Renshaw, zona prohibida
El australiano, expulsado el a?o pasado del Tour por propinarle tres cabezazos a un rival, vuelve a ser el escudero de Cavendish
El Tour discurre ahora por las llanuras francesas. Son los d¨ªas de los hombres m¨¢s r¨¢pidos, pero para llegar a los ¨²ltimos metros con espacio para acelerar, los Cavendish, Farrar, Hushovd, Petacchi y compa?¨ªa necesitan de la labor de gente como Mark Renshaw (Bathrust, Australia; 1982). Un trabajo poco vistoso pero esencial y en el que no se bromea.
Renshaw es el encargado de lanzar y proteger a Mark Cavendish en los ¨²ltimos metros del sprint, y es algo que se toma muy en serio. Tan en serio que el a?o pasado fue expulsado del Tour por extralimitarse en su funci¨®n. En la etapa 11, mientras lanzaba a Cavendish, le propin¨® tres cabezazos a Julian Dean, su hom¨®logo en el Garmin, que lanzaba a Tyler Farrar. Pero el australiano tiene claro cual ser¨¢ su labor este Tour: "Mi trabajo es mantener a Cav [Cavendish] lejos de los problemas y eso implica alejarle del camino de otros".
"No lo hace con mala intenci¨®n, ni para hacer da?o, viene de la pista y es como ha aprendido a defender su espacio", explican desde el pelot¨®n. "Defend¨ªa su espacio vital", asegur¨® su jefe el mismo d¨ªa. Adem¨¢s de los cabezazos a Dean, Renshaw tuvo tiempo de cerrar a Farrar y facilitar la victoria de Cavendish en la meta de Bourg-l¨¨s-Valence. "Si no me apoyo con la mano en Renshaw, me caigo", exclam¨® el norteamericano, que buscaba su primera victoria en la grande boucle y tuvo que esperar hasta este a?o. Pero su jefe no vio nada malo en la actuaci¨®n del australiano. "?l hizo lo que pudo para evitarme problemas. Tengo suerte de tener a alguien capaz de hacer eso por m¨ª. Mark maneja muy bien la bici y es muy f¨¢cil seguir su rueda", argument¨® Cavendish, que la siguiente victoria en la ronda gala se la dedic¨® a su escudero. El culpable pidi¨® perd¨®n, pero no admiti¨® que toda la culpa fuera suya. "Me considero un corredor limpio y nunca antes me hab¨ªan multado o incluso amonestado" contestaba Renshaw a sus detractores; "Dean vino muy fuerte con los codos. Us¨¦ mi cabeza para equilibrarme y no provocar una ca¨ªda".
A pesar de su rudeza, su poca simpat¨ªa y de que le gusta imponer el miedo en las llegadas, dentro del pelot¨®n la gente respeta al australiano porque, como dice Cavendish, no trabaja para s¨ª mismo. Su labor no es la de preparar la llegada, para eso, Cavendish prefiere a gente como Eisel. Renshaw es la ¨²ltima bala. El que derriba la puerta. El que infunde miedo en los rivales. El guardaespaldas m¨¢s fiel. "Cuando est¨¢ trabajando no tiene amigos", aseguran en el pelot¨®n. Pero lo que m¨¢s valoran sus rivales, es que podr¨ªa luchar por la victoria y se sacrifica por alguien que es mejor, de hecho, no en pocas ocasiones llega el segundo tras el l¨ªder de su equipo, como en la ¨²ltima etapa del Tour 2009.
De joven, cuando daba sus primeras vueltas a los vel¨®dromos ya apuntaba maneras. En la pista cosech¨® ¨¦xitos importantes, gan¨® algunas pruebas de la copa del Mundo y se colg¨® la medalla de oro en los juegos de la Commonwealth en 2002 en la modalidad de persecuci¨®n por equipos. Y, cuando en 2004 decidi¨® dar el salto a la carretera, parec¨ªa que se podr¨ªa convertir en un buen sprinter. A los dos a?os, ya estaba haciendo de lanzador de uno de los mejores sprinters, Thor Hushovd, y, en 2009 lleg¨® a su actual equipo, donde entabl¨® buena amistad con Cavendish.
En su labor es el mejor, y ante los rumores de que el ciclista de Mann fiche por el Sky el a?o que viene, pocos dudan de que no se llevar¨¢ a Renshaw con ¨¦l. Ya sabe que a la hora de la verdad no bromea.
![Mark Renshaw lidera a su equipo, el HTC, en la crono por equipos del Tour.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/CKVGCZKSDAN7GV53E7ZD3YYPDA.jpg?auth=00ac68570d94f62bea79520cefc000f8312cf01ca056746e6b87371a4fd9f4ff&width=414)
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