Espa?a sigue en la gloria

Tan emotivo como justo, tan heroico como valioso, el triunfo de Espa?a ante la Rep¨²blica Checa en la final del Europeo sub 19 tiene un valor a?adido, el de un grupo que supo sobreponerse a la buena actuaci¨®n de los checos para acabar venciendo con unas armas que constituyen ya un patr¨®n en todos los equipos que representan a Espa?a: toque, calidad, verticalidad y gol. Adem¨¢s, fe, mucha fe para perseguir el empate a seis minutos del final del tiempo reglamentario, donde la suerte ech¨® un cable con el rebote en la rodilla de Aurtenetxe. Fe para remontar en la pr¨®rroga un 1-2 en contra, donde emergi¨® la figura de Alc¨¢cer, delantero del Valencia, para dar a Espa?a su quinto Europeo en esta categor¨ªa. Definitivamente, son tiempos gloriosos para un f¨²tbol espa?ol que no encuentra l¨ªmites, campe¨®n de Europa y del mundo en categor¨ªa absoluta, campe¨®n europeo sub 21 y, ahora, campe¨®n continental sub 19. El relevo parece asegurado en el f¨²tbol espa?ol.

No todo iba a ser, no obstante, un camino de rosas para el conjunto espa?ol. La Rep¨²blica Checa, un equipo de una excelente condici¨®n f¨ªsica y rapidez, supo c¨®mo jugarle a Espa?a y ahogarle sus v¨ªas de pase. A diferencia de Irlanda, en la semifinal, que se limit¨® a amontonar hombres en su defensa, la presi¨®n de los checos a la salida de bal¨®n del equipo espa?ol fue eficaz y continua. Bloqueados ?lex y Rub¨¦n, la pelota casi nunca llegaba a la l¨ªnea de mediapuntas, donde Espa?a genera su verdadero peligro. Sin espacio y muy agobiados, resultaba extra?o contemplar la falta de claridad en el juego de los espa?oles, acostumbrados siempre a llevar el protagonismo de los partidos. La Rep¨²blica Checa anul¨® a Espa?a y se permiti¨®, adem¨¢s, alguna que otra contra con peligro. A los ocho minutos, Krejci lanz¨® algo desviado, mientras que Hala, el lateral derecho, se meti¨® en el ¨¢rea con peligro ocho minutos despu¨¦s. Espa?a solo inquiet¨® en un jugad¨®n de Sarabia, quien, bien tapado por el centro, busc¨® aire en la banda izquierda. Su jugada, con ca?o incluido a Jelecek, fue un oasis en un partido espeso, de mucho m¨¢s contacto que toque, adverso para Espa?a.

La t¨¢ctica de la Rep¨²blica Checa acab¨® por encontrar frutos. Cada vez que un medio centro espa?ol cog¨ªa el bal¨®n, un enjambre de checos se lanzaba al robo del mismo, como en la jugada del gol checo. Krejci se encontr¨® con un bal¨®n al borde del ¨¢rea y le peg¨® con el alma.

El gol de los checos despert¨® al deca¨ªdo equipo espa?ol. Heridos en su orgullo, los espa?oles se soltaron y se lanzaron a por el empate. La entrada de Alc¨¢cer dinamiz¨® el ataque de Espa?a, que tir¨® de orgullo para buscar por todos los medios el empate. Alc¨¢cer, a centro de Sarabia y de un renacido Deulofeu, goz¨® de dos claras ocasiones, pero el empate no lleg¨®. S¨ª lo hizo la ansiedad y el atropello, los nervios ante un rival bien plantado, a a?os luz en calidad t¨¦cnica. El empate lleg¨® con Espa?a jugando a la desesperada. A falta de seis minutos para el final, Rub¨¦n Pardo, en un rechace y con la ayuda de Aurtenetxe, hizo la igualada. Justo premio para dos equipos con propuestas muy distintas. Un rebote de oro daba la pr¨®rroga, pero Espa?a quer¨ªa m¨¢s. Mu?iz y Campa?a estuvieron a punto de hacer el segundo. La Rep¨²blica Checa mostraba la bandera blanca, asfixiada, loca por llegar al tiempo suplementario. Lo logr¨®. Encontr¨® aire e hiri¨® a Espa?a en una gran jugada a los seis minutos de la pr¨®rroga. La enorme fe del equipo de Mel¨¦ndez provoc¨® que se rehiciera hasta lograr un nuevo empate. Pero, una vez m¨¢s, los espa?oles quer¨ªan m¨¢s. Y lleg¨® el tercero, la remontada plasmada en un excelente pase de Rub¨¦n Pardo que Alc¨¢cer, control y remate de ensue?o, no desaprovech¨®. Otra vez campeones.

Pol¨¦mica con la bandera asturiana