La ¨²ltima oportunidad de Italia
El Inter, ¨²nico representante europeo de un 'calcio' de capa ca¨ªda, se enfrenta esta noche al Bayern
La misma noche en la que Ra¨²l alcanzaba la cima de los marcadores europeos de todos los tiempos con el Shalke, Gattuso, con la camiseta del Milan, agred¨ªa dos veces al segundo entrenador del Tottenham, Joe Jordan, de 60 a?os. Dos semanas m¨¢s tarde, mientras Messi maravillaba a Europa con un gol m¨¢gico ante el Arsenal, De Rossi -obnubilado por la en¨¦sima decepci¨®n internacional del Roma - propinaba un codazo a Srna, capit¨¢n del Shakhtar. El ¨²ltimo representante italiano en las competiciones continentales, el Inter, tiene esta noche ante el Bayern de M¨²nich la posibilidad de defender el t¨ªtulo que conquist¨® la temporada pasada -sin un jugador italiano en el once inicial de la final del Bernab¨¦u- ante el mismo rival (20,45, La1). Algo complicado porque en San Siro perdieron por 0-1. El declive del calcio es patente y pasa por estos episodios que nada tienen que ver con el juego y que denotan la frustraci¨®n de un f¨²tbol falto de recursos. "Tenemos que empezar de cero", instruye Arrigo Sacchi, coordinador de las selecciones juveniles de Italia, ex t¨¦cnico del majestuoso Mil¨¢n al final de la d¨¦cada de los 80.
El Bar?a nos est¨¢ dando una lecci¨®n soberana. Los enanos pueden con los gigantes si saben jugar al f¨²tbol", sentencia el periodista Gianni Mura.
Las estad¨ªsticas son a¨²n m¨¢s impiadosas. Desde 1990 a 1999, el dominio de los clubes italianos fue indiscutible; ganaron 20 trofeos internacionales (tres Champions, siete Copas de la UEFA, tres Recopas, cinco Supercopas y dos Intercontinentales), capitalizados por el Milan y el Juventus, con cinco copas por bando, respaldados por el Parma (4), Inter (3) Lazio (2) y Sampdoria. En los ¨²ltimos 11 a?os, sin embargo, solo han sumado siete coronas -tres Champions, dos Supercopas y dos Intercontinentales-, expresadas ¨²nicamente por el Milan (5) y el Inter (2). A finales del siglo pasado, Italia lideraba el ranking UEFA por encima de Espa?a, Alemania y Francia. Ahora, sin embargo, se ha visto adelantada por Inglaterra, Espa?a y Alemania. Esta ¨²ltima, adem¨¢s, le ha arrebatado un puesto en la Liga de Campeones: desde la temporada 2012-2013 solo acceder¨¢n a la Champions tres equipos italianos frente a cuatro alemanes. "En este momento, Alemania es m¨¢s latina que Italia en el f¨²tbol, en la pasi¨®n que se expresa en el juego", admite Gianni Mura, periodista referencia de la Repubblica.
M¨¢s datos aclaran el declive italiano. En la Bundesliga se marcan tres goles por partido de media, frente a los 2,4 que se firman en la Serie A. Bajo este punto de vista, solo Francia, con 2,3 goles de media, est¨¢ peor. La Liga y la Premier, por el contrario, promedian respectivamente 2,7 y 2,8 tantos por partido. Pero a¨²n m¨¢s que la espectacularidad, que nunca ha sido una prerrogativa del calcio, lo que preocupa es la falta de perspectiva. "El Barcelona tiene una plantilla de 20 jugadores y esto, con una buena cantera por detr¨¢s, permite apostar por los j¨®venes cuando haga falta. Un buen f¨²tbol lo hacen tambi¨¦n buenos dirigentes", explica Mura, recordando los tiempos en los que, si se lesionaba un titular, jugaba un chaval.
El Milan, l¨ªder de la Serie A, tiene una plantilla de 30 jugadores. Su once titular roza los 30 a?os de edad media (29,9), superado entre los l¨ªderes de las grandes Ligas europeas solo por el Manchester United (30,1), cuya media se desboca por la presencia de Van der Saar (41), Giggs (38) y Scholes (37). Los dem¨¢s l¨ªderes -Bar?a, (27,5), Lille (25,7) y sobre todo Borussia Dortmund (23,8)- dejan en entredicho el modelo de Milanello. Y del resto; en Italia se difunde el miedo a que, el d¨ªa en el que se jubilen Totti (35 a?os) y Del Piero (36), ser¨¢ dif¨ªcil ver a los fantasistas que nunca faltaron en el pasado, desde Rivera hasta Baggio. "Se ha perdido el arte del dribbling, que siempre ser¨¢ la manera m¨¢s directa y f¨¢cil para crear superioridad num¨¦rica. A un joven talentoso que en las filiales enfila dos regates seguidos, le gritan para que pierda el vicio. Hemos llegado a un punto en el que un delantero italiano no sabe regatear ni siquiera una silla, como dijo una vez Valdano", comenta con amargura Mura.
