Andy Schleck sale de la sombra en los Alpes

La etapa era como un ristretto, corta (108 kil¨®metros) pero concentrada (un puerto de 50 kil¨®metros de salida, un descenso, y otro puertarraco con cima a 10 kil¨®metros de la meta) e intensamente disputada, grande.

Andy Schleck sali¨® de la sombra y el pelot¨®n de la Vuelta a Suiza estall¨® en mil pedazos, una granada madura que hace plof. Durante media hora, tres cuartas partes de la ascensi¨®n al interminable Grosse Scheidegg, el pretendiente al Tour se coloc¨® al frente de la fuga, prob¨® su ritmo, sus piernas ¨¢giles, y detr¨¢s de ¨¦l se oy¨® 's¨¢lvese quien pueda' en 20 idiomas. Es lo que tienen los grandes: cualquier movimiento suyo, hasta un ensayo privado, sin intenciones clasificatorias, tiene consecuencias p¨²blicas.

Recogieron los frutos de su acci¨®n Cunego y Sagan. El veron¨¦s redivivo -tras un estruendoso comienzo profesional con victoria en el Giro a los 22 a?os, en 2004, el resto de su carrera ha mostrado su talento con cuentagotas y nada desde hace tres a?os- aprovech¨® el destrozo causado por el rubio Schleck en el equipo del l¨ªder, el colombiano Soler, para atacar cuando, mediada la subida, este se qued¨® solo. Antes, Iv¨¢n Guti¨¦rrez y, sobre todo, Lastras, los dos gregarios sobresalientes del Movistar, hab¨ªan mantenido el tipo, hab¨ªan aguantado, pero no hubo nadie para relevarlos.

Respondi¨® Soler con gallard¨ªa y orgullo al ataque de Cunego. Con excesivo fuego, quiz¨¢s: se fue a por el italiano -a Cunego, segundo en la general a solo 16s, hab¨ªa que atarlo corto-, dej¨® plantados a Fr?nk Schleck y otros corredores importantes, como Van Garderen y Mollema, y se qued¨® en tierra de nadie, perdido. Al coronar el puerto, a 10 kil¨®metros de la meta, situada a mitad de un descenso vertiginoso por una estrecha cinta de asfalto, hab¨ªa perdido 42s con Cunego y se resign¨® a descender en compa?¨ªa del grupo del mayor de los Schleck. En meta hab¨ªa perdido 1m 4s y el liderato.

Baj¨® muy r¨¢pido Cunego, el l¨ªder de una Vuelta a Suiza a la que a¨²n le quedan dos grandes etapas de monta?a, pero no tan veloz como Sagan, un tremendo eslovaco, enormes muslos de dinamita, ¨²ltimo superviviente del grupo fugado con Andy Schleck, quien recuper¨® m¨¢s de un minuto cuesta abajo, alcanz¨® a Cunego a dos kil¨®metros de la llegada y gan¨® la etapa con facilidad merced a su magn¨ªfica punta de velocidad.