'Chucky' se hace mayor

Para llegar a Roland Garros, un drama medido hora a hora, minuto a minuto, segundo a segundo. Javier Mart¨ª, uno de los mejores talentos de la cantera espa?ola, debutar¨¢ con 19 a?os en un grande tras marcharse al hotel creyendo que no tendr¨ªa sitio en el torneo. El n¨²mero 249 lleg¨® a Par¨ªs para disputar la clasificaci¨®n para el cuadro principal. Descubri¨® que el r¨¢nking no le daba para competir en ese torneo clasificatorio.

Empez¨® entonces una espera eterna de bajas, enfermedades y lesiones de otros compa?eros...y casi cinco minutos antes de que se cerrara el plazo hubo las suficientes como para que ¨¦l jugara la previa. Entr¨® como ¨²ltimo tenista. Roland Garros era a¨²n algo lejano. Quedaban tres partidos clasificatorios. Los gan¨®. Mart¨ª juega en Roland Garros y no tiene una primera ronda cualquiera: le espera el lunes su amigo Albert Ramos, otro que ha superado el torneo previo.

"Lo vivimos con gran ilusi¨®n, pero tambi¨¦n conscientes de no ha hecho m¨¢s que empezar", explica ?scar Burrieza, el entrenador de Mart¨ª, un enamorado de su deporte, adem¨¢s de un trotamundos del tenis y de las previas. "Javier todav¨ªa tiene muchas cosas que mejorar. Las dos veces que se ha enfrentado a Albert ha perdido. Debe disfrutar, porque siendo el ¨²ltimo tenista que entr¨® en la clasificaci¨®n no puede partir de favorito con nadie", prosigue. "Tambi¨¦n es verdad que puede ganar a jugadores de este nivel".

Mart¨ª, como Carlos Boluda, es un joven perseguido por el fantasma de Rafael Nadal. Desde la ni?ez carga con el peso de ser el encargado de suplir al n¨²mero uno cuando este falte. Dicen que su rev¨¦s tiene la belleza del de Richard Gasquet, que sus piernas y pulmones a¨²n tienen trabajo por delante y que su volc¨¢nica personalidad en la pista llena de picos y valles sus partidos. Por eso le llaman Chucky. Por eso le comparan al mu?eco diab¨®lico.

"Y eso lo trabajamos con mucha paciencia, intentando comprender los momentos malos aunque a ¨¦l le sea duro escuchar ciertas cosas y que su reacci¨®n no sea la ideal o la esperada", explica Burrieza, que ha jugado y ganado numerosos torneos en dobles con su pupilo, conoci¨¦ndole as¨ª desde dentro, en la pista, durante el juego. "Poco a poco", prosigue; "va siendo m¨¢s fuerte en pista, aunque le gustar¨ªa controlar m¨¢s sus emociones. Debe evolucionar su cabeza, como su tenis. El objetivo es que suba poco a poco, para que cuando llegue, se quede, estable y sin altibajos".