La debacle del Tenerife

Aparentemente, no hay una raz¨®n clara que explique el desplome del Tenerife, un equipo construido para ascender y que hoy, pese a haber remontado el d¨ªa anterior al Valladolid (3-2), se despidi¨® de la categor¨ªa de plata en direcci¨®n contraria tras la victoria del Gimn¨¤stic de Tarragona sobre el Betis (3-1). Los 11 puntos que les separan de la salvaci¨®n a falta de tres jornadas han decidido el destino del conjunto canario. El pr¨®ximo curso, los isle?os jugar¨¢n en Segunda B despu¨¦s de 24 a?os repartidos a partes iguales entre Segunda y Primera Divisi¨®n. David Amaral, el ¨²ltimo de los cuatro entrenadores que se han sentado esta temporada en el banquillo tinerfe?o -despu¨¦s de Gonzalo Arconada, Juan Carlos Mandi¨¢ y Antonio Tapia- intenta darle una l¨®gica: "Pierdes los primeros partidos, el equipo y la afici¨®n no se lo creen y sin darte cuenta te encuentras en una zona de la tabla a la que no sabes adaptarte. Te hab¨ªas reforzado y est¨¢s m¨¢s dentro que fuera, se cambia de t¨¦cnico una y otra vez... Entras en una din¨¢mica de la que es dif¨ªcil salir".

El ambiente no supo, seg¨²n Amaral, cambiar el chip; hab¨ªa que entender que la lucha no se desarrollar¨ªa a golpes de florete, sino de sable. "No creo que haya sido esto, desde el principio, con el mal inicio que tuvimos [cuatro derrotas en cuatro jornadas que llevaron a la destituci¨®n de Arconada], ¨¦ramos conscientes de la situaci¨®n", replica Marc Bertr¨¢n, el capit¨¢n del Tenerife. El defensa habla con monos¨ªlabos al otro lado del tel¨¦fono. Su decepci¨®n es palpable y no logra encontrar una explicaci¨®n certera: "Me lo han preguntado mil veces y nosotros mismos no lo sabemos, no esper¨¢bamos nada parecido". El lateral, tras su quinta temporada en la isla, termina contrato. "No s¨¦ si me quedar¨¦, no es el momento de hablar de esto", comenta entretanto el capit¨¢n, que vivi¨® el ¨²ltimo ascenso del Tete a Primera, en 2009, en el segundo de los tres cursos de la gesti¨®n de Jos¨¦ Luis Oltra, t¨¦cnico idolatrado por la afici¨®n y cada vez m¨¢s a?orado, a medida que los resultados no llegaban.

"El final de mi etapa fue una decisi¨®n unilateral. Yo no me sent¨ªa desgastado, pero el club consider¨® que mi ciclo se hab¨ªa concluido con el descenso. Es una pena, porque era un proyecto bonito. Mas all¨¢ de los resultados [el Tenerife baj¨® por un punto en la ¨²ltima jornada], hab¨ªa un estilo de juego bien definido", explica Oltra. Los t¨¦cnicos que se han ido alternando tuvieron que convivir con su legado y buscaron sin ¨¦xito un juego que no descuidase el buen trato de pelota. "Respeto mucho a todos ellos", comenta Oltra, "pero el que m¨¢s cerca estuvo con dar con la tecla fue Tapia, que, sin embargo, cogi¨® la peor racha". Tapia coleccion¨® 10 puntos los primeros cinco partidos, pero luego encaden¨® cinco derrotas y un empate. "Los responsables somos los profesionales, tengo que asumir mi parcela de culpa", afirma Tapia; "sobre todo en casa no rendimos como deb¨ªamos y defensivamente fuimos un desastre [con 63 tantos en contra, la segunda peor zaga de la categor¨ªa tras los 69 de la UD Las Palmas ]". En el Heliodoro Rodr¨ªguez, donde el curso pasado el Tenerife sum¨® 30 de los 36 puntos finales, este curso los blanquiazules solo han sumado 23 y cayeron nueve veces. Pese a tantas contrariedades, la afici¨®n se qued¨® cerca del equipo casi hasta el final.

"El ambiente era bueno y el club estaba muy bien organizado, no se pueden buscar coartadas externas", remarca Tapia. Parad¨®jicamente, mientras un club con las cuentas saneadas como el Tenerife pierde la categor¨ªa, el Betis, que se adhiri¨® a la Ley Concursal y el Rayo, embestido por los problemas econ¨®micos de la familia Ruiz-Mateos, celebran su ascenso a Primera. "Hay que ser serio y cumplir con los pagos, porque aunque te pueda ir bien un a?o o dos, una mala gesti¨®n siempre te pasa factura. Nuestra situaci¨®n ha evitado cualquier fuente de excusas por parte de los jugadores", comenta amargo Juan Jos¨¦ Lorenzo, el director deportivo, que sucedi¨® en diciembre a Santiago Llorente. Lorenzo no cree que el vaiv¨¦n de entrenadores haya contribuido a minar el ambiente y complicar a¨²n m¨¢s el camino a la salvaci¨®n. "No se cambian t¨¦cnicos cuando se sabe que se va a luchar por el descenso, pero con un equipo que todas las quinielas daban entre los seis primeros, no hab¨ªa otra", afirma.

Los nuevos fichajes, por su parte, no han cuajado. Ninguno, desde Julio ?lvarez (28 partidos y dos goles) hasta Natalio (cuatro tantos en 33 encuentros), se ha salvado del naufragio. El ¨²nico que ha mantenido el barco a flote hasta que ha podido ha sido Nino (15 goles). "Se?alar a jugadores ser¨ªa injusto e in¨²til a esta altura", zanja Amaral, que no ha registrado -como tampoco los dem¨¢s- en el vestuario ning¨²n s¨ªntoma de fractura. "Los problema me gustar¨ªa que se quedasen en plan interno", afirma Lorenzo; "lo que est¨¢ claro es que el descenso comportar¨¢ muchos cambios estructurales. Lo m¨¢s importante es entender si el presidente [el empresario palmero Miguel Concepci¨®n] se quedar¨¢. Despu¨¦s se hablar¨¢ del futuro".

Amaral, que lleg¨® cuando las opciones de salvarse ya eran m¨ªnimas, ocup¨® por tercera vez en su carrera el banquillo del Tenerife con la intenci¨®n de preparar "los 10 partidos que faltaban y una temporada m¨¢s". Oltra, que esta campa?a estuvo entrenando entre noviembre y abril el Almer¨ªa, a la pregunta de si estar¨ªa dispuesto a volver al Tenerife en Segunda B contesta: "No soy un entrenador de Tercera o de Primera, sino de proyectos. Como en Tenerife no he estado y creo que no volver¨¦ a estar en ning¨²n sitio. Me siento blanquiazul, un tinerfe?o m¨¢s, y con poco que se d¨¦ la circunstancia volver¨¦". En la isla pueden por lo menos so?ar con esto.