Renzo Ulivieri es el director de la Escuela de Entrenadores de la Federaci¨®n Italiana de F¨²tbol (FIGC). Durante su carrera de t¨¦cnico ha pasado por una veintena de equipos, entre los que cuentan el Sampdoria y el Bologna, donde dirigi¨® a Baggio. Ulivieri no concuerda con la opini¨®n de Mura: "Nunca un t¨¦cnico dir¨¢ a alguien bueno con la pelota que no regatee. El problema es m¨¢s bien sociol¨®gico y es que el f¨²tbol de calle en Italia ya no existe". Pero tambi¨¦n asume culpas: "Tras el Mundial de 2006, pasamos cuatro a?os cont¨¢ndonos los buenos que ¨¦ramos mientras los dem¨¢s trabajaban". En este caso su opini¨®n es la misma de Mura: "Ese Mundial fue el canto del cisne, un triunfo que gener¨® la ilusi¨®n equivocada de poseer a¨²n la f¨®rmula ganadora". Explica, adem¨¢s, una teor¨ªa puramente t¨¢ctica: "Ya no hay extremos. Se ha apostado todo por un f¨²tbol musculoso, que pasa por el centro y ya no se ve un juego de amplio respiro. Por eso, nuestros laterales en Europa se encuentran en apuros cuando se miden a un extremo de verdad. Pero el Bar?a nos est¨¢ dando una lecci¨®n soberana. Los enanos pueden con los gigantes si saben jugar al f¨²tbol", sentencia Mura.
El ¨²ltimo a?o de gloria del calcio fue el 2002-2003, cuando tres equipos alcanzaron las semifinales, haza?a que ya hab¨ªa realizado el f¨²tbol espa?ol en 2000 y que repetir¨ªan los ingleses tres veces en 2007, en 2008 y en 2009. El acto final de aquel torneo fue una cuesti¨®n entre el Juventus y el Milan, que gan¨® en los penaltis. "Hay que admitir tambi¨¦n que cuando el calcio ha triunfado, lo hizo con una mentalidad parcialmente defensiva, con Capello, Lippi y Ancelotti. Los ¨²nicos entrenadores que cimentaban su juego en la posesi¨®n de la pelota fueron Lihedolm, pero a una velocidad muy baja, y Arrigo Sacchi, por supuesto, y a una velocidad m¨¢s elevada", dice Mura.
Sacchi representa quiz¨¢ la ¨²ltima esperanza para un f¨²tbol desbandado. El pasado verano el ex director t¨¦cnico del Madrid fue nombrado coordinador de las selecciones juveniles y en el acto de presentaci¨®n fue claro: "Trabajar¨¦ para que el f¨²tbol italiano vuelva a tener un papel de protagonista, consciente que aqu¨ª nunca se ha apostado por los j¨®venes. No hay cultura en este sentido y hay que intentar construirla", dijo en agosto. En una breve conversaci¨®n telef¨®nica con EL PA?S, Sacchi se reafirma en aquellas declaraciones: "Tenemos que volver a empezar desde los sectores juveniles para mirar confiados hac¨ªa el futuro". Y a?ade una variable m¨¢s entre los motivos del declive: "Los estadios que tenemos, hay que hacerlos m¨¢s acogedores, a medida de las familias. Y alejar definitivamente la violencia".
Seg¨²n la revista portuguesa Futebol Finance, datos de la temporada pasada evidencian que solo en la Liga Francesa hay menos espectadores de media que en la italiana (19.983 por partido frente a 23.877), pero el Belpaese es netamente ¨²ltimo entre las grandes ligas europeas si se considera el porcentaje de asistentes respecto a la capacidad de los estadios (55,7% frente al 91,9% de la Premier, 89,9% de la Bundesliga y el 76,2% de la Liga). Las catedrales en el desierto que se construyeron para el Mundial de 1990, -el San Nicola de Bari, por ejemplo, puede acoger 60.000 personas y tiene una media de 25.000 presencias- influyen negativamente en esta estad¨ªstica.
Sacchi lo tiene dif¨ªcil en un f¨²tbol obsesionado por los resultados y que, tal vez por esto, ha perdido la senda para conseguirlos. Ulivieri conf¨ªa en el trabajo que se est¨¢ haciendo con las nuevas generaciones de t¨¦cnicos, que miran con admiraci¨®n a Espa?a y a Alemania, a un juego en el que se puede marcar despu¨¦s de 30 pases y no solo a trav¨¦s de los contragolpes. "La picard¨ªa que nos hizo grandes ya no funciona. Pero no creo que vayamos a tardar mucho en volver a triunfar. En el f¨²tbol, cinco a?os pueden bastar para renovar un sistema", dice Ulivieri. Mura no comparte tal optimismo: "Tendr¨¢n que pasar por lo menos tres lustros". El Inter, en cualquier caso, se resistir¨¢ esta noche a estropear a¨²n m¨¢s los n¨²meros. Quiz¨¢ lo haga con picaresca, pero dif¨ªcilmente con regate.
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