Nani no puede contra el mundo

Poco f¨²tbol y ning¨²n gol. Limitado por numerosas lesiones, 'Sir' Alex Ferguson recurri¨® a la estrategia que tan buenos resultados le da en las eliminatorias a doble confrontaci¨®n. La racaner¨ªa por bandera, con tres medios de corte defensivo y escasa intenci¨®n de verticalidad. Contuvo el Manchester United el irrisorio ¨ªmpetu del Marsella y cerr¨® en tablas un duelo insulso, apenas ali?ado por las carreras est¨¦riles de Nani.

La declaraci¨®n de intenciones de Deschamps tambi¨¦n fue tan expresiva como conservadora. Agreg¨® un medio centro a su sistema de juego habitual para repoblar la medular, con dos ejes y tres centrocampistas con cierta permisividad para tirar el contragolpe. Poca vocaci¨®n ofensiva del equipo, que ni siquiera asust¨® a Van der Sar, m¨¢s all¨¢ de un saque de esquina ol¨ªmpico que lanz¨® Ayew sin la coronaci¨®n final. Su idea, aparte de remitirse al ingenio de Lucho Gonz¨¢lez en la asistencia y a la brega de Brand?o para cobrarse alg¨²n remate, pasaba por anular las l¨ªneas de pase que conectaran con los puntas rivales y, de paso, evitar las posibles llegadas desde atr¨¢s. Fue una argucia resultona porque el 'Mufc' carece de creatividad y de toque, escaso en la mezcla en las posiciones avanzadas. Pero tiene a Nani, un cicl¨®n un pelo ego¨ªsta que, sin embargo, a veces da se?ales de madurez en el juego. No ocurri¨® anoche, donde solo un disparo de Fletcher tras un rebote asust¨® al V¨¦lodrome.

Nani juega con la cabeza hacia abajo; corre mirando sus relampagueantes pies porque prefiere el regate al pase. Como buen extremo, se alimenta el ego con el jaleo de la grada. Y se gusta. Es el sucesor de Cristiano Ronaldo y, en efervescencia durante este curso, parece por momentos un calco de su compatriota. Pero para bien o para mal, es necesario en el Manchester United, que no tiene otra v¨ªa de ataque sin Giggs, ahora lesionado. Atr¨¢s no hay salida de la pelota, en el medio no hay br¨²jula y solo se contempla el desplazamiento en largo, toda vez que las asistencias interiores son una quimera. As¨ª que el bal¨®n largo a la carrera de Nani fue imprescindible. Entre otras cosas, porque funcion¨®. Y m¨¢s ante Heinze, un lateral que nunca lleg¨® a tiempo pero que sac¨® a relucir su extenso manual de recursos para esconder los defectos. Los centrales del Marsella, en cualquier caso, cerraron bien a Heinze, y Nani, sin el centro porque as¨ª lo decidi¨®, reacio a combinar con Berbatov, de t¨ªmidos desmarques, y Rooney, m¨¢s sacrificado en los movimientos defensivos, no rompi¨® el duelo.

Sin f¨²tbol da?ino, ambos t¨¦cnicos optaron por dar salida a medios de buen pie, como Cheyrou y Scholes. No les sali¨® la jugada; tejer el juego era una licencia excesiva. Desaparecido Lucho Gonz¨¢lez, borrado Ayew y con Brand?o m¨¢s pendiente en soltar codazos ?como el que le dio a Vidic que bien pudo ser cartulina roja?, el Marsella ofreci¨® muy poco f¨²tbol. Como los 'diablos rojos', que contaron con Nani pero ¨¦l no cont¨® con sus compa?eros. Partido de trompicones, a c¨¢mara lenta, de escasos sustos y cero punter¨ªa.