Oc¨¦ano de bronce
Espa?a consigue su sexta medalla de los Mundiales en la final libre de equipos de nataci¨®n sincronizada gracias a la improvisaci¨®n de una exigente coreograf¨ªa sobre el mar
Alba Cabello es una nadadora madrile?a de 25 a?os que interpreta a un delf¨ªn en el momento culminante de la coreograf¨ªa que present¨® Espa?a en la final libre de nataci¨®n sincronizada por equipos de los Mundiales de Nataci¨®n. Sus 47 kilos de peso la predestinan a las figuras acrob¨¢ticas, as¨ª que fue ella la encargada de superar la barrera m¨¢s dif¨ªcil de la noche. El punto ¨¢lgido de la competici¨®n, el que aseguraba la medalla, fue el salto sobre el puente. Una especie de m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa que elevaba el nivel de complejidad de un ejercicio que las espa?olas se han dedicado a estudiar desde que lo presentaron en los Juegos de Pek¨ªn en la rutina ?frica. En Shangh¨¢i, la seleccionadora Ana Tarr¨¦s complic¨® el elemento con la intenci¨®n de obtener puntos suficientes para derrotar a las anfitrionas, las chinas. Fue una tarea abocada al riesgo extremo. Un error y Espa?a se ca¨ªa del podio. Al final de la noche, Alba salt¨® y cuando pas¨® por encima de sus cinco compa?eras haciendo el puente, como un delf¨ªn, o como un pez volador, sus entrenadoras, Ana Tarr¨¦s y Beth Fern¨¢ndez, dieron un salto de alegr¨ªa en el borde de la piscina. La suerte estaba echada. La medalla estaba ganada. Alba Cabello hab¨ªa volado con ¨¦xito.
Espa?a conquist¨® el bronce gracias a la belleza de su coreograf¨ªa, el El Oc¨¦ano, y a la dificultad de los ejercicios que se impuso. A sus nadadoras les falt¨® un poco m¨¢s de coordinaci¨®n y quiz¨¢ por este motivo los jueces le restaron puntos en su calificaci¨®n: 96.150. China, con un ejercicio mon¨®tono, pero tal vez m¨¢s homog¨¦neo, sum¨® 96.580. Las rusas se encumbraron con un monumento a la sincronizaci¨®n, la elegancia vigorosa y la exactitud acrob¨¢tica. Sus 98.620 puntos pusieron el sello a unos Mundiales impecables. Los m¨¢s grandiosos de la nataci¨®n sincronizada rusa, que atraviesa una ¨¦poca de gloria. Los siete oros de las siete finales de la disciplina volaron a Mosc¨².
Con sus 10.000 licencias federativas, Rusia tiene una base s¨®lida para alimentar a su equipo nacional de nataci¨®n sincronizada. China, Jap¨®n, Francia, Estados Unidos y Canad¨¢ son casos parecidos de solidez en las bases. El ¨¦xito de Espa?a, con menos de 1.000 licencias, se explica desde otros principios. No hay precedentes en la historia de la nataci¨®n sincronizada de un uso m¨¢s eficaz de los recursos que el que hace la directora t¨¦cnica Ana Tarr¨¦s en el CAR de San Cugat. La avalan las seis medallas que ha conseguido en Shangh¨¢i, prueba de una continuidad asegurada. Desde 2003, el equipo ha cambiado, las figuras se han retirado, las generaciones se han renovado. Pero Espa?a no se baja del podio.
El salto de Alba Cabello explica el estilo de Tarr¨¦s, brillante en la improvisaci¨®n, en la b¨²squeda de narrativas nuevas, y siempre bordeando la hecatombe. Para que Alba pudiera saltar hubo que fabricarle una estructura a lo largo de meses de estudio. El biomec¨¢nico del CAR, Andreu Roig, analiz¨® las posibilidades de construcci¨®n de una lanzadera humana subacu¨¢tica. Como dice Beth Fern¨¢ndez, un suelo. El suelo fue Thais Henr¨ªquez, la m¨¢s alta del grupo, due?a de unas espaldas y unos hombros torneados a prop¨®sito. "Antes hac¨ªamos el puente con seis personas abajo y una encima", explic¨® Thais, "y ahora solamente hay cuatro y Alba salta. Normalmente hay siete personas por debajo de Alba. Ahora somos dos. Dos debajo de Alba y el puente con cuatro de nosotras haciendo de pilares y una encima. Al principio pensamos que era imposible que Alba saltara sobre el puente. Pero confiamos en nuestras posibilidades y sali¨®".
"La primera vez que lo hicimos el puente se fue a pique", recuerda Thais. "Pero insistimos. Andrea est¨¢ debajo de Alba y yo estoy debajo de Andrea, que se para en mis hombros. Yo estoy tan sumergida que el suelo de la piscina lo tengo a 20 cent¨ªmetros de mis pies. Hacemos una catapulta. Yo subo un poco, Andrea se encoge, Alga se encoge y entonces... ?Pam! Hacemos el resorte para que Alba coja el impulso necesario".
Thais recuerda algunos de los momentos que han hecho del equipo espa?ol un referente vanguardista en el mundo de la sincronizada: "La Casa Encantada en 2009, ?frica en 2008, Stairway to Heaven y Yesterday en 2009, Tango en 2011... Nuestra caracter¨ªstica principal es el riesgo. Nosotros jugamos con eso. Muchos equipos no se atrever¨ªan. Siempre vamos a ¨²ltima hora. Al ¨²ltimo segundo. Cambiamos cosas hasta el d¨ªa anterior de la competici¨®n. Mucha gente lo ve como una locura pero a nosotras nos puede dar el triunfo o la derrota. De momento ha sido el punto que nos ha ayudado a ganar y a estar en el podio".
Ana Tarr¨¦s comenz¨® a preparar El Oc¨¦ano con las chicas en la piscina en mayo. Desde entonces, apenas pudieron entrenarlo en 10 ocasiones. Hace tres d¨ªas, hicieron un batifondo de combate que result¨® preocupantemente fallido. "Nos salieron mal todas las subidas", recuerda Tarr¨¦s. Durante la competici¨®n, en los huecos que encontraban en el calendario de Shangh¨¢i, por las ma?anas, a la siesta, o antes de comer, se dedicaron a pulir los ¨²ltimos detalles. La coreograf¨ªa, que inclu¨ªa un ba?ador con estampados evocadores de un pez barroco, es una alegor¨ªa del mar representada a lo largo de una serie de figuras que recuerdan pulpos, card¨²menes, bogavantes, cangrejos, orcas, delfines y olas.
Rusia se qued¨® con el oro. Pero Espa?a avanz¨® en la maduraci¨®n de su joven equipo, seg¨²n dijo Ana Tarr¨¦s despu¨¦s de reunir a todas sus nadadoras en una pi?a y gritar: "?Y a hora iremos a por China en Londres 2012!".
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