A tortazo limpio

De mal perder el Pe?arol y de mal ganar el Santos, el partido acab¨® de la peor de las maneras, a tortazo limpio y con patadas por doquier. Al tiempo que los jugadores del Santos celebraban el triunfo, nada m¨¢s inflar por tercera y ¨²ltima vez los mofletes el colegiado, una bandada de aficionados brasile?os salt¨® al campo con malas intenciones, lejos de celebrar el mayor de los t¨ªtulos y pr¨®ximos a la idea de repartir pu?etazos a los rivales. Y se li¨® la trifulca, un ejemplo deplorable en el deporte.

Uno de los peores parados fue Elano, que ya lo ha hecho todo en el f¨²tbol, que intent¨® separar a sus aficionados de los jugadores de Pe?arol. Una tremenda patada le tir¨® la lona a la vez que se retorc¨ªa de dolor sobre el c¨¦sped. Y cuando todo parec¨ªa volver a su cauce, pasado un minuto de la agresi¨®n inicial, se volvi¨® a la gresca. Calientes ambos equipos, se enzarzaron de nuevo a pu?etazo limpio. Algo posible porque apenas hab¨ªa un pu?ado de polic¨ªas entre medio, porque los colegiados hac¨ªa mutis por el foro y porque los jugadores hicieron lo posible por prolongar el duelo, esta vez sin el bal¨®n de por medio. "Saltaron hinchas y no supieron festejar", se lamentaba un futbolista uruguayo; "nosotros asumimos la derrota pero que aprendan a festejar".

Al final, ya separados porque la polic¨ªa acab¨® por reaccionar, los jugadores del Santos se mofaron del rival celebrando el t¨ªtulo en sus narices. Hasta que alguien sensato los separ¨® y la celebraci¨®n, al fin, tom¨® los cauces exigidos. Cada equipo con su afici¨®n. La hinchada de Pe?arol entreg¨® un aplauso prolongado a los suyos, en reconocimiento a un torneo excelente; la del Santos, festej¨® hasta rabiar el laurel. El da?o, sin embargo, ya estaba hecho.