Giro en el bolsillo y Tour a la vista
El TAS pospone el juicio a Contador y el espa?ol podr¨¢ correr la 'grande boucle'
Contador es una isla rosa en un mar amarillo. O eso parece. Todo el mundo en el Giro habla del Tour, habla de ¨¦l, claro, salvo ¨¦l, que habla del Giro. En la salida, Martinelli, su director en 2010 ?empe?ado este Giro con su Astana en la guerra de la general por equipos con el Movistar: ventaja para los kazajos?, dice que cuando vaya al Tour este a?o, el chico de Pinto ir¨¢ mucho m¨¢s fuerte que en 2010. "Vale que el Giro de 2011, sus subidas tan empinadas, no muy largas, le vienen como anillo al dedo", dice Martinelli. "Pero es que tambi¨¦n su forma no tiene nada que ver con la de hace un a?o. Este, ni Andy Schleck le resistir¨ªa".
Daba por sentado el director italiano que Contador podr¨¢ correr el pr¨®ximo Tour, lo que muchos dudaban dado que hace unos d¨ªas el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) hab¨ªa fijado la vista del caso clembuterol del 6 al 8 de junio. Todos calculaban que antes del Tour (el primer s¨¢bado de julio) habr¨ªa sentencia y muchos pensaban que ser¨ªa contraria a los intereses de Contador. Sin embargo, mientras los corredores se embalaban hacia B¨¦rgamo, el TAS anunciaba que se pospon¨ªa la vista, sin fecha a¨²n, pero seguramente hasta septiembre (hay vacaciones en verano) porque las partes no ten¨ªan tiempo de presentar sus alegaciones ni de convocar a todos sus testigos. Cay¨®, as¨ª, de golpe, el ¨²nico obst¨¢culo externo que podr¨ªa impedirle a Contador defender su victoria de 2010. El ¨²ltimo bufete de abogados que ha contratado, unos londinenses encabezados por Mike Morgan, ha empezado a hacer su trabajo contra la pertinencia de pruebas nuevas presentadas por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), basadas en controles sangu¨ªneos y de pl¨¢sticos y contra la interpretaci¨®n dada por la AMA a estas mismas pruebas. Son la batalla jur¨ªdica y la batalla cient¨ªfica. El tercer frente, la batalla moral, lo pelea en persona Contador, que d¨ªa a d¨ªa demuestra su superioridad en el Giro y, aparentemente, sin ninguna duda sobre su sangre o su orina. Tiene el segundo Giro en el bolsillo, pero no habla del cuarto Tour. "Ahora solo pienso en rosa, el Tour es en julio", dijo (aunque a Eddy Merckx le confes¨® que ser¨ªan fijos en el equipo Benjam¨ªn Noval y los Sorensen). Al Giro le quedan tres etapas y el segundo, Scarponi, est¨¢ a 4m 58s.
Si ¨¦l no habla del Tour, su director, Bjarne Riis, s¨ª lo hace, y bien claro. "Contador correr¨¢ el Tour", dijo a EL PA?S el lunes el director de Andy Schleck en 2010. "Y es el principal favorito para la victoria, claro".
Del lirismo y la locura, de su relaci¨®n inevitable, escribe Louis Althusser en sus cartas a su esposa, que no van de ciclismo aunque podr¨ªan. De hecho, algunos ciclistas, agarrando el r¨¢bano por las hojas, combinaban poes¨ªa y locura cuando bautizaron Poe (por Edgard Allan) a la Epo (por eritropoyetina), la p¨®cima que los hac¨ªa invencibles. Hablaban en clave, confiesan ahora, ignorantes. No sab¨ªan, seguro, que la ra¨ªz del ciclismo como deporte, la raz¨®n de su car¨¢cter ¨²nico, lo que h¨¢bilmente captaron al vuelo las empresas que usaron al ciclismo como veh¨ªculo comercial, es justamente esa, el lirismo de la locura, que a¨²n se aprecia a diario, tambi¨¦n en el Giro, en un descenso interpretado por Nibali o Lastras, por ejemplo, en Contador danzando sobre pendientes imposibles al ritmo de su coraz¨®n, por supuesto, en etapas como la de ayer, el pelot¨®n dos horas a m¨¢s de 50 por los montes de B¨¦rgamo, antes de que el grupo pariera una fuga de casi 20 que se qued¨® en tres para el sprint sobre el r¨ªo Brembo, en San Pellegrino, donde el agua con gas. Gan¨® la nueva Italia de nuevo, gan¨® Eros Capecchi.
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