Otra noche de Ra¨²l

Ten¨ªa de sobra, pero se puso las botas. El Schalke, impulsado de nuevo por Ra¨²l, de voluntad innegociable y oportunismo voraz, le volvi¨® a ganar la partida al Inter, que no pas¨® del ¨ªmpetu porque se qued¨® bien corto en el juego. Le falt¨® ingenio en la elaboraci¨®n, con un eje de m¨²sculo y disparo largo, pero escaso en el ¨²ltimo pase y, sobre todo, en la definici¨®n. Era, sin embargo, la noche del Schalke, que guard¨® a buen cobijo el excelente resultado de la ida (2-5), la noche de Gelsenkirchen, que celebr¨® la victoria como un t¨ªtulo, y la noche de Ra¨²l, el goleador hist¨®rico de la competici¨®n, el delantero imborrable.

Exigido por la necesidad, el Inter estir¨® las l¨ªneas desde el inicio y, titubeante, acab¨® por romperlas. As¨ª, a los sucesivos movimientos de Eto'o en busca del cuero y a los desmarques al hueco de Diego Milito no hubo respuesta, sino balones directos impenetrables en la ordenada zaga alemana. No es que brille la defensa del Schalke por sacar el bal¨®n jugado ni que se corrija con celeridad, pero es un bloque de basculaci¨®n precisa, un muro para la esterilidad creativa del Inter. Motta destruye con tino, Stankovic golpea a discreci¨®n y Zanetti hace un poco de todo. Pero ninguno conecta con la l¨ªnea avanzada, por lo que Sneijder o toca poco bal¨®n o lo hace demasiado retrasado. Una laguna que penaliz¨® el Schalke, que tira unos contragolpes de libro, tan r¨¢pidos como eficaces. No le importa no tener posesi¨®n, sino que prefiere la ocasi¨®n. Con mucho juego interior, con Jurado como repartidor y con Ra¨²l como punto y final. As¨ª lleg¨® el tanto. Pelota desde atr¨¢s, Jurado lanza al hueco, entre los dos centrales, y Ra¨²l recoge el cuero ante el portero. Quiebro marca de la casa, arrastrando la pelota hacia la izquierda con el interior del pie y remate con la derecha, sin barrera alguna. Al m¨¢s puro estilo Ra¨²l. La firma definitiva a la eliminatoria, el mazazo terminal para el Inter, sin otra propuesta que el disparo lejano, bien de Stankovic, bien de Sneijder, fundido a la que llegaba a manos de Neuer.

Con el agua m¨¢s que al cuello, el Inter no se sali¨® airoso. Solo el empuje, m¨¢s con las l¨ªneas que con el bal¨®n, le dio la satisfacci¨®n de la noche, bien escasa si se tiene en cuenta el DNI de los clubes y el talonario. Sneijder lanz¨® un saque de esquina y Motta, atento al desenlace, la envi¨® a la red. Una diana sin historia. La haza?a corr¨ªa por parte del Schalke, inc¨®modo por no completar la fiesta. Y H?wedes lo arregl¨®. Primero con un gol que se celebr¨® pero que no se concedi¨® por fuera de juego, y despu¨¦s, tras un pase en profundidad de Ra¨²l, siempre al quite, un tanto que desat¨® el Veltins Arena. Argumento suficiente para que el Inter, por m¨¢s que sacara a Pandev y Coutinho, un rematador y un creador, se diera por vencido. Buscaba el milagro el Inter y se top¨® con la ley de Ra¨²l, que ahora enfila hacia la defensa del Manchester United, la menos goleada en el torneo con tres tantos.

Protagonista en Valencia en los octavos de final y por partida doble ante el Inter, el 7 se encumbr¨® de nuevo en Europa, con una muesca m¨¢s a su colecci¨®n inigualable de goles (71) y con un dato aclaratorio: corri¨® 11,4 kil¨®metros, m¨¢s que cualquiera de sus compa?eros. Acabado el encuentro, Ra¨²l se quit¨® la el¨¢stica y se mezcl¨® con los aficionados, como si fuera uno m¨¢s, para celebrar el contundente triunfo sobre el antiguo campe¨®n y el pase del Schalke a las semifinales por primera vez en su historia, para festejar, tambi¨¦n, que tras solo unos a?os era su noche en la Champions.