Caicedo, un fusil de precisi¨®n
El delantero del Levante tiene la mejor media de acierto en el remate de la Liga y suma 11 goles, r¨¦cord hist¨®rico del club
El delantero del Levante Felipe Caicedo (Guayaquil, Ecuador; 1988) tiene una l¨¢grima tatuada debajo del ojo izquierdo. "Me ayuda a recordar mi pasado cuando me miro en el espejo", reconoce. Se acuerda entonces de su infancia en Guasmo, un barrio humilde y peligroso de su ciudad en el que se cri¨®. Un d¨ªa, cuando ten¨ªa nueve a?os, cogi¨® un autob¨²s y se fue a las instalaciones del Rocafuerte, un club ecuatoriano de f¨²tbol fundado tres a?os antes por empresarios del cemento. All¨ª, realiz¨® unas pruebas y le cogieron. Ahora es el futbolista de Primera m¨¢s efectivo: de cada tres tiros, uno acaba en gol -Cristiano marca cada siete disparos y Messi, cada 4,4-. Ya lleva 11 dianas en esta campa?a, lo que le ha convertido en el m¨¢ximo goleador del Levante en una temporada en Primera tras superar la marca de diez goles que ten¨ªa Pep¨ªn en 1964. Su buena racha se vio interrumpida frente al Deportivo, el 20 de marzo, cuando se lesion¨® en el b¨ªceps femoral de la pierna derecha. Estar¨¢ otra semana de baja.
"Estaba con unos amigos y decidimos ir al Rocafuerte a probar suerte. Tuvimos que coger tres autobuses para llegar y fueron unas pruebas dur¨ªsimas. De los cinco que fuimos, solo me qued¨¦ yo", recuerda Caicedo en una conversaci¨®n telef¨®nica. De sus pasos en Rocafuerte guarda muy buenos recuerdos, pero pronto abandon¨® el club (a los 16 a?os), tentado por la idea de probar fortuna en Europa, en las filas del Basilea, suizo. Lo pas¨® mal. Echaba de menos a su gente y el clima, fr¨ªo, le era extra?o. A¨²n as¨ª, logr¨® destacar y debut¨® con la selecci¨®n ecuatoriana cuando apenas hab¨ªa cumplido los 18. "Felipe es un talento de los pocos que ha dado Ecuador. Debut¨® tan joven porque aprendi¨® y madur¨® mucho en Suiza", explica Sixto Vizuete, t¨¦cnico del equipo Sub 20 de Ecuador y ex seleccionador absoluto de ese pa¨ªs, quien destaca del ariete "su excelente t¨¦cnica, su potencia y su olfato goleador". Pese a su temprano debut, Caicedo no ha sido un fijo en la selecci¨®n. Ha disputado 27 partidos con Ecuador y ha marcado seis goles. Vizuete cree que a¨²n tiene mucho que dar: "Debe aprovechar los momentos y consolidarse. Regresar con una actitud ganadora y entregarse por el pa¨ªs que le vio nacer".
Tras dos a?os en Suiza -que aprovech¨® para graduarse en inform¨¢tica-, el Manchester City se fij¨® en Caicedo y en 2008 pag¨® siete millones de euros por ¨¦l, el traspaso m¨¢s caro de la historia de un futbolista ecuatoriano. En Inglaterra, jug¨® 33 partidos y marc¨® ocho goles para, a la temporada siguiente, marcharse cedido al Sporting de Lisboa. All¨ª no goz¨® de muchas oportunidades y en enero de 2010 se fue al M¨¢laga, donde consigui¨® cuatro dianas en 18 partidos. "Era nuestra referencia. Aport¨® mucho en una situaci¨®n muy dif¨ªcil", afirma a trav¨¦s de correo electr¨®nico Welington, jugador del M¨¢laga y compa?ero de Caicedo la pasada campa?a. "Acert¨¦ al irme de Portugal, donde no tuve suerte, porque ayud¨¦ al M¨¢laga a salvar la categor¨ªa", asegura Caicedo. Y de ah¨ª al Levante, donde est¨¢ mostrando su mejor versi¨®n: ya le ha dado 12 puntos a su equipo. Est¨¢ cedido por el Manchester City, aunque el club granota tiene una opci¨®n de compra por un mill¨®n de euros. Desde el Levante se frotan las manos. "Los once goles de Felipe son una barbaridad. Esperemos que siga la racha y logre cuatro o cinco m¨¢s", explica en una conversaci¨®n telef¨®nica Estanis Asensi, preparador f¨ªsico del Levante, quien a?ade: "De la nada saca un gol".
A Caicedo no solo le precede la fama de goleador, sino tambi¨¦n la de despistado. Algunas an¨¦cdotas desde que lleg¨® a Valencia lo confirman. En noviembre, se qued¨® tirado despu¨¦s de un entrenamiento porque se le olvid¨® echar gasolina al coche. Otro d¨ªa, se pas¨® de largo la Ciudad Deportiva del Levante y tard¨® un buen rato hasta caer en la cuenta y dar media vuelta. "Le encantaba vestir con los pantalones muy ca¨ªdos. Un d¨ªa sali¨® con unos con los que se le ve¨ªa todo el culo", recuerda Welington entre risas. "Soy muy tranquilo y a veces me suceden esas cosas", se justifica ¨¦l, sabedor de que no entiende de despistes cuando se trata del gol.
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