El milagro de Santo Domingo
El Alcorc¨®n, en su primer a?o en Segunda, ha hecho un fort¨ªn de su estadio, con 12 victorias en 17 partidos
A primera vista no impresiona. Santo Domingo, el campo del Alcorc¨®n, es un estadio peque?o, arreglado a contrarreloj para adecuarse a las exigencias de la Segunda Divisi¨®n tras el ascenso del a?o pasado, la primera vez que el conjunto alfarero alcanzaba la categor¨ªa. Oficialmente, apenas llega a acoger 3.000 espectadores. Uno de los fondos, tras haber sido ampliado hace poco -le delata el distinto color del ladrillo-, alberga ¨²nicamente nueve filas de asientos, mientras que uno de los laterales est¨¢ coronado por una grada supletoria a la espera de la definitiva remodelaci¨®n del estadio, con la que llegar¨ªa a 5.000 asientos. Sin embargo, pese a su apariencia, es un fort¨ªn. En ¨¦l, el Alcorc¨®n ha ganado 12 partidos, empatado dos y perdido tres en lo que va de Liga. Unos n¨²meros que les mantienen lejos del descenso, algo que mucho consideraban imposible al inicio de la temporada.
La estampa es peculiar. "60 metros... Coge ah¨ª... ?70 metros justos!", exclaman a coro varios jugadores. Acaba de terminar el entrenamiento y comprueban el ancho del campo con una cinta m¨¦trica, como si quisieran cerciorarse de que el milagro que aqu¨ª suele darse cada 15 d¨ªas sigue siendo real. "Se han quejado todos los equipos. Dicen que vaya mierda de campo, que es demasiado peque?o [seg¨²n la FIFA, el ancho m¨ªnimo en partidos nacionales es de 45 metros y de 68 en los internacionales] y que solo hay segundas jugadas", explica el centrocampista Cristian Alberdi, que cumple su tercer a?o en el equipo. "De medidas es igual que todos, pero al ser tan recogido y estar las gradas tan cerca, favorece la presi¨®n que hacemos porque los rivales se sienten m¨¢s agobiados". "Es un campo que tiene algo especial. Un campo como de barrio", concluye.
La proximidad f¨ªsica entre jugadores y aficionados se ha trasladado a lo emocional. "Uno de los secretos es el m¨ªster. Nos quiere siempre al cien por cien y el hecho de que la gente note que nos dejamos la piel por los colores del club hace que no nos vea como h¨¦roes sino como gente muy implicada". Juan Antonio Anquela, el t¨¦cnico, asegura que no tiene explicaci¨®n para los resultados que est¨¢n consiguiendo. "No lo s¨¦, la verdad que no lo s¨¦. Quiz¨¢ sea la ilusi¨®n y las ganas que le ponen a todo. Eso hace la labor del entrenador mucho m¨¢s f¨¢cil", mientras se apresura a reivindicar su talento: "Y son muy buenos futbolistas, porque solo con buena gente no llega para salir adelante". Anquela subraya esa identificaci¨®n entre la plantilla y los seguidores. "La afici¨®n es igual que el equipo. Saben que necesitan sufrir mucho para ganar cualquier partido y tienen muchas ganas de disfrutar de este momento".
La gran campa?a alfarera -und¨¦cimos, a cuatro puntos del playoff de ascenso- ha hecho a alguno fantasear con la Primera Divisi¨®n. "La permanencia ?Y gracias! El objetivo no es otro. A principio de la temporada he visto muchas cosas por ah¨ª en las que hab¨ªa solo tres plazas de descenso porque una ya estaba adjudicada para nosotros", protesta Anquela. La racha lejos de Santo Domingo es casi opuesta -una victoria en 15 encuentros- pero el t¨¦cnico insiste en la excepcionalidad de lo conseguido en Alcorc¨®n. "A m¨ª me parece muy normal lo de fuera. Lo raro es lo que estamos haciendo en casa, que lo veo dif¨ªcil de repetir". "Hay que ser realistas, somos un equipo s¨²per humilde y con un presupuesto bajo [cuatro millones, el menor de la categor¨ªa]", a?ade Alberdi. "Para el Alcorc¨®n, salvarse es hist¨®rico".
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