El Manchester United siempre gana

Para el Manchester United el f¨²tbol es un juego en el que ganar es lo natural. No importa el m¨¦todo, sino el resultado. De infinitos recursos, lo mismo le da ejecutar un f¨²tbol de sal¨®n como en el Veltins Arena (0-2), que un juego tosco, basado al contragolpe, como el de anoche en Old Trafford. Dos versiones que rompieron al Schalke, que no puso reparo alguno al f¨²tbol de ataque -quiz¨¢ esperanzado en repetir la gesta de San Siro, cuando le endosaron cinco dianas al Inter-, pero que se desplom¨® en la debilidad defensiva. Una despedida a lo grande de Ra¨²l en la Champions; un premio m¨¢s para el Manchester, que cuenta tres finales europeas en los ¨²ltimos cuatro a?os.

En una temeridad -Ferdinand, Rooney y Park ni siquiera se vistieron de corto- o en una confianza ciega en los jugadores menos habituales, Ferguson apost¨® por un equipo inicial repleto de suplentes, recuperados para la causa porque el Mufc se juega la Premier el fin de semana en la visita del Chelsea. De paso, Fergie reconfigur¨® la hoja de ruta, la propuesta de juego. De la obra de arte firmada en Gelsenkirchen, se pas¨® a un futbol de artistas, poco gremial pero igual de efectivo; de un juego atildado, con la mezcla y el toque por bandera, se vir¨® hacia un f¨²tbol directo, con la presi¨®n y el contragolpe por definici¨®n. Del espect¨¢culo a la taca?er¨ªa. Y, como no pod¨ªa ser de otra forma, porque este Manchester tiene un sinf¨ªn de caras -adem¨¢s de amplitud de armario-, la jugada le sali¨® redonda.

No opuso mucha resistencia el Schalke, que, exigido por la necesidad, plante¨® un duelo abierto. Volvi¨® a ser el de la Bundesliga, el equipo con predilecci¨®n por el f¨²tbol de asociaci¨®n, sin titubeos al ataque pero con unas grietas en defensa que resultaron definitivas. Uchida fue ese lateral derecho atornillado en campo ajeno; el central H?wedes jug¨® mejor con el cuero controlado que como tap¨®n; Jurado, de mediocentro, impuls¨® el juego interior; y Ra¨²l actu¨® de ariete, como en los viejos tiempos. Mucha calidad ali?ada con las subidas de Escudero por el flanco izquierdo y con la circulaci¨®n eficaz del imberbe Draxler (17 a?os), pero poca consistencia defensiva. Nada mejor para el Manchester, que aguant¨® el tipo con Scholes como eje, que se relami¨® con los espacios, con esas d¨¦cimas de segundo para armar los contragolpes.

Sin demasiado entusiasmo por el pase, el Mufc prefiri¨® apretar en posiciones avanzadas, ensamblados Nani y Valencia, los extremos, en campo adverso. Anderson rob¨® un bal¨®n en la medular, se la dio con diligencia a Gibson y pase interior a la carrera de Valencia, que resolvi¨® con pericia. Despu¨¦s, fue el propio Valencia el que sac¨® un centro raso a la llegada puntual de Gibson al ¨¢rea chica; remate fuerte y poco ajustado, cantada de Neuer, que dobl¨® la mano y concedi¨® el gol, el segundo hachazo del Manchester. Ni siquiera la r¨¦plica de Jurado, que enganch¨® un bal¨®n en el ¨¢rea con toda su alma, supuso una alteraci¨®n para los red devils. Todo estaba bajo control.

No alcanz¨® el Schalke m¨¢s veces la parcela de Van der Sar, se desconect¨® la media de la delantera y se descompuso el equipo. Lo finiquit¨® el Manchester, que firm¨® otros dos goles de Anderson, despidi¨® con honores a Ra¨²l, y ya reta al Bar?a, su verdugo en 2009, en Wembley.