El torneo de los r¨¦cords
Nadal busca en Par¨ªs ser el segundo tenista m¨¢s joven en alcanzar los 10 'grandes', y Djokovic, la marca de imbatibilidad y el n¨²mero uno
Novak Djokovic se tapa las orejas de soplillo con unos inmensos auriculares. La pista central de Roland Garros est¨¢ abarrotada. ?l, sin embargo, no juega. Cimbreando el cuerpo igual que si tuviera un ataque de epilepsia, el serbio se afana con una mesa de mezclas mientras va pinchando algunas de las pistas que le ha dejado preparadas Bob Sinclar, amante del tenis y famoso dj que se atreve hasta con Rafaella Carra, que es quien se afana sobre la pista vestido igual que si fuera el sueco Bjorn Borg. Por la arcilla de la Philippe Chatrier, incre¨ªble el contraste entre el silencio de los partidos y el ruido atronador de la discoteca, van pasando, entre otros, Rafael Nadal, Jo-Wilfried Tsonga, Amelie Mauresmo, Michael Llodra... Es una fiesta. Nadie dir¨ªa que se avecina una guerra.
En Par¨ªs, donde Roland Garros arranca el domingo, el n¨²mero uno del mundo busca ser el segundo tenista m¨¢s joven en alcanzar los 10 grandes (de lograrlo, tendr¨ªa 25 a?os y dos d¨ªas). Tambi¨¦n, igualar el r¨¦cord de seis t¨ªtulos sobre esta arcilla. Las dos marcas tienen en com¨²n al mismo hombre, un nombre unido inextricablemente al de Nadal: el sueco Borg.
El mallorqu¨ªn, claro, no es el ¨²nico que busca extender o lograr marcas imposibles. Mientras el suizo Roger Federer puede incrementar su incre¨ªble curr¨ªculo a 17 grandes, el serbio Djokovic tiene en su mano igualar o romper una serie de cifras alucinantes. El n¨²mero dos suma 37 victorias seguidas en 2011 y 39 desde 2010. Si llega a semifinales, habr¨¢ igualado el mejor inicio de temporada de la historia, los 42 triunfos consecutivos del estadounidense John McEnroe, en 1984. Si alcanza la final, nadie habr¨¢ empezado un curso mejor. Y si se alza con el t¨ªtulo, habr¨¢ empatado con el argentino Guillermo Vilas como protagonista de la mejor racha de victorias de siempre: nada m¨¢s y nada menos que 46. Todo eso son objetivos menores para el tenista de moda. El serbio ser¨¢ el n¨²mero uno del mundo si Nadal no gana el torneo, y si el mallorqu¨ªn levanta el trofeo y ¨¦l est¨¢ en la final tambi¨¦n le quitar¨¢ el puesto.
Todo eso estaba hoy en el aire mientras Djokovic se pon¨ªa esos cascos en la cabeza. No faltaba ning¨²n detalle. El p¨²blico entusiasmado, igual que en una discoteca. Un rapero inmenso de kilos y altura con sus joyas reluciendo contra el est¨®mago bamboleante. Nadal primero en la pista. Djokovic, luego. Hasta Borg estuvo en la central: era Sinclar disfrazado con su cinta para el pelo, su raqueta de madera y sus pantaloncitos ochenteros, pero en la Philippe Chatrier siempre se siente el aliento del hombre de hielo.
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