20 a?os no son nada para Giggs

Apenas las sienes encanecidas desvelan que el ni?o que jugaba como un hombre es ahora un hombre que todav¨ªa juega como un ni?o, seg¨²n la feliz definici¨®n del periodista Danny Taylor en la entrevista con la que The Guardian homenajea a Ryan Giggs por cumplir hoy 20 a?os en el primer equipo del Manchester United. Todav¨ªa ayer, ante el Chelsea, el gal¨¦s regal¨® un taconazo-pase en el centro del campo que despert¨® la profunda admiraci¨®n del p¨²blico de Stamford Bridge, a pesar de que cayera el United (2-1) y eso signifique que se apriete su pelea por la Liga con el Arsenal.

De aquel d¨ªa de su deb¨², el 2 de marzo de 1991, Ryan Giggs (Cardiff, Gales, 1973) solo recuerda a su eterno y ¨²nico entrenador, Alex Ferguson, dando gritos en el vestuario. Fue su primer contacto directo con The hairdresser [el secador de pelo], el apodo con el que en la caseta se conocer¨ªa al viejo cascarrabias escoc¨¦s: sus broncas, a escasos cent¨ªmetros de las cabezas de sus chicos, produc¨ªan un secado autom¨¢tico del cabello. Fue una derrota, un 0-2 ante el Everton, y Giggs, de 17 a?os, sustituy¨® en el minuto 35 al lesionado lateral izquiero Denis Erwin. Eran tiempos de escasez. El United ven¨ªa de siete partidos sin ganar y la ciudad era conocida por Madchester [mad, loco en ingl¨¦s], en pleno proceso de desindustrializaci¨®n, lejos de la moderna metr¨®poli de ahora, llena, seg¨²n explica Taylor, de apartamentos estilosos, puentes de Calatrava y torres de cristal.

De los dos rasgos que definen el f¨²tbol de Giggs -el zigzagueo de la carrera y el toque celestial de la zurda-, el primero lo hered¨® claramente de su padre, Danny Wilson, jugador de rugby originario de Sierra Leone. Giggs es, por tanto, mestizo y, en su ni?ez, fue v¨ªctima de racismo seg¨²n denunci¨® despu¨¦s. A los seis a?os, el peque?o Ryan sufri¨® un desgarro sentimental al haber de abandonar Cardiff, donde viv¨ªan sus abuelos, para acompa?ar a su padre, fichado por el Swinton, en Manchester. Un cambio providencial para su carrera: desde que Ferguson lo vio, supo que formar¨ªa un grupo de ¨¦lite junto a Beckham, Nicky Butt y los hermanos Neville, que se convertir¨ªan, a?os despu¨¦s, en respetados profesionales. Fue en un partido entre el United sub 15 y el Salford Boys cuando Ferguson observ¨® desde la ventana de su despacho a Giggs lograr un triplete para los Boys. Poco despu¨¦s, el 29 de noviembre de 1987, cuando el chico cumpl¨ªa 14 a?os, Ferguson se plant¨® en su casa y lo fich¨® para siempre.

En sus 863 partidos con el United (606 de Liga), Giggs nunca vio una tarjeta roja, se?al de autocontrol y se?or¨ªo a pesar del potente deseo de ganar. Y del dolor de algunas derrotas. A la cabeza la de la final de Champions de 2009 en Roma ante el Barcelona. "En esa final no jugamos. No jugamos. Es la peor sensaci¨®n", recuerda, tal fue la superioridad del conjunto de Guardiola. O cuando, en la pasada campa?a, el Chelsea gan¨® la Liga y la Copa inglesa. "Est¨¢s de vacaciones con los ni?os y no puedes evitarlo: est¨¢s jodido, est¨¢s jodido. No quieres volver a sentir eso otro verano".

Como un homenaje a su infancia, Giggs prefiri¨® jugar con Gales en vez de Inglaterra y eso le ayud¨® a entender la diferencia de estar rodeado de grandes futbolistas (en el United) y de otros no tan buenos (en la selecci¨®n galesa, donde fue 64 veces internacional). "No es f¨¢cil cuando no tienes tanta calidad a tu alrededor". De los 131 compa?eros que lo han acompa?ado en esta maravillosa trayectoria en Old Trafford, Giggs se queda con Bryan Robson ("si ¨¦l jugaba contigo, sab¨ªas que no ibas a perder"); Paul Scholes ("nunca vi a nadie hacer parecer tan f¨¢cil el juego") y Roy Keane ("te hac¨ªa sentir invencible").

M¨¢s m¨¦rito ha tenido aguantar 20 a?os a un entrenador tan volc¨¢nico como Ferguson, de quien Giggs piensa que todav¨ªa le sobrevivir¨¢. Es tal la pasi¨®n del t¨¦cnico escoc¨¦s, recuerda Giggs, que esta temporada, antes el derbi frente al City, Ferguson estaba completamente p¨¢lido, atacado por un virus, pero no falt¨® a la cita del vestuario y dirigi¨® el encuentro.

El apogeo lo vivi¨® Giggs sobre todo en el triplete de 1999, cuando el Manchester conquist¨® la Liga, la Copa inglesa y la Champions en Barcelona, volteando al final la ventaja del Bayern de M¨²nich. Entonces era un extremo izquierdo el¨¦ctrico que fue retrasando su posici¨®n al mediocentro a medida que perd¨ªa velocidad. Y en su segunda Copa de Europa, esta vez ante el Chelsea en 2008, marcando uno de los goles del United en la tanda de penaltis. ?Goles? 158 a lo largo de estos 20 a?os, anotando en 11 Champions seguidas y siendo tambi¨¦n el ¨²nico que ha marcado en todas las temporadas desde el nacimiento de la Premier League, en 1992. Es decir, 19 campa?as consecutivas.

Sobre los secretos de su longevidad, la gen¨¦tica de su padre, sin duda, es la raz¨®n principal. Pero tambi¨¦n la decisi¨®n de hacerse abstemio despu¨¦s de que, en la juventud, se corriera algunas de las juergas propias del f¨²tbol ingl¨¦s. Y sobre su futuro, el Manchester le ofrece lo que ¨¦l quiera: embajador a la manera de Bobby Charlton, entrenador o lo que sea. Se lo est¨¢ pensando. De momento, tiene firmado un a?o m¨¢s. Solo quiere seguir jugando como un ni?o y escuchando las broncas en el vestuario del Secador de Pelo.