Cavendish gana en la fiesta de Evans

Evans solo ha vestido un d¨ªa el maillot amarillo, pero lo ha hecho en el d¨ªa m¨¢s importante, el d¨ªa definitivo, el d¨ªa que el Tour llegaba a Par¨ªs. Fue una etapa de celebraci¨®n, en la que el pelot¨®n estaba de fiesta, olvidados ya los nervios de estas tres semanas de competici¨®n, esfuerzo y m¨¢s accidentes de la cuenta. Aunque a casi todos se les escap¨® una sonrisa por acabar con estos 21 d¨ªas de tormento, el m¨¢s feliz era Cadel Evans, campe¨®n del Tour.

La carrera no tuvo historia, m¨¢s all¨¢ de los gui?os de pelot¨®n. Ah¨ª estaba Evans, departiendo unos minutos con Alberto Contador (5? en la general), su predecesor. Pero el australiano no era el ¨²nico que estaba de guasa. Tambi¨¦n lo estaban en el Leopard de los hermanos Schleck -Andy, segundo, y Frank, tercero-, por una carrera bien completa a falta del broche final, que tanto se les resiste a los hermanos. En un momento en que Frank baj¨® al coche a por comida coincidi¨® con Cancellara, su ¨ªntimo amigo y guardaespaldas, que le dijo al conductor: "Acelera, acelera". Dejaron atr¨¢s al luxemburgu¨¦s entre risas y el perseguidor tuvo que hacer un peque?o sprint para llegar.

Pero hoy los sprints que importaban eran los de los puntos porque solo hab¨ªa una cosa por solucionar: qui¨¦n ser¨ªa el maillot verde, el de la regularidad. El principal candidato era el hombre m¨¢s r¨¢pido del pelot¨®n, que quer¨ªa recuperar su trono perdido el a?o pasado: Mark Cavendish (HTC). El ¨²nico que pod¨ªa arrebat¨¢rselo: el campe¨®n de Espa?a, Jos¨¦ Joaqu¨ªn Rojas (Movistar). Pero a Cavendish, que no solo pedalea m¨¢s veloz que nadie, sino que tiene al mejor equipo para lanzarle, no se le tose. Ya en el sprint intermedio se vio la diferencia entre el equipo estadounidense y el equipo espa?ol. A parte de los seis escapados, donde estaba el corredor m¨¢s combativo de este a?o, Jeremy Roy, Cavendish fue el primero en pasar de los que iban en el pelot¨®n. Rojas, tercero. Un aperitivo del final.

A los escapados, que quisieron ser protagonistas en la joranda de Evans, les neutraliz¨® el pelot¨®n a falta de dos kil¨®metros a la meta, gracias a la ayuda del Lampre y Quickstep. El HTC, sin embargo, no colabor¨® nada. Pero, en cuanto absorbieron al ¨²ltimo corredor, Eisel se pudo al frente del tren del HTC. Uno a uno iban desapareciendo los hombres de Cavendish, que no tuvo problemas para ganar la quinta etapa de este a?o y la vig¨¦sima de su carrera. A Rojas ni se le vio. Unos metros m¨¢s tarde entraba el hombre del d¨ªa, Cadel Evans. Abrazado por sus compa?eros, todos con gafas amarillas en su honor. Una vez m¨¢s, igual que ayer, emocionado. Es el primer australiano en ganar el Tour, es el segundo m¨¢s mayor tambi¨¦n. Era, en cualquier caso, su d¨ªa.