El temple de Almagro

El ocaso del sol inunda de naranjas el cielo de Londres mientras Nicol¨¢s Almagro profiere tres gritos desaforados: acaba de ganar 7-6, 7-6, 6-7 y 6-3 en segunda ronda al estadounidense John Isner. Es el triunfo de la madurez. La victoria del hambre. Almagro solo hab¨ªa ganado cuatro partidos sobre hierba en su carrera antes de este Wimbledon. Almagro hab¨ªa vencido solo el 44% de los desempates en su carrera y hab¨ªa perdido diez este a?o. A todo eso se sobrepuso el buen murciano para llegar a tercera ronda, donde le espera el ruso Youzhny, uno que, literalmente, se abri¨® la cabeza de un raquetazo en uno de sus enfrentamientos.

"Era un partido muy complicado, duro en esta superficie, contra un grand¨ªsimo sacador", reflexion¨® el n¨²mero 15. "He jugado con mucho temple, con mucha intenci¨®n, un grand¨ªsimo partido", prosigui¨®. "Los a?os dan la madurez. Aqu¨ª nunca he conseguido jugar mi mejor tenis. Las cosas llegan cuando trabajas y cuando el fruto est¨¢ para com¨¦rselo, pues se come. Estos partidos los marcan detalles y hoy he dejado muy pocos al azar".

Pas¨® todo en la pista 18, donde Isner se eterniz¨® el a?o pasado durante tres d¨ªas contra el franc¨¦s Mahut, en un encuentro que descont¨® m¨¢s de 11 horas. La noche ca¨ªa mientras se compet¨ªa. El fr¨ªo mord¨ªa la camiseta de los tenistas. Isner so?aba con volver a la pista ma?ana...hasta que Almagro se puso a gritar porque hab¨ªa ganado el partido.