Tony Martin se hace mayor
El alem¨¢n conquista con la Par¨ªs-Niza su primera gran victoria
La Par¨ªs-Niza, se dice a menudo, es la carrera de los descubrimientos. Antes, hace unos a?os, antes de que pasara a organizarla el Tour, la carrera del sol distingu¨ªa incluso a su l¨ªder con un maillot blanco, el color, se dice, del futuro (y de la pureza). Ese color en Niza permiti¨® en 1989 empezar a ver en Miguel Indurain algo m¨¢s que un tipo muy grande, un ciclista devastador en el llano y limitado en la monta?a. Dos a?os despu¨¦s, gan¨® el Tour, el primero de cinco, dio origen, tambi¨¦n, a un nuevo tipo de corredores, capaces de marcar las diferencias con los escaladores en las contrarreloj y de resistirlos perfectamente en las monta?as. Desde entonces, en cada corredor joven que gana la Par¨ªs-Niza se quiere ver, con pasi¨®n, a un futuro ganador del Tour. Desde entonces, solo en una ocasi¨®n se cumpli¨® el deseo. Fue el 2007. Cuatro meses antes de ganar el primero de sus tres Tours, Alberto Contador, que entonces ten¨ªa 24 a?os, gan¨® la Par¨ªs-Niza. Las dem¨¢s esperanzas se quedaron en el grado de frustraci¨®n.
Uno de ellos, uno de los casos m¨¢s frustrantes, fue el del alem¨¢n Andreas Kl?den, de quien se escribi¨® en el a?o 2000, cuando gan¨® en Niza unas semanas antes de ganar tambi¨¦n la Vuelta al Pa¨ªs Vasco, que no solo era el nuevo Jan Ullrich (por entonces el pecoso alem¨¢n ya daba muestras de conducta esquiva), sino que llegar¨ªa mucho m¨¢s lejos que el primer germano que gan¨® el Tour. Ayer, 11 a?os despu¨¦s, Kl?den, que ya tiene 35 a?os y una larga y complicada carrera que le llev¨® del Telekom al ostracismo, al Astana y, finalmente, al RadioShack, termin¨® segundo en la Par¨ªs-Niza, a solo 36 segundos del ganador, que se llama Tony Martin. Tiene 25 a?os y tambi¨¦n es alem¨¢n. Si mirara la vida con melancol¨ªa, seguramente Kl?den ver¨ªa en Martin a s¨ª mismo con unos a?os de diferencia, la misma clase y potencia en la contrarreloj, la misma capacidad de sufrimiento en las ascensiones, negociadas con desarrollos tremendos, la misma gente dirigi¨¦ndole (Martin corre en el HTC-Highroad, la versi¨®n siglo XXI del Telekom y el T-Mobile, en el que corrieron la mayor¨ªa de sus directores: Aldag, Holm, Schaffrath, Zabel...), el mismo futuro.
De Martin se sab¨ªa desde hace a?os que era un gran contrarrelojista. Tambi¨¦n se sab¨ªa que sufr¨ªa en la monta?a, aunque, como demostr¨® en la etapa del Ventoux del Tour 2009 (segundo, en fuga con G¨¢rate), se le supon¨ªa capacidad para aguantar y para mejorar. Hace tres semanas, en la Vuelta al Algarve, en la que Contador mismo no le pudo despegar en la subida m¨¢s dura (y que se inclin¨® tambi¨¦n, l¨®gicamente, en la contrarreloj), Martin ya ense?¨® sus progresos con el plato peque?o. No se pude decir que la Par¨ªs-Niza, que domin¨® con facilidad desde la contrarreloj del viernes, sea una carrera de alta monta?a, pero s¨ª que Martin (ayudado por su compa?ero Van Garderen) control¨® perfectamente los ataques de los m¨¢s dotados que ¨¦l para la monta?a, lo que deja entrever que no anda muy lejos de la conjunci¨®n de facultades ideal para todo aspirante al Tour.
El m¨¢s persistente de los atacantes fue el espa?ol Samuel S¨¢nchez, a quien le perdi¨®, finalmente, cierta indefinici¨®n en la elecci¨®n de objetivos. Quinto en la general final, a m¨¢s de un minuto, el asturiano del Euskaltel termin¨®, como ayer, cuando atac¨® en el col d'?ze, cuando no hab¨ªa ni espacio ni tiempo ni para ganar la etapa (el franc¨¦s Voeckler, especialista en fugas en terrenos complicados se llev¨® su segunda victoria parcial de la semana) ni para asaltar la victoria final, en tierra de nadie una Par¨ªs-Niza en la que fue segundo en dos etapas.
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