La belleza de la rutina
El Bar?a conquista su tercer campeonato liguero consecutivo al empatar en Valencia con el Levante tras un partido sin celebridades, en un d¨ªa m¨¢s para esperar que para jugar
Hay veces en que el tiempo pasa volando, sobre todo cuando se juega contra el reloj, imposible meter un gol: as¨ª se le escap¨® al Bar?a la Copa despu¨¦s del cabezazo de Cristiano en Mestalla. Tambi¨¦n se dan ocasiones en que la vida se suspende por arte de magia, como cuando Iniesta aguardaba a que bajara la pelota en Stamford Bridge o en Johanesburgo mientras el aliento de la hinchada cargaba su pierna. Y se cuentan momentos en que las horas se hacen eternas porque la victoria se da por descontada y cuesta que pasen los partidos: m¨¢s o menos lo que le ha ocurrido al Barcelona desde que visit¨® el Bernab¨¦u y se le adjudic¨® la Liga.
Aquello sucedi¨® el 16 de abril y los azulgrana no cantaron el alir¨®n hasta ayer, 11 de mayo, en Valencia. Han pasado muchos d¨ªas como para aguardar un gol fant¨¢stico o una celebridad de jugada. La afici¨®n esperaba que se consumara el triunfo de una vez y no reparaba en nada extraordinario. Quer¨ªa simplente ganar la Liga. Y as¨ª sucedi¨®, como estaba previsto, en casa del Levante. El t¨ªtulo cay¨® por inercia, sin boato ni ¨¦pica, tras un partido que dur¨® lo que no est¨¢ escrito, por pesado y sospechoso: en el ¨²ltimo cuarto hubo un pacto de no agresi¨®n. El empate conven¨ªa a los dos: se salv¨® el Levante y sali¨® campe¨®n el Bar?a.
LEVANTE, 1 - BARCELONA, 1
Levante: Mun¨²a; Javi Venta, Nano, Ballesteros, Juanfran; Valdo, Iborra, Xavi Torres, Pallard¨® (Larrea, m. 82), Xisco Nadal; y Caicedo (Stuani, m. 74). No utilizados: Reina, Cerra, H. Rodas, Rub¨¦n y Montero.
Barcelona:Vald¨¦s; Alves, Mascherano, Piqu¨¦, Abidal (Font¨¤s, m. 62); Xavi, Busquets, Keita; Afellay, Messi y Villa (Pedro, m. 86). No utilizados: Pinto, Bartra, Thiago, Iniesta y Jeffren.
Goles: 0-1. M. 28. Keita, de cabeza tras un centro de Xavi. 1-1. M. 41. Caicedo aprovecha un fallo de Piqu¨¦.
?rbitro:Paradas Romero. Mostr¨® tarjeta amarilla a Piqu¨¦ e Iborra.
Ciutat de Valencia. 20.473 espectadores.
El Barcelona pareci¨® hipnotizar de salida al Levante. No arriesg¨® con la alineaci¨®n, se pas¨® la pelota durante un cuarto de hora largo de punta a punta de la divisoria, como quien no quiere la cosa, y hasta pareci¨® que no iba a disputar el partido. Al Levante le pareci¨® estupendo, de manera que se recogi¨® en su propia cancha con un equipo muy f¨ªsico, para nada interesado en la elaboraci¨®n del juego ni en el cuero. Ausentes Pedro e Iniesta, la posesi¨®n resultaba est¨¦ril porque su desequilibrio quedaba reducido a las aceleraciones de Messi y Caicedo interven¨ªa muy poco, solo contra el mundo, muy lejos de Vald¨¦s.
As¨ª pasaban el rato unos y otros, sin intensidad ni agresividad, ni pu?eter¨ªa. Ni una ocasi¨®n, ni una buena jugada, ni un pase filtrado, ni un susto. A los dos les gustaba el empate y cualquiera hubiera jurado que hab¨ªan hablado del marcador antes de salir a la cancha. Falsa impresi¨®n. Justo cuando el partido se dorm¨ªa, convertido el estadio en un balneario, Xavi templ¨® el cuero y el centro meloso del volante lo cabece¨® Keita para sorpresa de Mun¨²a. Un gol, a c¨¢mara lenta, tan bonito como inesperado, propio de un jugador laborioso y de tranco largo y buena testa como es Keita.
Vencido el Levante, el gol anestesi¨® curiosamente al Bar?a. Los azulgrana regalaron el empate y hasta concedieron una clamorosa segunda ocasi¨®n despu¨¦s de un l¨ªo de piernas y cabezas, como si los zagueros acabaran de levantarse de la siesta. Piqu¨¦ no se entendi¨® con Vald¨¦s en una cesi¨®n, mal acompa?ada por el central y no corregida por el portero, y Caicedo emboc¨®. Tampoco atin¨® Xavi poco despu¨¦s en un control, sorprendido por el rival, y al Levante se le escap¨® por poco el que hubiera sido el segundo tanto. Espectadores de excepci¨®n, los granota no acabaron de agradecer la generosidad del Bar?a. Tampoco les conven¨ªa molestar al campe¨®n.
La segunda parte comenz¨® m¨¢s alborotada que la primera, quiz¨¢ porque el Bar?a le puso dinamismo y agresividad y al Levante le cost¨® m¨¢s negar los espacios. Messi agarr¨® el cuero y empez¨® a regatear sin parar en busca del gol de la Liga. A veces le rebanaban el bal¨®n, en otras se lo dejaba y hubo una ocasi¨®n en que despu¨¦s de sortear a los zagueros y al portero acab¨® por rematar al palo. Marr¨® la definici¨®n despu¨¦s de una excelsa conducci¨®n. La jugada vali¨® por un partido que el Levante tuvo abierto por la presencia del fen¨®meno Caicedo.
El encuentro qued¨® reducido pr¨¢cticamente a un mano a mano entre Messi y Caicedo, hasta que Luis Garc¨ªa sustituy¨® al ecuatoriano y el argentino entendi¨® que se hab¨ªa acabado el duelo. Y, justamente entonces, se apag¨® la luz y los dos equipos mataron el tiempo hasta que el ¨¢rbitro pit¨® el final. No pasaba la pelota de medio campo, casi siempre a pies del Bar?a, mientras el Levante se lo miraba sin entrar, sin disputar, sin competir. ?Feo? Igual que en 2005, cuando el Barcelona de Rijkaard tambi¨¦n gan¨® la Liga y despu¨¦s descendi¨® de forma sorprendente el Levante. No parece que vaya a ser el caso esta temporada.
Merece seguir el Levante en la elite como tercer mejor equipo del campeonato en la segunda vuelta y nadie puede discutir el t¨ªtulo ganado por el Bar?a: si a los azulgrana les ha costado acabar el torneo es porque lo empezaron de f¨¢bula y se ganaron el derecho a administrar los r¨¦cords, los puntos y la ¨¦pica, y, por otra parte, merecen celebrarlo por todo lo alto. Han jugado mejor que nadie, dejan un 5-0 para el recuerdo y su distancia con el Madrid en la tabla ha sido m¨¢s larga que nunca. Los chicos de Guardiola ya llevan tres ligas seguidas, registro que les remite al dream team de Cruyff y les anima a superarlo.
La rutina tiene su belleza en el d¨ªa a d¨ªa m¨¢s que en el principio o el final. Ayer era un d¨ªa para esperar m¨¢s que para jugar y hoy toca festejar el trofeo al tiempo que se evocan los momentos m¨¢s solemnes de una temporada endemoniadamente fascinante para el Bar?a, irreductible y de nuevo campe¨®n.
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