El Valencia paga su falta de oficio

Preso de una inocencia supina, el Valencia cay¨® en Alemania ante un Schalke que supo manejar mucho mejor los tiempos. El cuadro de Emery se vaci¨® f¨ªsicamente y crey¨® merecer mejor suerte tras una meritoria primera parte y un tanto inicial. Pero sali¨® anestesiado del descanso y ya no pudo volver al partido. En parte por Neuer, que sac¨® una mano milagrosa ante Aduriz. En parte por la falta de astucia para resolver en las dos ¨¢reas. En la propia, una floja salida de pu?os de Guaita propici¨® el segundo gol del Schalke. Pod¨ªa al menos haber reclamado falta, puesto que estaba rodeado de rivales y bordeando el ¨¢rea peque?a, pero ni siquiera se le ocurri¨®. Pura biso?ez. En la ajena, Tino Costa se inhibi¨® en un remate en que solo deb¨ªa meter el pie derecho, el precio de ser un zurdo cerrado. Y el Schalke, s¨ª, fue m¨¢s firme en la b¨²squeda de la victoria, mucho m¨¢s constante, sin necesidad de que Ra¨²l, bien sujeto por David Navarro, tuviera una actuaci¨®n restallante la noche en que se convirti¨® en el jugador con m¨¢s partidos en la historia de la Champions: 140.

Y eso que, en el primer acto, todo pareci¨® estudiado. Hasta los saques de puerta de Guaita, siempre en direcci¨®n a Aduriz, que bajaba el bal¨®n y comenzaba el baile de los volantes: Mata, Joaqu¨ªn y Pablo movi¨¦ndose entre l¨ªneas, retorciendo las caderas de los centrales germanos. El Valencia firm¨® una primera parte notable, sustentado por los centrales, David Navarro y Ricardo Costa, e impulsado por la pareja de mediocentros, Topal y Ever Banega. El argentino empez¨® muy resuelto, decidido a imponer su magnetismo en una zona en la que superaba claramente a sus adversarios, Kluge y Matip, abucheado este por su propio p¨²blico. Pero tambi¨¦n advirti¨® pronto que el dep¨®sito le marcaba la reserva, sobre todo cuando sal¨ªa renqueante de algunas de las reservas que le exig¨ªa el partido. Topal, por su parte, sorprendi¨® a todos cuando se marc¨® un par de amagos en posici¨®n de extremo izquierdo antes de centrar con potencia para que la pelota rebotara en la cabeza de Ricardo Costa y se convirtiera en el gol que reforzaba las tesis valencianistas. "Que bote Mestalla", gritaron t¨ªmidamente los 300 aficionados desplazados a Gelserkirchen.

En el Schalke, todos esperaban a Ra¨²l, pero apareci¨® otro espa?ol mucho menos conocido, Escudero, el joven lateral izquierdo fichado del Murcia. Su alineaci¨®n fue tan inesperada que hab¨ªa periodistas alemanes que ni siquiera lo conoc¨ªan. Despu¨¦s, sin embargo, justific¨® con creces su presencia. Le dio mucha profundidad al cuadro de Magath con incursiones constantes y un desplazamiento de bal¨®n siempre acertado. De su zurda, precisamente, naci¨® la falta al borde del ¨¢rea que propici¨® el empate del Schalke. El lanzamiento de Farf¨¢n, fuerte y muy combado, result¨® inaccesible para la estirada de Guaita. El Veltins Arena lo celebr¨® con una gran descarga de energ¨ªa.

En su primer control, Ra¨²l sac¨® a David Navarro de su zona, se lo llev¨® al centro del campo y cedi¨® a Escudero para que montara el ataque alem¨¢n. Era una prueba de fuego para el central del Valencia, en el ojo del hurac¨¢n tras su codazo a Fernando Llorente. Y respondi¨® con serenidad y acierto en la mayor¨ªa de las acciones, anulando a la estrella espa?ola del Schalke.

La estrategia volvi¨® a funcionarle al equipo de Emery cuando, en un c¨®rner sacado por Pablo Hern¨¢ndez, Mathieu se qued¨® completamente solo al borde del ¨¢rea. El Veltins Arena contuvo la respiraci¨®n, pero el disparo del lateral franc¨¦s se escap¨® unos cent¨ªmetros. Emery estaba tan enchufado que, desde la banda, corr¨ªa a por los balones que se perd¨ªan.

Al tercer pase errado por Banega al comienzo de la segunda parte, Emery dio un respingo y mand¨® calentar a Tino Costa. Todo lo que le faltaba de f¨ªsico a Ever le sobraba a Topal, un portento de potencia y velocidad. Sin embargo, el conjunto de Emery sali¨® sin chispa tras el descanso y Guaita despej¨® con timidez un bal¨®n que cay¨® en poder de Gravanovic. El delantero suizo remat¨® a gol.

El partido se desmelen¨® y, en una contra perfecta de Joaqu¨ªn, Aduriz se dispuso a encarar a Neuer. En un acto reflejo, el portero alem¨¢n despej¨® a c¨®rner un disparo que iba a la escuadra. El Valencia necesitaba refrescos y cuando entraron Tino Costa y Soldado, el Schalke vio por momentos la soga al cuello. Pero al equipo de Emery le falt¨® determinaci¨®n y le sobr¨® un ¨¢rbitro sueco tan inoportuno que hasta dos balones del Valencia dieron en su espalda: un pase en la primera parte y un remate de Joaqu¨ªn en la segunda. M¨¢s tarde, no quiso ver nada en un supuesto empuj¨®n a Mathieu cuando encaraba la porter¨ªa de Neuer. En plena desesperaci¨®n valencianista, Farf¨¢n firm¨® una victoria demasiado dolorosa para un tierno Valencia.