano Ronaldo y Benzema (Adebayor, m.84).
Sevilla: Javi Varas, Escud¨¦, Sergio S¨¢nchez, Mart¨ªn C¨¢ceres, Fernando Navarro, Romaric (Perotti, m.81), Zokora, Rakitic (Luis Fabiano, 69), Navas, Negredo y Kanout¨¦ (Medel, m.88).
Goles: 1-0, m.81: ?zil. 2-0, m.92: Adebayor.
?rbitro: Teixeira Vitienes (Comit¨¦ C¨¢ntabro). Amonest¨® a Xabi Alonso (64) y Sergio Ramos (89) por el Real Madrid; y a Fernando Navarro (37), Mart¨ªn C¨¢ceres (41), Zokora (48) por el Sevilla. Expuls¨® a Sergio S¨¢nchez por doble cartulina amarilla (66 y 85)
Incidencias: encuentro de vuelta de las semifinales de Copa del Rey disputado en el estadio Santiago Bernab¨¦u ante 63.000 espectadores. Se guard¨® un minuto de silencio en honor de Jos¨¦ Llopis Corona, exjugador madridista recientemente fallecido.
No han sido muchos los equipos que hasta la fecha hayan podido discutir al Madrid el mando en el Bernab¨¦u. El Sevilla, como en su momento el Villarreal, fue uno de ellos, con el novato Rakitic como catalizador. Los sevillistas hicieron gravitar el juego sobre este suizo de origen croata y su f¨²tbol fue m¨¢s arm¨®nico que de costumbre. Tan sencillo como alistar entre tanto culturista a un jugador con otra liturgia: el pase justo, sencillo, pausado, clarificador. En el f¨²tbol, lo simple resulta una epopeya para muchos. Con Rakitic, el Sevilla mantuvo su carrocer¨ªa y ampli¨® su angular.
A¨²n convaleciente por el derrape de Pamplona, al inicio el Madrid evidenci¨® su falta de br¨ªo de las ¨²ltimas semanas. Con el Bar?a en la sala de espera y a un paso de su primera final copera desde 2004, se despleg¨® con la tensi¨®n debida, pero a¨²n sin la dicha que le distingui¨® hasta enero. Hoy, todo le cuesta el doble, como si cada jugada requiriera de f¨®rceps. No hay tantas secuelas de aquel equipo de avalanchas ofensivas, de aquel conjunto de altas vibraciones que se desplegaba como una manada. Frente al grupo de Manzano se sostuvo en el alambre, recio en cada disputa, pero sin el arrebatador hechizo de sus atacantes, cuyo protagonismo en el juego y puntualidad ante el gol ha perdido frecuencia. Ayer, solo en el ¨²ltimo tramo. El mejor Madrid se hizo esperar hasta la fase crepuscular del partido.
Un remate de Di Mar¨ªa al poste izquierdo de Javi Varas antes de los cinco minutos no fue el preludio de un Madrid redimido. Una jugada, el disparo de Di Mar¨ªa, que dej¨® a la intemperie a Benzema. Con Varas por los suelos y la porter¨ªa ventilada de par en par, el franc¨¦s caz¨® el rechace y lo mand¨® al purgatorio. No fue su ¨²nica bronca con el gol; todo lo dem¨¢s lo hizo bien. As¨ª es la condena de este chico.
El Sevilla, sin ¨¢nimo de sentirse un telonero, tuvo respuesta. Zokora, improvisado delineante, emboc¨® un estupendo pase para Negredo, que super¨® a Casillas. Un asistente arbitral quiso advertir que el vallecano estaba en fuera de juego. Si lo estaba ser¨ªa por una pesta?a. En un partido al l¨ªmite en todos los sentidos, no fue el ¨²nico fuera de juego milim¨¦trico que mereci¨® el banderazo arbitral; alguno tambi¨¦n lo padeci¨® Cristiano en el segundo acto.
El puntilloso linier no desanim¨® a los de Manzano. Con Rakitic encontraron una v¨ªa inexistente en todo el curso: el juego raso y coordinado, no esa absolutista vocaci¨®n por el f¨²tbol directo, sin techo, siempre por la v¨ªa a¨¦rea. A la causa no se sum¨® del todo Navas, al que espos¨®, como en la ida, Arbeloa, lo que dio un respiro al Madrid.
Al equipo de Mourinho le cost¨® conciliar el juego, con Kanout¨¦ de interruptor sobre Xabi Alonso. Cuando el vasco logr¨® activarse, Cristiano, seco circunstancialmente, no acert¨® a dar la puntilla, no fue el punto final que suele ser. Tuvo una inmejorable ocasi¨®n en una cita con Varas, pero estrell¨® el remate. El CR de hace unas semanas y el que cualquier d¨ªa volver¨¢, no hubiera fallado. El luso es humano y tambi¨¦n ha padecido la cuesta de enero. Como r¨¦plica, en el per¨ªmetro de Casillas, Negredo, con su poderosa carrocer¨ªa, era el gran desestabilizador.
El encuentro pend¨ªa de un hilo, sometido a cualquier detalle, por nimio que pudiera ser. Hasta que el Sevilla, alertado por la falta de tiempo, se deshilach¨® en busca de una recompensa. Ya sin Rakitic y superado por la ansiedad, se le abrieron las costuras. El Madrid fue creciendo hasta hacer cumbre. Tras varios avisos de Benzema, cuando faltaban apenas diez minutos, Khedira hizo de Xabi Alonso y conect¨® con ?zil, uno de esos jugadores que en el ¨¢rea, donde a tantos se le disparan las pulsaciones, ¨¦l se congela. El alem¨¢n lleg¨® a la carrera y se sacudi¨® de encima al meta sevillista con una pasmosa facilidad. Gol, cita con el Bar?a y una invitaci¨®n a la fiesta a Adebayor, que lleg¨® a punto para la traca semifinal. La final ser¨¢ la final de todas las finales, el cl¨¢sico de todos los cl¨¢sicos, el d¨ªa del fin del mundo...
Y mucho m¨¢s.
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